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TRAUMATOLOGIA


Enviado por   •  2 de Septiembre de 2014  •  6.635 Palabras (27 Páginas)  •  284 Visitas

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INTRODUCCION

El profesional de Enfermería ha de ser sensible y mantener una actitud crítica y reflexiva frente a la realidad integral del ser humano y sus derechos, haciendo de su práctica diaria un medio de cultivo al laboratorio social para la investigación y aplicación de modelos teóricos, que alimentan un cuidado con calidez y sensibilidad humana, conllevando con esto a un crecimiento como persona y como profesional, generando así un impacto transformador para sí mismo y en las instituciones de salud.

. Humanizar el cuidado que brinda Enfermería es un reto en la actualidad debido a factores políticos, tecnológicos, sociales y culturales, los cuales, afectan de manera impredecible su rango de actuación; es de hacer notar que, cuando se habla de humanizar se asocia con un enfoque holístico a la acción de cuidar, comprendiendo lo que el ser humano, enfermo o no, necesita

A través de esta revisión bibliográfica se describe el deber ser de Enfermería en cuanto al cuidado humanizado y la realidad que actualmente, en algunos casos demuestran los profesionales de la salud, especialmente Enfermería, ya que en las instituciones de salud, se observa que esta dimensión del cuidado humanizado, se debe rescatar y hacerla valer como un derecho propio del enfermo hospitalizado.

HUMANIZACION: El concepto de humanización es un concepto muy complejo que proviene de las ciencias sociales y que hace directa referencia al fenómeno mediante el cual un objeto inanimado, un animal o incluso una persona adquiere determinados rasgos que son considerados humanos y que no poseía antes. Es importante señalar que el término humanización da cuenta de un proceso que se lleva a cabo por un tiempo determinado y que tiene como fin la conversión del sujeto u objeto en cuestión en algo más parecido a lo que se entiende normalmente por ser humano.

Antes de poder hablar de lo que entendemos por humanización, debemos dejar en claro qué entendemos por ser humano. En este sentido, el concepto hace referencia a un ser que, a diferencia de los restantes seres vivos, ha logrado desarrollar sentimientos consientes y manejables entre los cuales destacan la solidaridad, el amor por el prójimo, la empatía, el compromiso con determinadas causas, etc. Si bien el ser humano también tiene muchos elementos negativos en su esencia, todos estos caracteres mencionados son exclusivos de él y ni los animales ni las plantas pueden desarrollarlos consiente y racionalmente.

Es por esto que cuando hablamos de humanización estamos haciendo referencia al proceso mediante el cual se adquieren rasgos típicos del ser humano. Lo complejo de este concepto es que por lo general se aplica a los mismos seres humanos y no tanto a otros elementos como los animales. Esto se da en los casos en los que una persona que mantenía rasgos poco humanos (como la envidia, el odio, la ira) fue dejándolos de lado para convertirse en alguien más digno de ser llamado humano.

CUIDADO: Existen múltiples connotaciones del verbo cuidar, en los diccionarios lo definen como poner atención y esmero en una cosa, atender, velar, mimar, esmerarse, imaginar, pensar, meditar, asistir, aplicar la atención o pensamiento, vigilar, tratar, prevenir. “El cuidado significa además preocupación, interés, afecto, importarse, proteger, gustar, en portugués significa cautela, celo, responsabilidad, preocupación. El verbo cuidar específicamente asume la connotación de causar inquietud, entregar la atención” (1). Para enfermería tiene un significado mucho más amplio y se refiere básicamente al aspecto humano, así se define el cuidado como “ayudar al otro a crecer y a realizarse como persona. Es una manera de

relacionarse con alguien que implica desarrollo” (2).

Algunos estudiosos derivan cuidado del latín cura. Esta palabra “es un sinónimo erudito de cuidado, usada en la traducción de Ser e Tempo de Martín Heidegger. En su forma más antigua, cura en latín se escribía coera y era usada en un contexto de relación de amor y de amistad. Expresaba actitud de cuidado, de desvelo, de preocupación y de inquietud por la persona amada o por el objeto de estimación” (3).

