San Juditas Continúa Vendiendo Y Convocando A Miles En Templo De San Hipólito

Un 28 de octubre más, tiene lugar en la liturgia católica el turno de festejar y venerar a San Judas Tadeo “Patrono de las Causas Perdidas”. Nuevamente, miles de devotos inundaron el cruce de Paseo de la Reforma con la calle de Zarco, para acudir a los templos de San Hipólito y San Casiano, ubicados en la colonia Guerrero en nuestro Distrito Federal. Los diarios no parecen ponerse de acuerdo en los números, pero se habla de más de 80 mil seguidores en total, que, como en todos los años, se les vio arribar cargando las estatuas y/o imágenes del famoso santo.

El clima fue indulgente, si consideramos los días anteriores que no fueron tan calurosos como ese preciso día, pero los capitalinos sabemos bien que probablemente nada hubiese frenado, postergado o desviado la pasión de tantos. Desde luego que las porciones de basura se apreciaron más voluminosas a mayor proximidad con el templo de San Hipólito y, obviamente, también la cantidad de gente, misma que se apretujaba bastante en una zona donde se luchaba seguir una larga fila y poder ingresar. Nuevamente, muchos acudieron luciendo atavíos en verde y blanco, y desde luego que estos mismos colores se les vio presentes en pulseras, collares, imágenes y demás productos a la venta -aunque fue también muy notable la organización de varios repartos de artículos aparentemente gratuitos, por parte de algunos seguidores-. En medio de todos esos colores, sonidos y olores, intenté avanzar lo más que pude, hasta de pronto advertirme en el ojo de una calurosa vorágine, donde encontré a Antonio y a Héctor, jóvenes de 29 y 31 años respectivamente, quienes, sin mencionar una fecha en específico, me compartieron que la devoción a San Juditas proviene de todos los favores que han recibido de él. Ellos, y en especial Antonio, parecen leer este fervor con un matiz de ojo crítico, al expresar con cierta tristeza, que a lo largo de quince años en que han venido (desde un barrio de Chalma), pueden apreciar la presencia de gente que acude bajo la influencia de sustancias, o pidiendo dinero, o simplemente con la intención de vender algún artículo. Después de escuchar tantas veces la expresión de que el 28 de cada mes es el “día de San Chaca”, no me resistí a preguntarles qué opinaban de dicho comentario y qué podían responder a la gente replica a dichos vocablos. Esperaba yo una respuesta agresiva tal vez, pero ellos sólo respondieron “que era una cuestión de criterio”, pues, si bien muchos fieles acuden con intenciones diferentes a las de “venerar a San Juditas”, no ameritaría generalizar este juicio para todos los devotos.

Fue un poco complicado “trazar” un recorrido como tal, y, a pesar de que el grueso de los prospectos atinaba más bien a responder que tenían prisa o que simplemente no sentían deseos de contestar preguntas, encontré a una segunda pareja que ya se dirigía hacia una de las entradas del metro Hidalgo: Elizabeth y Jorge, provenientes de Ciudad Netzahualcóyotl, y cuya devoción parte de dos milagros relacionados con la vida y la muerte, la de sobrevivir a un accidente en el caso de Jorge, y la de poder dar a luz a un bebé después de muchos

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