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Sociedad Y Estado


Enviado por   •  14 de Julio de 2013  •  2.156 Palabras (9 Páginas)  •  430 Visitas

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Sociedad y Estado

Las relaciones históricas entre la sociedad y el Estado han evolucionado según el sistema político, la naturaleza del régimen jurídico, los intereses de los grupos, el tiempo y las circunstancias colectivas presentes y futuras. El Estado ha ejercido de manera variable, acertada o desacertamente su rol frente a la sociedad. Las libertades y los derechos avanzan como conquistas irrenunciables, impidiendo que se desconozca el fin de las instituciones y el deber de protección y acatamiento que el Estado para con la sociedad. En los regímenes de gobierno democrático donde la voluntad popular es prioritaria, la sociedad adquiere su imperio como arbitro de su propio destino y significado histórico. En los modelos de democracia participativa que superan esquemas tradicionales de representación, se debe acentuar más este carácter y esta condición.

El Estado, en su concepto y en sus fines, es una forma de organización de la sociedad y no un mecanismo para sustuirla. El Estado ha de servir al colectivo y su actuación se enmarca en las atribuciones, competencias y procedimientos formalmente establecidos, con el objeto de desarrollar los principios y valores esenciales de la sociedad contenidos en la Constitución, en la historia, en el espíritu esencial de un país. La sociedad y el Estado representan entidades diferenciadas, con roles y jerarquías específicas, no cabiendo duda que por encima del Estado está la sociedad, que es el sustrato fundamental de la Nación, y en el cual reside el mandato político y la soberanía, como definición además de jurídica, social y humana.

El poder político que corresponde al pueblo, se organiza y se manifiesta muchas veces a través del Estado y sus agentes cumplen un mandato, sujetos a reglas ya establecidas y se rigen por un principio de responsabilidad. La autoridad del Estado es delegada y su alcance y contenido lo regula la propia Constitución, ley suprema que establece todas las competencias.

Por su origen y por su finalidad, por sus objetivos y por sus resultados, el Estado debe entenderse como parte de la sociedad y subordinado a su control en términos políticos, administrativos, colectivos, cada vez más pleno y exigente en las naciones democráticas que desarrollan y perfeccionan el ejercicio de la libertad.

En la complejidad de los sistemas políticos modernos tanto los individuos como las instituciones formulan decisiones, y se corresponde con una etapa más profunda de la democracia una evolución e implementación mayor del poder de la persona y de la sociedad organizada en todas las materias, lo cual representa la gran virtualidad de la democracia participativa, que ya en los años 80 había sido expuesta como parte de la doctrina política y que hoy se impulsa en sociedades en transformación, en Venezuela y en América Latina.

Cada vez más resulta indispensable el rol legitimador de la sociedad, el ejercicio capaz y responsable de las competencias ciudadanas, la comprensión y la inserción de la sociedad en el nuevo mecanismo institucional, la estructuración eficiente y armónica de las competencias públicas, estén en el individuo, en la colectividad o en el propio Estado.

El concepto de democracia participativa es renovador y abre espacios para el ejercicio directo de la soberanía popular, más allá del voto, en la gestión de competencias públicas y en la manifestación de la autoridad ciudadana, y que es precisamente el Estado Comunal. El mismo redefine y obliga a la transformación del propio Estado y crea nuevas instancias de participación y posibilita la estructuración de una sociedad menos dependiente.

La proclamación de esos principios en la Constitución y su adecuado desarrollo legislativo, propicia un más profundo modelo de democracia participativa que debe conducirnos a un mayor fortalecimiento de la sociedad y hacia un concepto de Estado, ya no de Bienestar, sino de Justicia con mayor equilibrio y compromiso institucional y ciudadano.

Influencia de la publicidad

Al estudiar el fenómeno de los efectos de la publicidad tenemos la obligación de relacionarlo con los fenómenos socioculturales. No tenemos que olvidar que el estudio de la publicidad está íntimamente ligado y relacionado con las ciencias sociales y psicológicas. Y uno de los fenómenos más importantes es el consumo. La única forma de entender la publicidad es comprender primero el fenómeno del consumo, y como ha evolucionado pasando de una sociedad basada en el ahorro, a una sociedad de consumo basada en la compra exacerbada de cualquier producto y servicio. De ahí la importancia del estudio de la publicidad como elemento más visible y relevante de la sociedad de consumo.

• Estereotipos

Por medio de las estrategias publicitarias, tales como la percepción oculta o subliminal, los anuncios se van introduciendo en nuestra mente, y con ellas la

"falsedad" del mundo y de los personajes por ellas creadas ya que contienen roles y estereotipos sociales que acaban condicionando nuestra conducta.

Los mensajes publicitarios exhiben personajes que desempeñan un papel concreto en la sociedad, esta función es muchas veces sexista e irreal. Ser hombre o mujer, joven o adulto, niño o anciano, conlleva cumplir con unas labores y obligaciones predispuestas y que la publicidad se encarga de perpetuar. Como un ejemplo claro y conciso podemos mencionar a la corriente comercial "light", quienes apelan a la delgadez como una herramienta de poder para así persuadir a las mujeres a que luzcan "bellas" siendo delgadas a través de sus productos.

La gente empieza a pensar que lo que transmite la publicidad es la forma de vida que ellos deberían de seguir, la figura que deberían tener e incluso las ideas que deben seguir. Todo esto hecho en forma de estrategia comercial para empresas específicas.

• Estereotipos en los adolescentes

La publicidad, igual que lo hacen los medios de comunicación, proyecta una visión estereotipada de los adolescentes, que aparecen despreocupados y divertidos, pendientes de su imagen personal. Se trata de una imagen sesgada, muy alejada de la diversidad que caracteriza al universo juvenil, de las diferentes maneras de sentir y actuar de los adolescentes. Pese a ello, en la medida en que la publicidad sobrerepresenta esa imagen simplificada de los adolescentes, la refuerza y acaba convirtiéndola en el referente indiscutible para muchos. De hecho, esta visión estereotipada es aceptada como propia por unos adolescentes, que perciben que ese es el modelo con el cual la sociedad espera que se identifiquen. En un contexto histórico donde los referentes culturales tradicionales (la religión, la política,

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