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Resumen de la película "Luna de Avellaneda"


Enviado por   •  23 de Junio de 2014  •  Resúmenes  •  6.760 Palabras (28 Páginas)  •  1.284 Visitas

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Marco Organizacional

La película nos muestra un quiebre, un corte. La primera escena alumbra un tiempo feliz, presentado con caracteres míticos, en el que las familias de un barrio se encuentran alegremente en el club en un baile de carnaval. La escena ilumina un modo de vida en el que la subjetividad se constituía en una familia, con padres que trabajaban, familias que protegían, un barrio que ampliaba el espacio de la casa, que, como el vientre materno, preparaba de modo acogedor a los niños para salir a un mundo en el que el tiempo implicaba una cierta previsibilidad y los espacios estaban claramente delineados. El interior de la casa, las calles amigas del barrio y los lugar del club, se complementaban y constituían en su especialidad ordenada y previsible, unas subjetividades cuyo tiempo podía transcurrir en una carrera esperable, en un decurso de vida más o menos confiable. Ello podía comportar homogeneidades, semejanzas, pero también soportes y, desde allí a menudo pensamientos y acciones alternativas.

El club de barrio argentino es una institución muy particular. Fundados la mayoría, por lo menos hace más de 50 años, muchos están todavía dirigidos por sus viejos fundadores, en general inmigrantes españoles o italianos que trasladaron desde su patria estas pequeñas comunidades institucionalizadas alrededor de las cuales en muchos lugares, todavía, gira la vida del barrio.

La Provincia de Buenos Aires hoy tiene

innumerables problemas: desocupación, drogadicción, jóvenes sin futuro, aguas contaminadas, calles intransitables, robos, muertes, tiros a la noche, chicos viviendo en la más absoluta pobreza, abandonados a su suerte por los adultos y el Estado.

El club de barrio es, en muchos de estos lugares del conurbano, un espacio de resistencia y contención en el que todos los días se empieza de nuevo. Diferente hoy en su función a esos clubes recreativos, donde se jugaba al sapo o al palo enjabonado o se iba a escuchar al cantante de moda. Ver si no, la primer secuencia de Luna de Avellaneda. Ahí para empezar nomás, el pasado feliz de un pueblo al que lo castigó la propia historia. Mientras suena de fondo "Y siga el baile"...

Hoy algunos de estos clubes funcionan como comedores mientras las paredes se caen, los viejos fundadores juegan a las cartas felices.

Luna de Avellaneda rescata de esas ruinas a esa clase media desolada que "tiene cada vez menos y necesita cada vez menos". Hay pequeñas comunidades que lo único que tienen es el club de la esquina, comunidades formadas por maestras de escuela, remiseros, desocupados, cuarentones que escuchan sui generis, jóvenes que vuelven a refundar el sueño de sus abuelos, yéndose a España.

Metáfora de un país destruido, convertido en ruinas de políticos que nunca van a parar de robar.

Complejo retrato de una sociedad, después la reciente crisis económica en Argentina, sus personajes que van desde un niño cuyos apoyos están matando a un anciano en su lecho de muerte, un hombre que descubre que su esposa tiene una aventura , un hijo que quiere escapar de la situación catastrófica por emigrar a España, un borracho que se enamora y trata de la reforma, una chica de un barrio de chabolas que quiera aprender ballet. Al igual que en la realidad, las preocupaciones económicas no son nunca muy lejanas de la mente de nadie, pero al mismo tiempo, la vida emocional persiste, como cuando el personaje central, cuyo matrimonio está fallando, va a comprar colonia para tratar de condimentar las cosas y, tras haberle sido notificado el abanico de posibilidades, sólo pueden permitirse los más baratos, y más acre olor, el olor en los estantes. O cuando un enfurecido divorciada sigue invitando a su ex a una cena romántica en un restaurante de cinco estrellas y, después de ordenar numerosas botellas del mejor champagne, y luego se escabulle dejándole a pagar la cuenta.

Luna de Avellaneda es un emblemático club de barrio que ha vivido en el pasado una época de esplendor y que en la actualidad se encuentra inmerso en una crisis que pone en peligro su existencia. Al parecer, la única salida posible es que se convierta en un casino, nada más alejado de los ideales y de los fines de sus fundadores en la década de 1940: un club social, deportivo y cultural. Los descendientes de estos fundadores se debatirán entre la posibilidad de

salvarse a cualquier precio o de reencontrarse con aquellos sueños de sus progenitores.

Y el recuerdo de su vida de chico de familia pobre y el momento en que la madre, en las fiestas anuales del barrio, le dice: "Tienes que divertirte sin dinero…no tenemos un mango… mira ese en la picana...tú también puedes ganar un premio...vamos. Subí, subí…” Y pasa algún tiempo y, en otro momento, él niño percibe el dolor interior de la madre y le dice: “Vamos, no estés triste…subí, subí”.

Marco Cultural

Volviendo de nuevo atrás, a la Asamblea del Club para vender o continuar, una tarea casi imposible, el representante de los que quieren vender dice “No podemos continuar así. La realidad no se arma con delirios. Si vendemos habrá trabajo para todos. Es un modo de recuperar la dignidad”. Y Román contesta: “Yo no tengo que recuperar la dignidad porque todavía no la perdí. Dentro de mi mismo se que hice lo que pude...estuve alguna vez a punto de no poder llevar la cabeza alta, pero no ocurrió. Y siento que, a veces, fui el mejor, moralmente el mejor”.

Cuando la votación se produce, ante la derrota de sus ideales, Román dice: "Ganó la banca, perdió el punto, como siempre" Y se marcha...hasta que, al encontrar su carnet infantil en el bolsillo, decide no rendirse y pregunta a su amigo, que le ha apoyado siempre, con la frase que repito porque es todo un símbolo: "Amadeo.... ¿como se funda de nuevo un club?"

Y otra frase de

Don Aquiles..."Se apagó la luz y nosotros nos fuimos acostumbrando a la oscuridad y al final veíamos mejor que nadie...y ganamos”

A pesar de todo, en los sujetos, la esperanza renace empecinadamente, así en la escena previa a los títulos finales de "Luna de Avellaneda" el protagonista, un hombre honesto, inteligente, valiente y luchador, encuentra su viejo carnet de afiliación al club y pregunta: ¿"Cómo hacemos para fundar un nuevo club"?.

¿Cómo hacemos para reconstruir, la memoria histórica, los lazos sociales y una ley que nos comprenda y respete en nuestra alteridad?. ¿Cómo hacemos para reconstruir el amor? Sin él no hay sino desamparo.

Estigmatización

Luna de Avellaneda nos da claros ejemplos de lo que son los conceptos negativos que marcan la identidad de las personas. El protagonista de la película, Román, es una persona cuyos atributos

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