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Seguridad Industrial


Enviado por   •  11 de Junio de 2013  •  1.971 Palabras (8 Páginas)  •  303 Visitas

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Seguridad Industrial

El desarrollo Industrial trajo el incremento de accidentes laborales, lo que obligó a aumentar las medidas de seguridad, las cuales se cristalizaron con el advenimiento de las conquistas laborales. Pero todo esto no basta; es la toma de conciencia del empresario y trabajador la que perfecciona la seguridad en el trabajo; y esto sólo es posible mediante una capacitación permanente y una inversión asidua en el aspecto formativo.

Desde los albores de la historia, el hombre ha hecho de su instinto de conservación una plataforma de defensa ante la lesión corporal, tal esfuerzo probablemente fue en principio de carácter personal, instintivo-defensivo. Así nació la Seguridad Industrial, reflejada en un simple esfuerzo individual más que en un sistema organizado.

Ya en el año 400 A.C. Hipócrates recomendaba a los mineros el uso de baños higiénicos a fin de evitar la saturación del plomo. También Platón y Aristóteles estudiaron ciertas deformaciones físicas producidas por ciertas actividades ocupacionales, planteando la necesidad de su prevención. Con la Revolución Francesa se establecen corporaciones de seguridad destinadas a resguardar a los artesanos, base económica de la época.

La Revolución Industrial marca el inicio de la Seguridad Industrial como consecuencia de la aparición de la fuerza del vapor y la mecanización de la industria, lo que produjo el incremento de accidentes y enfermedades laborales. No obstante, el nacimiento de la fuerza industrial y el de la seguridad industrial no fueron simultáneos, debido a la degradación y a las condiciones de trabajo y de vida detestables. Es decir, en 1871 el cincuenta por ciento de los trabajadores moría antes de los veinte años, debido a los accidentes y las pésimas condiciones de trabajo.

En 1833 se realizaron las primeras inspecciones gubernamentales, pero hasta 1850 se verificaron ciertas mejoras como resultado de las recomendaciones hechas entonces. Se acortó la jornada laboral, se estableció un mínimo de edad para los niños trabajadores y se vió algunas mejoras en las condiciones de seguridad. No obstante, los legisladores tardaron demasiado en legislar sobre el bien común del trabajador, pues los conceptos sobre el valor humano y la capitalización del esfuerzo laboral no tenían sentido frente al lucro indiscriminado de los empresarios. Sin embargo, suma a su haber el desconocimiento de ciertas técnicas y adelantos que estaban en desarrollo, con los cuales se habrían evitado muchos accidentes y enfermedades laborales.

En Lowell, Massachusetts., una de las primeras ciudades industriales de los EEUU, elaboró tela de algodón desde 1822. Los trabajadores, principalmente mujeres y niños menores de diez años procedentes de las granjas cercanas, trabajaban hasta 14 horas. Nadie sabrá jamás cuantos dedos y manos perdieron a causa de maquinarias sin protección. Los telares de algodón de Massachusetts, en aumento, usaron la fuerza de trabajo irlandesa asentada en Boston y alrededores, proveniente de las migraciones cruzadas por el hambre. El material humano volvió a a bundar en los talleres, así como los accidentes. En respuesta a esto la Legislatura de Massachusetts promulgó en 1867 una ley prescribiendo el nombramiento de inspectores de fábricas. Dos años después se estableció la primera oficina de estadística de trabajo en los EEUU. Mientras, en Alemania se buscó que los patrones suministrasen los medios necesarios que protegieran la vida y salud de los trabajadores. Poco a poco los industriales tomaban concienciada la necesidad de conservar al elemento humano. Años más tarde en Massachusetts, habiéndose descubierto que las jornadas largas son fatigosas, y que la fatiga causa accidentes, se promulgó la primera ley obligatoria de 10 horas de trabajo al día para la mujer. En 1874 Francia aprobó una ley estableciendo un servicio especial de inspección para los talleres y en, 1877, se ordenó el uso de resguardos en maquinaria peligrosa.

