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SISTEMA MONETARIO INTERNACIONAL ESPAÑOL

Angie Melissa I.QInforme2 de Junio de 2019

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FACULTAD DE NEGOCIOS

CARRERA DE CONTABILIDAD Y FINANZAS

SISTEMA MONETARIO INTERNACIONAL ESPAÑOL

“FINANZAS INTERNACIONALES”

Trujillo – Perú

Semestre académico: 2019-1 

1. SISTEMA MONETARIO DE ESPAÑA

La historia monetaria hispana tiene tres etapas específicas desde el punto de vista del sistema monetario. Fernández (1994) nos indica que empieza desde la llegada al trono de la dinastía borbónica que viene a ser aquella familia que gobernó por mil años a España, hasta la revolución de septiembre que fue un pronunciamiento militar apoyada por civiles cansados del rumbo que había tomado la monarquía desde unas décadas atrás.

1.1. Primera etapa (1683 – 1814)

La primera etapa comprende desde la subida al trono de Felipe V en 1683 hasta el periodo de la guerra de independencia y los primeros años del reinado de Fernando VII en 1814 aproximadamente. Gonzales (1996) afirma que en aquella época española existían dos autoridades políticas que emitían moneda, uno de ellos era el archiduque Carlos y el otro Felipe V.

El archiduque Carlos quien se había proclamado rey de España desde 1701 durante la guerra de sucesión española que afecto a la moneda considerablemente. Esta se inició debido a que la llamada gran alianza integrada por Austria, Inglaterra y Holanda declaro la guerra a Francia y España. Fabricaba especialmente reales de a dos de sistema castellano en Barcelona, lugar en donde realizaba sus emisiones.

Otra de las autoridades políticas fue Felipe V que también estaba al mismo tiempo emitiendo reales de a dos. Este realizo distintas variaciones a la moneda por necesidades de financiación. Sin embargo, batió record en el ingenio monetario de acuerdo a un ensayo hecho ´por el ingeniero francés Jean Castaing que pretendía crear un sistema monetario. En 1709 fabrico en un taller monetario ubicado en las plazas descalzas de Madrid, con el fin de fabricar monedas con similitud a la moneda francesa que tenía una amplia circulación.

La moneda española en esta etapa mantiene un papel importante en el comercio internacional debido a la llegada del maravedí como unidad de cuenta, el real y el escudo como unidades de los sistemas de oro y plata, como también aún más importante la llegada del metal precioso a la península. Adsuara (1980) considera que se presenta un periodo alterado desde la guerra de la independencia, en el reinado de Fernando VII. En consecuencia, en los primeros años del siglo XIX el metal precioso decrece de forma muy notable.

Una vez concluida la guerra de sucesión, Felipe V tuvo la necesidad de reformar la moneda, es por ello que inicio el proceso reformista que también desarrollarían sus hijos, Fernando VI y especialmente Carlos III mas adelante.

Castillo (1968) refiere que Los metales preciosos fueron los que más llamaron la atención de Felipe V y sus sucesores, pero temían que estos sean poco circulados en el comercio exterior es por ello que decidieron aumentar el valor nominal de los metales preciosos, reducir la ley y peso a las monedas de oro y plata.

El 31 de octubre de 1716 después de varios ensayos y emisiones que tuvieron lugar durante la guerra, se mandó a acuñar monedas que tomo el nombre de moneda provincial. Por lo tanto, se distingue tres tipos de plata después de la guerra de sucesión, el escudo de oro, la provincial, y la denominada como plata gruesa. En 1772 Carlos III mando a retirar toda la moneda circulante para sustituirla por una nueva, pese a todos los esfuerzos fracasaron los intentos por retirar la moneda en circulación.

A partir de 1780, El último aspecto monetario referente al papel moneda fue puesta por Carlos III. Antes llamados como vales reales, se emitieron con la necesidad del surgimiento de la guerra con el fin de obtener una nueva fuente de financiación y utilizar esta cuando haya falta de monedas. Este no es considerado papel moneda ya que son deuda pública debido a que eran amortizables a 20 años, con un interés anual de 4% y estos podían ser endosados.

Herrera (1989) indica que el año 1783 se realiza la primera emisión de billetes, antes llamadas cedulas provenientes del banco San Carlos. Pues esta es diferente a los vales reales ya que estas corren sin intereses y tienen la misma función que una moneda.

