Relaciones Bilaterales Mexico Estados Unidos

Buenos días, es un honor para mí participar y representar al Honorable Congreso del Estado de Chihuahua en este acto democrático, que es el “Foro Estatal Chihuahua”, que es parte de las consultas que el Gobierno de la República lleva a cabo para construir el Plan Nacional de Desarrollo.

Me toca participar con el importante tema: “Relaciones Bilaterales entre México y Estados Unidos”, que me da pie para proponer algunos temas clave para la construcción de la nueva agenda bilateral, desde la perspectiva de Chihuahua como estado fronterizo.

Nuestro deseo es aportar un granito de arena en la construcción del programa Sectorial 2013-2018 de Relaciones Exteriores que se enmarca dentro del Plan Nacional de Desarrollo, el cual dé visión y rumbo a la implementación de políticas públicas para una nueva y transformada relación bilateral. El objetivo será estructurar una nueva etapa del vínculo binacional.

Tengo el privilegio de representar a nuestro Congreso ante la Conferencia Legislativa Fronteriza, organismo que sirve como mecanismo de diálogo y cooperación entre legisladores estatales de México y Estados Unidos y este año tengo el gran honor de presidirlo.

Participar activamente en este organismo me ha dado la oportunidad de conocer aspectos relevantes de la agenda binacional y otros muchos aspectos que se han quedado fuera de la misma y que son importantes, porque como hijo de la frontera que soy, la entiendo en sus ámbitos sociales, culturales, comerciales y políticos y su dimensión en la relación bilateral entre nuestros países.

Comparto la opinión de expertos de ambos lados de la frontera que sostienen que nuestras regiones fronterizas son vitales para ambos países, más allá de su aspecto geopolítico. Un buen desarrollo de las fronteras es indispensable para la prosperidad de los restantes estados de nuestros países.

La frontera es el sitio donde se realiza la mayor parte del comercio binacional. 80% del comercio bidireccional de productos cruza por tierra, y esto requiere coordinación en cuanto a flujos de transporte, facilitación del comercio, planeación de infraestructura etc.

Todo ello conlleva desarrollar corredores comerciales con infraestructura multimodal, es decir carreteras, puertos, aeropuertos, vías férreas para tener una buena logística para todo el intercambio comercial y turístico.

En México somos seis estados fronterizos que constituimos un sistema interactivo binacional con importantes relaciones sociales, económicas y ambientales que vinculan a nuestros estados y a nuestros países. Y los cimientos son la importante infraestructura física y humana, que más allá de la diferencia de idiomas, la coincidencia es la unión simbiótica de su sistema económico, donde dependen una de la otra frontera para sobrevivir.

Esta zona fronteriza es el foco de la mayoría de los esfuerzos de ambos países en materia de seguridad, dirigidos a tráfico de armas, tráfico de drogas, trata de personas y migrantes. También es el espacio en el cual aspectos como la salud pública local, los servicios públicos y la seguridad pública están obligados a desarrollar mecanismos de cooperación entre nuestros estados y nuestros países, para así proteger y desarrollar los intereses de nuestros ciudadanos.

La frontera también alberga interfluvios y ecosistemas compartidos, que exigen una colaboración intensa debido a las serias amenazas que implican la contaminación, la sequía y otros peligros ambientales.

Quise abrir este importante tema de la relación bilateral hablándoles de la frontera, porque considero que la frontera, en el caso de México ha quedado fuera de las prioridades que se establecen desde el centro del país en los programas sectoriales de la Secretaría de Relaciones Exteriores del gobierno pasado.

Nuestro posicionamiento como fronterizo es que nuestra región debe de cobrar un mayor protagonismo en la agenda binacional y en las políticas de las relaciones México-Estados Unidos, desde el centro deben de ocuparse y preocuparse más por la frontera para el éxito y el buen desarrollo de las relaciones entre nuestros países.

Nuestra relación con Estados Unidos ha sido parte sustancial de la historia pasada y presente de México. Prácticamente ningún tema de la agenda nacional escapa a la influencia que ejerce nuestro vecino. Los más de tres mil kilómetros de frontera que unen a nuestros países se han convertido en algo más que un espacio de contacto entre dos naciones.

La imagen del vaso medio lleno, medio vacío ha sido usada a menudo para aludir a la relación bilateral que ha sido con justicia llamada la prueba de fuego de la política exterior mexicana, la relación con Estados Unidos.

La política exterior de México hacia Estados Unidos en los últimos 12 años se concentró básicamente en dos temas: migración y narcotráfico. En un primer período, el gobierno de México puso toda su atención para lograr una reforma migratoria integral, pero no logró absolutamente nada en ese campo.

En el segundo período, la agenda bilateral con Estados Unidos, se enfocó hacia el narcotráfico como

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