En tal sentido, entendiendo el cuidado como una actitud de responsabilidad y envolvimiento afectivo con otro ser humano, “la palabra cuidado incluye dos significaciones básicas, íntimamente ligadas entre sí: La primera la actitud de desvelo, de solicitud y de atención para con el otro. La segunda, de preocupación y de inquietud, porque la persona que tiene cuidado se siente envuelta y afectivamente ligada al otro” (3)

EVOLUCIÓN DEL CONCEPTO DE CUIDADO HUMANO

Es importante comprender que este concepto ha ido evolucionando desde la época prehistórica hasta nuestros días, rumbo a la posmodernidad y hacia el tercer milenio.

El hombre prehistórico trató en todo momento de satisfacer sus necesidades básicas para subsistir: alimentación, vivienda, protección, recreación, confort, transporte y la necesidad de socialización para su desarrollo con la constitución de una familia y el trabajo en grupos.

En tal sentido, vemos que predominan las actividades preventivas, por lo tanto el concepto de salud que se maneja es el de que ésta se obtiene como un don divino y la prevención de las enfermedades son importantes para no perderla; así, como el portarse bien de acuerdo con las normas establecidas en la familia para evitar la enfermedad como castigo de los dioses, lo cual le significaba la expulsión de su tribu y la muerte. Las mujeres tenían a su cargo el cuidado de los niños y los ancianos y ayudaban durante el parto. “Entre las prácticas de higienizar y de alimentar, en esa época, fueron introducidos comportamientos de tocar, sobar y gestos rudimentarios de afecto” (1).

En la edad antigua (etapa que abarca desde la invención de la escritura: mediados del cuarto milenio a. de C., hasta el siglo V d. de C.) gracias a la invención de la escritura fue posible la difusión del conocimiento, ya que comienzan a escribirse libros, artículos, cartas, etc., que sirven como medio de transmitir el resultado de numerosas investigaciones realizadas por los científicos de la época, principalmente en el campo de la medicina. El mayor avance en cuanto a la profesión de enfermería (4) se observa en la India (2500 a 1500 a. C.), donde se consideraba que la enfermera debía tener conocimientos sobre preparación de medicamentos para su administración, debía ser astuta, dedicada al paciente y ser pura tanto de mente como de cuerpo, la necesidad de su formación surge a raíz de la creación de los hospitales. El surgimiento del cristianismo a finales de la edad antigua favoreció la atención desinteresada de los enfermos, por amor a Dios y a la vez coloca a la mujer en un plano de igualdad con el hombre, incorporándose en posiciones de liderazgo y labores humanitarias, dando lugar su enseñanza formal a través del clero, a su desarrollo como profesión organizada, surgiendo la figura de la enfermera visitadora que atendía a los pobres en sus hogares.

Durante la edad media, período de 1000 años que se desarrolló aproximadamente entre los siglos V y XV, la invasión de los bárbaros a Europa provocó cambios en la sociedad medieval, lo que influyó también en la enfermería, la cual tuvo que adaptarse a las necesidades de salud de la población. Los grupos que se formaron para cuidar de los heridos, enfermos y peregrinos, durante las cruzadas, lo hacían siguiendo los principios de la caridad cristiana; de esta manera el valor social concedido por el cristianismo a las actividades de cuidar giró alrededor de objetivos espirituales.

La salud de los pobladores era precaria, debido al incremento constante de enfermedades infectocontagiosas, la desnutrición, la pobreza de la cosechas, el hacinamiento, la poca limpieza, la falta de higiene y de conocimientos dietéticos. Además, los viajes y las guerras colocaban a las personas en contacto con enfermedades para las cuales carecían de inmunidad natural.

La medicina se fue diferenciando de la cirugía y la enfermería, a medida que aquella tomaba en cuenta a personas que durante mucho tiempo se habían dedicado al estudio.

También contribuyó el renacimiento de la ciencia griega, cuyos impulsores principales fueron los bizantinos y musulmanes, trayendo como consecuencia la aparición de universidades por doquier, lo que dio lugar a una medicina de estudios avanzados.