La guerra de independencia en 1808 afecto notablemente al sistema monetario español. Sin embargo, el nuevo rey francés José I, no intenta imponer una reforma demasiado exigente que logre adecuar el sistema monetario español al francés. El cambio importante que realizo fue que la moneda española utilizaba una unidad de cuenta para los tres metales, el escudo para el oro, el real para la plata y el real de vellón o el maravedí para el cobre. La unidad de cuenta escogida en España fue el real de vellón el cual nació oficialmente en época de Carlos II.

Un hecho monetario destacable en el año 1808 en Barcelona ante la necesidad de contar con moneda para evitar el colapso de las transacciones comerciales fue que se reabrió las puertas de la casa en donde se elabora la moneda llamada ceca, para fabricar piezas de oro, plata y especialmente cobre. Aplicándose a esta el modelo francés de única unidad de cuenta que portó el nombre de “peseta“ inscrito en sus estampas, pues este triunfo más adelante en el siglo XVIII.

Anes (1988), refiere que la pieza tenia valor de 4 reales de vellón y se mantiene en ese valor de manera oficial en 1868 que más adelante se va perfeccionando a lo largo de

Surgió una guerra monetaria que trajo efectos en 1811, pues se declaró ilegal la moneda emitida por José I, calificado como rey intruso. En consecuencia se pidió que todos aquellos que tengas la moneda la llevasen a la casa de la moneda gaditana en donde seria convertida en pasta, regresando a su valor como metal. Sin embargo la regencia, es decir la administración, acepto la circulación tanto de la moneda francesa como la española esto ocurrió debido a que la guerra ya estaba prácticamente finalizada. Las emisiones monetarias de Fernando VII en 1814, no tuvo algún cambio importante ya que el sistema monetario continuo tal y como se dejó.

1.2. Segunda parte (1848 - 1868)

La segunda parte se extiende hasta la desmonetización del maravedí o el real de vellón. El siglo XVIII irá modificando un sistema monetario que había nacido en los últimos años del siglo XV, pero mantendrá sus características esenciales, con el maravedí como unidad de cuenta y el real y el escudo como unidades de los sistemas de plata y oro respectivamente. Gaceta (1959), refiere que en el reinado de Isabel I, se estableció el real de vellón como única moneda de cuenta hasta la reforma de 1848.

Los problemas monetarios se han ido incrementando con el paso de los años. Sin embargo, el descubrimiento de nuevas minas de oro en california y Australia hicieron que se eleve el valor de la plata y agravo el problema monetario.

El decreto del 15 de abril de 1848, estableció el real como unidad del sistema con el fin de aumentar la masa monetaria en circulación.

En ese mismo año el sistema maravedí finaliza debido a la creación de un nuevo sistema decimal cuyo objetivo era facilitar los cálculos para la contabilidad y el cambio. Sin embargo, las monedas antiguas no se desmonetizaron, continuaron en circulación.

Sarda (1998), afirma que en 1864, la nueva unidad del sistema fue el escudo ya que las reformas anteriores no habían sido capaces de resolver el grave problema de la escasez de la moneda de plata.

1.3. Tercera parte (1868)

La tercera parte culmina con la creación de la peseta en 1868 hasta la actualidad. Aunque la peseta ya existía anteriormente, fue en 1868 que Pasa a convertirse en la unidad monetaria de España con objeto de unificar el mercado monetario nacional manteniéndose como moneda de curso legal hasta el año 2002. Siguió siendo la única moneda del sistema pese a la situación más crítica que vivió durante la guerra civil en donde dos bandos que se enfrentaron uno de ellos el bando republicano y otro el bando nacional realizaron sus propias emisiones, por ello tuvo que realizarse una unificación monetaria al finalizar la guerra.

Jiménez (2000), refiere que dicho proceso de reunificación fue un éxito para muchos autores ya que restableció la comunidad monetaria y evitó un crecimiento insostenible de la inflación, pero las dificultades de la peseta no acabaron.

Los principales problemas de la peseta fueron la fijación de un tipo de cambio absolutamente irreal y la inflación, como consecuencia la situación de aislamiento que ha sido una de las características de la economía española. En consecuencia, España se mantuvo alejada del sistema comercial y monetario imperante en ella.

Serrano (1999), señala que estos malos resultados de la política de aislamiento monetario ayudaron a concientizar a los siguientes gobiernos sobre la necesidad de buscar unas referencias exteriores estables para la peseta.

No obstante, Tras unos años difíciles la moneda fue ganando respetabilidad a nivel internacional y se integró en el Sistema Monetario

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