En 1833 se coloca la primera piedra de la seguridad industrial moderna, cuando en París se establece una empresa que asesora a los industriales. Pero es hasta este siglo que el tema de la seguridad en el trabajo alcanza su máxima expresión al crearse la Asociación Internacional de Protección de los Trabajadores. En la actualidad la Oficina Internacional del Trabajo OIT, constituye el organismo rector y guardián de los principios e inquietudes referentes a la seguridad del trabajador en todos los aspectos.

En el latín es donde encontramos el origen etimológico de las dos palabras que dan forma al término seguridad industrial que ahora nos ocupa. En concreto, nos encontramos con el hecho de que seguridad emana del vocablo securitas que puede definirse como “cualidad de estar sin cuidado”. Mientras, industrial procede del latín industria que se traduce como “laboriosidad” y que está conformado por la unión del prefijo indu-, el verbo struo que es sinónimo de “construir” y el sufijo –ia que indica cualidad.

La seguridad industrial es un área multidisciplinaria que se encarga de minimizar los riesgos en la industria. Parte del supuesto de que toda actividad industrial tiene peligros inherentes que necesitan de una correcta gestión.

Los principales riesgos en la industria están vinculados a los accidentes, que pueden tener un importante impacto ambiental y perjudicar a regiones enteras, aún más allá de la empresa donde ocurre el siniestro.

La seguridad industrial, por lo tanto, requiere de la protección de los trabajadores (con las vestimentas necesarias, por ejemplo) y su monitoreo médico, la implementación de controles técnicos y la formación vinculada al control de riesgos.

En concreto, podemos establecer que a la hora de hablar de la seguridad industrial se hace necesario especificar que la misma se desarrolla de manera específica para poder prevenir las posibles situaciones y riesgos que se den en ámbitos donde se trabaja con instalaciones frigoríficas, electricidad, combustibles gaseosos, refrigeración o equipos a presión.

Cabe destacar que la seguridad industrial siempre es relativa, ya que es imposible garantizar que nunca se producirá ningún tipo de accidente. De todas formas, su misión principal es trabajar para prevenir los siniestros.

Por todo ello es importante establecer que adquiere especial relevancia lo que se denomina como prevención de riesgos laborales. Se trata de un servicio y una serie de actuaciones que lo que intentan es dotar a los trabajadores de los conocimientos y habilidades necesarios para poder acometer tareas que puedan no sólo evitar que sufran determinados peligros, accidentes y enfermedades en su puesto de trabajo sino también que estén capacitados para poder hacer frente a todos aquellos en el caso de que aparezcan.

Así, a los empleados, en materia de prevención, se les otorgan cursos y seminarios que giran en torno a cómo proteger y cuidar elementos en su trabajo tales como los factores ambientales, las instalaciones o las herramientas de protección.

Un aspecto muy importante de la seguridad industrial es el uso de estadísticas, que le permite advertir en qué sectores suelen producirse los accidentes para extremar las precauciones. De todas formas, como ya dijimos, la seguridad absoluta nunca puede asegurarse.

La innovación tecnológica, el recambio de maquinarias, la capacitación de los trabajadores y los controles habituales son algunas de las actividades vinculadas a la seguridad industrial.

No puede obviarse que, muchas veces, las empresas deciden no invertir en seguridad para ahorrar costos, lo que pone en riesgo la vida de los trabajadores. De igual forma, el Estado tiene la obligación de controlar la seguridad, algo que muchas veces no sucede por negligencia o corrupción

La Seguridad en el Taller de Carpintería

Condiciones Básicas sobre Seguridad

El propósito de establecer reglas de seguridad en el lugar de trabajo es minimizar los riesgos de sufrir un accidente. La carpintería es un lugar donde existen maquinas que por sí mismas no implican un riesgo, pero la falta de capacitación en el uso de estas puede generarlos. Aunque no solamente las herramientas eléctricas implican riesgo; las herramientas manuales como formones, o serruchos también puede resultar peligrosa.

El no seguir estas reglas potencializará el riesgo de lesiones al trabajar la madera. La carpintería no es un lugar donde se hacen las cosas “de prisa” o considerar que “eso no me pasara a a mi”

Estas son algunos regalas que harán nuestro trabajo más seguro dentro del taller.

