Sobrepoblacion
0316199417 de Octubre de 2014
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Lucha Contra la Sobrepoblación
Es propio del hombre de la Tierra, por su manera irreflexiva y puramente materialista de pensar, actuar y pensar equivocadamente en casi todas las cosas. Él actúa sin lógica en diversos aspectos, también con relación al problema del hambre en el mundo. Para ello él crea innumerables organizaciones de ayuda para recaudar dinero, alimentos y demás contribuciones para los que sufren de hambre y los necesitados. Sin embargo, por un lado, para llegar a disponer legalmente del 40% del recaudo obtenido que es autorizado para cubrir los gastos y que en cambio pasa a engrosar al propio bolsillo, y por otro lado, para seguir fomentando el problema de la sobrepoblación, activándolo y desbordándolo. Con esta aparente solidaridad humana, aunque en realidad acción destructiva e inhumana, no se logra aliviar el sufrimiento del hombre, ni se soluciona el problema del hambre, sino que el sufrimiento y el hambre son fomentados inmensamente aún más. Este amor al prójimo y humanitarismo mal conceptuado y su resultante ayuda mal colocada resulta principalmente de un humanitarismo absolutamente falso que suele surgir a través de doctrinas religiosas, sectas, y demás enseñanzas equívocas que lo que menos demuestran es verdadero amor al prójimo o amor humanitario. Justamente así resultan problemas más grandes y más severos que los que ya habían. Mucha gente, irresponsablemente y sin consideración hacia las cuestiones de la verdad absoluta, sin verdadera responsabilidad, sin respeto ante la vida, ni ante el cumplimiento de las leyes y mandamientos de la Naturaleza y la Creación, presta esta imprudente "ayuda" para de esa manera fomentar la desayuda y la destrucción de la vida aún más que nunca. No sólo la mal entendida compasión e influencias sectarias juegan un papel fundamental, sino también el hecho de que muchos necesitan de sus "acciones de caridad" para tranquilizar sus inquietas conciencias por vivir en mejores condiciones que los demás. Sin embargo, desestiman que su bienestar proviene del esfuerzo propio y de la sociedad que conforma un país civilizado - y ello en primer lugar porque su población casi no se debe aumentar o bien que semantenga en números bajos, o al menos en proporciones más sensatas que aquellos en los llamados países necesitados subdesarrollados, quienes se multiplican irracional e irresponsablemente como conejillos de Indias, para luego pasar hambre y clamar por ayuda.
Casi no se debe dejar aumentar o bien que se mantenga donde quiera que sea posible, los humanistas falsos donan bienes y dinero para "Pan para Hermanos" y "Hambre en el Mundo", etc., sin que realmente se preste ayuda a hacerle la competencia a la razón y la naturaleza se preste ayuda a hacerle la comopetencia a la razón ya la naturaleza, las cuales al fin y al cabo se quejan con hambrunas contra la sobrepoblación. Los humanistas falsos de esto no tienen o bien ninguna idea o no quieren saber nada de ésto. Hambrientos serán asi proceados por cientos de millones, a través de una compasión antinatural y por un amor al prójimo equivocado como consecuencia de una humanidad falsa, a pesar de que esto se lo puede evitar, por medio de un control del nacimiento voluntario o decretar un reglamento coercitivo. Por el exceso de la masa humana, se ocaciona forzosamente cada vez más problemas y necidades, por ésto también serán lentamente destruidas a fauna, la flora y vida planetaria.
