Sarmiento: entre La Pampa y Buenos Aires

Sarmiento: entre La Pampa y Buenos Aires

La historia y cultura latinoamericanas se encuentran enraizadas en acciones civilizadoras desde el descubrimiento de América. En el siglo XVI, tanto españoles como portugueses se refieren al nativo americano como la encarnación de la barbarie, que caracterizaba al salvaje preso de sus instintos en contraposición al hombre europeo civilizado.

Con la obra de Sarmiento bajo el título de Civilización y Barbarie. Vida de Juan Facundo Quiroga. se configura la definición del civilizado y del bárbaro en América Latina. A lo largo de su literatura, se construye un frente a frente dialéctico entre la sociedad europea civilizada y la americana como dos formas culturales antagónicas. La barbarie representa una postura contrahegemónica en la que el gaucho y el indio conviven en el desierto, su hábitat natural, como portavoces de la anarquía y el peligro. En cambio, la civilización se inscribe en la ciudad, con sus escuelas, sus comercios, la ley, el ferrocarril y la industria que ofrecen refugio y orden.  

“Ella sola en la vasta estensión arjentina, está en contacto con las naciones europeas; ella sola esplota las ventajas del comercio estranjero; ella sola tiene poder i rentas”

La civilización expresaba las aspiraciones de la burguesía argentina en ascenso durante el siglo XIX, así como las ideas positivistas que buscaban su consolidación. La urbanización del ser humano garantizaba una educación común, popular, democrática con el fin de desarrollar su pensamiento crítico para la toma de decisiones políticas responsables. Así, en el marco de una sociedad liberal, se educaría al hombre pensante en las modernas disciplinas europeas: ciencias, arte, literatura e historia. Asimismo, se facilitaría la inmigración europea para poblar la geografía argentina que implicaba la aniquilación del indio, al que se refería como una amenaza salvaje de retornar al barbarismo a menos que se lo exterminara por completo.

“Las razas americanas viven en la ociosidad, i se muestran incapaces, aun por medio de la compulsión, para dedicarse a un trabajo duro i seguido”

La barbarie se define en dos grupos sociales diferenciados: el aborigen no integrado a exterminar, que está biológicamente determinado a ser un estorbo para el desarrollo y el gaucho que pertenece al sector rural, los sectores populares incultos y los inmigrantes internos que pueden redimirse por la acción de la civilización, urbanización, educación y el trabajo para participar del progreso propuesto.  

Según Sarmiento, el dilema entre la civilización y la barbarie se resolvería con el triunfo de la primera sobre la última. De esta manera y bajo la amenaza de Facundo, propone la construcción de instituciones como la escuela para garantizar ese triunfo. Es sobre las ideas de Sarmiento que se establece el sistema educativo argentino moderno. Entre el modelo prusiano que centraliza la prestación del servicio educativo a cargo del Estado y el norteamericano, en el que es la sociedad quien impulsa y sostiene las instituciones educativas, se elevan la tasa de alfabetización, se estimula el desarrollo de la cultura, se fundan la Academia Nacional de Ciencias, el Colegio Militar, la Escuela Naval y el Observatorio Astronómico. A su vez, se lleva a cabo el primer censo escolar, se construyen más de ochocientas escuelas primarias y se edifican más de cien bibliotecas populares. Se forjan las condiciones para que la educación sea un bien público y común, sin embargo, no titubea en relegar a miles de personas.

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