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Ser Mujer Es Estresante

KarenRe7 de Octubre de 2013

797 Palabras (4 Páginas)295 Visitas

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Presión Social hacia las Mujeres

Ser mujer es estresante. Contar calorías, sumir la panza, disimular la celulitis, demostrar inteligencia, aguantar los tacones, ser delgada, estar bien vestida, ganarle a las amigas, huir de la soltería, tener hijos antes de los treinta; cumplir las más altas expectativas, ¿de quién? …De otras mujeres.

El mensaje es sencillo: Tienes que ser perfecta, antes muerta que sencilla, es más fácil conquistar a un hombre que al espejo, o lo más importante, no es que me quede mal sino que ya me lo vieron.

El ritual comienza con la elección de la ropa: Esas botas no son lo suficientemente altas, aunque una faldita siempre atrae miraditas o que tal unos jeans muy apretados o un sombrerito de lado muy sexy.

El asunto es impactar.

Mi nombre es Karen Reynoso y voy a hablar de presión social sobre las mujeres…

¿Quién es el responsable de que no seamos capaces de sentirnos felices con lo que la vida nos dio?, ¿nuestros padres, los amigos, compañeros, el novio o los medios de comunicación?, lamentablemente todos aportan un poco.

No es posible mencionar un único factor como causa de la aparición de un trastorno de la alimentación, pues las psicopatologías alimentarias son provocadas por múltiples factores, lo que significa que existe una combinación de causas individuales, familiares y socioculturales que desempeñan un papel importante en el desarrollo de cualquier trastorno de la alimentación existente en la actualidad, así como también en el mantenimiento del mismo.

La presión social hacia las mujeres es constante, cultural y hasta histórica. Se arrastra desde niñas y comienza por la madre, tienes que realizar todo lo que ellas no pudieron.

Los padres exigen excelencia tanto académica como moral, mientras que el resto de la sociedad se encarga de someternos a la crítica, nada es suficiente para complacer a los ojos ajenos, nunca seremos lo suficientemente buenos.

La obsesión por la perfección no necesariamente viene de la publicidad sino de la madre. Nada de lo que hagas como mujer cumplirá completamente las expectativas que la madre tenía de ti.

La lucha por la perfección se hereda de generación en generación y quien no logre alcanzarla será despreciado por el núcleo familiar.

La competencia comienza entonces en casa entre madre e hija, pero se alimenta al trascurrir los años con los mensajes que emiten los medios de comunicación a las mujeres.

Los patrones de belleza si son impuestos por los medios de comunicación. Hay una presión por la belleza griega que dicta mujeres altas, de boca pequeña, ojos claros, nariz perfecta, delgadas.

Esto conduce a las mujeres al consumismo en ropa, maquillaje y cirugía estética.

No es gratuito que tres por ciento de las mujeres padezcan alguna clase de trastorno alimenticio y que un noventa por ciento de la población femenina se preocupe por la cantidad de calorías que consume a diario. (APA, Trastornos de la alimentación: El rol de la psicoterapia en el tratamiento eficaz, 1998)

Así que mientras predomine el libre mercado, la influencia de los medios seguirá siendo determinante para que las mujeres vivan presas de los estereotipos, pues están bombardeadas de mensajes que las orillan a exigirse la perfección, el problema es que al no lograrlo se sienten mal y caen en depresiones.

La competencia femenina y la crítica constante, genera un estado de presión impresionante sobre este género, tanto, que ellas hoy en día creen valer por su apariencia y dejan atrás sus éxitos y logros profesionales.

Mientras sigan pensando que sus logros están ligados a su apariencia, no podrá haber un verdadero cambio en las futuras generaciones, ya que esto es un patrón repetitivo de comportamiento.

Al mirarme, ¿que ven?...una mujer no muy alta, de tez clara, ojos grandes, delgada;

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