Usar equipo de seguridad

El equipo de seguridad básico se compone de protecciones auditivas para el uso de la mayoría de las herramientas eléctricas, el uso de guantes de hule resistentes a solventes para aplicación de acabados. Respecto al uso de guantes no es recomendable su uso para operar herramienta eléctrica rotativa. Protección respiratoria, mascarillas del tipo N95 para polvos, y de filtros de carbón activado para trabajo con solventes. Los lentes protectores deberán ser utilizados en todo momento cuando nos encontremos trabajando.

Ropa de Trabajo

La ropa que no se recomienda para su uso en el taller de carpintería es la holgada, ya que puede enredarse en alguna de las herramientas o máquinas rotativas. La tela grafa es considerada como una tela recomendable para su uso en el taller al ser resistente. De igual modo el pelo nunca deberá de llevarse suelto en el caso de tenerlo largo y no utilizar collares largos o pulseras que puedan atorarse en las herramientas.

Sentirnos Sanos

Ni hablar de drogas o alcohol, es inaceptable el uso de estas así como el manipular herramientas bajo el influjo de estas sustancias. El uso de algunas medicinas que hacen más lento nuestro nivel de respuesta, así que si no nos sentimos en nuestros 5 sentidos es mejor esperar a sentirnos bien para regresar al trabajo.

Energía eléctrica

Cuando estamos manipulando cualquier herramienta eléctrica para cambios de hojas de corte o ajustes, es aconsejable desconectarla de la red de alimentación. El conservar en buenas condiciones las extensiones de nuestras herramientas y los contactos que poseemos. De preferencia contar con un interruptor de seguridad general que elimine toda posibilidad de que alguien pueda accionar herramientas por accidente o sin nuestra supervisión.

Utilizar herramientas Afiladas

Una herramienta mellada o sin filo requiere mayor fuerza para obtener resultados, y puede derivar en la pérdida del control de la misma.

Uso de empujadores

Cada herramienta puede requerir un empujador específico, estos nos ayudan a mantener a distancia nuestras manos de las hojas afiladas de la sierra, o cabezales de corte. Más vale emplear tiempo en la elaboración de estos para mejorar la seguridad en la manipulación de la madera que lamentarnos por la pérdida de un dedo.

Respetar el movimiento de las sierras

Al concluir un corte no hay que tentar a la suerte intentando quitar los restos que quedan junto a la sierra. Hay que esperar a que la sierra se detenga por completo para acercar nuestra mano hacia la hoja de la sierra, o incluso mover nuestro material.

Concentración

Al estar trabajando con herramientas eléctricas debemos tener nuestra atención al 100% sobre lo que hacemos. Es como manejar un automóvil, un segundo de distracción puede significar un accidente.

Limpieza

El trabajo con la madera genera virutas y aserrín, esos pueden generar desvíos en nuestros cortes e incluso provocar que nos haga saltar la madera. Madera tirada en el suelo implica problemas para movernos o podríamos tropezar. Un área limpia significa un área segura.

Ajustes

Las herramientas eléctricas requieren de ajustes, tanto en sus guías como en sus hojas de corte. Verificar que estén adecuadamente ajustadas significa que obtendremos cortes seguros. Una herramienta que presenta desgaste o es inestable deberá ser mandada a afilar o a un centro de servicio adecuada o desmantelada y desechada.

Las herramientas manuales también merecen respeto

Los formones a pesar de ser herramientas manuales son herramientas peligrosas que pueden causar graves daños en nuestras manos. Sujetarlos con ambas manos asegura que no nos cortaremos. Sujetar la pieza que trabajamos a una mesa es la mejor opción. No cortar al aire y no colocar nuestras manos enfrente del formón. Así mismo nunca dirigir el formón hacia nuestro cuerpo o caminar con un formón sin cubierta de filo. Los serruchos pueden saltar al realizar los cortes iniciales. Alejemos nuestros dedos de esta línea y usemos una guía de corte.

Estas son solo algunas de las recomendaciones más generales, si no estamos seguros de lo que hacemos o de cómo se maneja una máquina consultemos a los MET o el manual de esta para minimizar los riesgos.

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