Los individuos salvados de morir por inanición nuevamente se volverán fuertes, crecidos y bien alimentados - y listos ya para procrear debido a un escazo control de nacimientos, completamente no aclarado en forma masiva nuevos descendientes en cantidades completamente descontroladas, cuyas cifras por año se calculan en miles de millones de nuevos seres. Esto no sólo inmediatamente producirá a su vez más problemas de hambre, falta de fuentes energéticas, de medicamentos, de espacio, problemas económicos, etc., sino que estos descendientes también contribuyen a su vez al problema de la sobrepoblación de la Tierra: en cuanto alcanzan su madurez sexual, ellos a su vez generan incontroladamente nuevos descendientes - y así nuevamente se procrean nuevos seres aún en mayores cantidades. Cada vez más y más rápidamente y en muy corto tiempo la Tierra se sobrepobla aún más; y contábamos en el año de 1978 con 4 mil millones de habitantes en la Tierra, entonces ya serán en el año 2000 al rededor de 7 mil millones, etc. Debido a este continuo e incesante crecimiento de la sobrepoblación, todos los demás problemas crecen de manera desmesurada y se hacen más diversos. Son estos problemas, de los que nadie se salva, los que afectan la vida misma de los seres humanos, como también la vida del planeta, su flora y su fauna. Así como las degeneraciones de los seres humanos aumentan continuamente, así se degenerará igualmente en las próximas décadas el planeta mismo y la naturaleza. Ya sólo la amenazante destrucción de la capa de ozono causada por el hombre trae insospechado sufrimiento para toda la Tierra y para toda vida, como también lo está generando la propagación de la inmunodeficiencia. Como consecuencia de guerras y revoluciones, etc., se producirán verdaderos desplazamientos étnicos, cuando la gente necesite huir de sus tierras y buscar asilo por doquier. Esto a su vez conduce al odio contra los extranjeros, contra los refugiados y al racismo, causando graves disturbios y homicidios, etc., provocados por extremistas de todo tipo. La adicción a la droga aumentará y por lo tanto se elevará el terrorismo internacional. La recesión y la inflación volverán a aparecer o persisterá y millones de personas quedarán sin trabajo y sin ingresos económicos. La criminalidad y el crimen organizado aumentarán intensamente, matanzas colectivas de individuos estarán a la orden del día, como también las matanzas en masa por individuos en delirios religiosos, sectarios o políticos. El medio ambiente será destruido cada vez más, y por lo tanto el planeta mismo será saqueado y diezmado. Pero de esto el planeta y la naturaleza se vengarán mediante inusuales y fuertes tormentas, huracanes y ciclones, como también mediante gigantescos incendios que consumen bosques, praderas, y demás abrasamientos de proporciones gigantescas. Enormes estragos climáticos aparecerán como no se han visto desde tiempos remotos en la Tierra. Grandes sequías azotarán a la Tierra y a la humanidad, así como inmensas inundaciones, tormentas de nieve y granizo, y demás insospechadas calamidades. Los volcanes inactivos desde tiempos inmemoriales entrarán en erupción y cambiarán el clima del mundo negativamente. Los volcanes de reciente actividad también dejarán oír su rugir más seguido, y los terremotos serán más frecuentes y sacudirán con más fuerza - sin descontar al hombre y su irresponsable uso de bombas atómicas en operaciones comerciales, en pruebas nucleares, y el uso de demás explosivos que conmocionan la corteza terrestre.
Si ya en el año 1978 éramos 4 mil millones de habitantes sobre la Tierra, entonces hoy esta cifra ya sobrepasa ampliamente las posibilidades de lo que la Tierra es capaz de brindar dentro de límites normales y sanos sin necesidad de que el hombre manipule e interfiera con la naturaleza, diezmándola, explotándola y devastándola para conseguir un mayor rendimiento de alimentos, y también sin que un sólo habitante tenga que sufrir de hambre. La Tierra es realmente un planeta, y en verdad uno maravilloso, que con todo lo que posee y sin ningún problema es capaz de albergar y alimentar en abundancia a 529 millones de habitantes. El hombre, sin embargo, creó una inmensa sobrepoblación que lo obligó a producir, mediante la química y la genética, rendimientos sobrenaturales de todas las plantas alimenticias. Pero eso no basta, pues gracias a la creciente sobrepoblación, también las demás explotaciones de la Tierra, de todo tipo y de toda materia prima, se deben intensificar para cubrir el incesante crecimiento en la necesidad de materiales. Y de que también se expande la destrucción del suelo fértil debido a la locura de la sobrepoblación y debido al uso de químicos y la expansión de terrenos para viviendas, etc., de ello no habla absolutamente nadie, como tampoco se menciona que muchos alimentos destinados al hombre están saturados por químicos, y que una gran mayoría de ellos ya consisten en su mayor parte de productos químicos.
En cada región de la Tierra originalmente vivía justo la cantidad de gente que dicha región era capaz de alimentar naturalmente. Tanto los químicos como demás venenos, la creación de nuevas variedades de plantas y la explotación intensiva del suelo, eran todavía completamente desconocidos. Esto cambió súbitamente durante la Edad Media, especialmente a partir de la Revolución Francesa, de donde surgió la disparatada idea que se debe incrementar el número de habitantes para poder rebelarse con más fuerza contra las autoridades y conseguir su destitución. Para ello, el pueblo se instigaba entre sí a la procreación y al aumento de sus descendientes para así volverse fuertes y poderosos. En esto también estuvo involucrado el cristianismo y sus sectas, donde especialmente se destaca el catolicismo, que poderoso desde siempre ha pregonado su errada y demencial doctrina: "fructificad y multiplicaos". Un eslogan que todavía hoy en día es predicado asiduamente y difundido por el mundo entero por las grandiosas autoridades católicas y sus clérigos, causando así que en los países dominados para fines de asegurarse sus "rebaños" y sus "contribuyentes", la gente se reproduzca como conejillos de Indias. Naturalmente, esta resultante sobrepoblación necesita proporcionalmente más alimentos,
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