La enfermería al no penetrar los muros universitarios, por la condición de desvalorización de la mujer en esa época, entró en etapa decadente y sus actividades se redujeron a tareas simples: alimentación para los enfermos, lavado y vendaje de heridas, cuidar a los leprosos, atender partos y cuidar niños.

Obsérvese que las palabras cuidar, cuidado y atención aparecen en esta época como parte de las tareas simples de la enfermera, las cuales se realizaban por amor a Dios, se aprecia el énfasis en lo curativo más que en lo preventivo a diferencia de las etapas anteriores.

Además, tal como está descrito este cuidado se refiere más a asistir que a cuidar. Asistir implica estar presente, comparecer, hacer compañía, auxiliar, socorrer, testimoniar, observar; mientras que cuidar, tal como se señaló al inicio, consiste en atender, velar, mimar, esmerarse, imaginar, pensar, meditar, asistir, aplicar la atención o pensamiento, vigilar, tratar, prevenir. Vemos entonces como el cuidar incluye asistir, pero asistir no incluye cuidar (yo puedo estar presente, hacer compañía pero sin atender o esmerarme por el bienestar del otro)

El cuidado de enfermería se diferenciaba claramente del cuidado médico, ya que el objetivo de enfermería era proporcionar y mantener el confort, ayudar a los enfermos a morir dignamente, además de contribuir con la medicina y la curación; mientras que el objetivo del médico era curar y controlar la enfermedad.

La etapa moderna o modernismo, que históricamente se ubica entre los siglos XV y XIX, se inicia con la declinación de los ideales religiosos que prevalecieron en el medioevo y finalizó con los movimientos de la Revolución Francesa. En esta época hay importantes avances en el campo de la medicina, producto de investigaciones realizadas por destacados médicos, que a su vez contribuyeron también al avance de la enfermería, pues se necesitaban cada vez más enfermeras capacitadas para trabajar en los hospitales para asistir a los enfermos (y a los médicos por lo general creándose una dependencia cada vez mayor de la enfermera hacia el médico). Las enfermeras sanitarias de la época atendían a los enfermos en el hogar: control de signos vitales, administración de tratamiento médico, instrucción a la familia acerca de la higiene personal, medidas sanitarias útiles para toda la familia, de esta forma enseñanza y prevención se convirtieron en funciones importantes de las enfermeras de distrito.

Para mejorar su práctica profesional la enfermera acude a la universidad y con ello asume mayores funciones, responsabilidades, realiza investigaciones. En la década de los 60 un mayor número de enfermeras se preparaba en el ámbito del doctorado, aparecen marcos conceptuales y teorías que guían la práctica de enfermería.

El cuidado forma parte del ser humano desde sus orígenes, pero a diferencia de los animales (1), adquiere en el transcurso del tiempo formas y expresiones de cuidar que se sofistican; considera el cuidado no como una actividad o tarea realizada en el sentido de tratar una herida, aliviar un desconfort y ayudar en una cura o a aliviar una dolencia.

Procura ir más allá, intentando captar un sentido más amplio: el cuidado como una forma de expresión, de relación con el otro ser y con el mundo, como una forma de vivir plenamente; aunque infelizmente en su historia representa paradojas y ambigüedades entre comportamientos de cuidado y no-cuidado: las guerras han hecho que cada vez sean más sofisticados los instrumentos bélicos fabricados por el hombre para la destrucción de millares de personas. De igual manera, los descubrimientos científicos y los avances industriales y tecnológicos, si bien han sido de mucho beneficio para el mundo entero, también han causado tragedias en función del incontrolable deseo del hombre de ejercitar su poder.

A veces el hombre no mide las consecuencias de sus acciones, pues la lucha de ahora es cada vez más competitiva lo cual lo hace ser más individualista. El bienestar hoy en día significa tener, poseer cosas y bienes no importa lo que cueste. En este cuidar, la salud, por ejemplo, está incluida. Mientras tanto solo hay una real preocupación por su ausencia y se toman medidas de protección sólo cuando la salud está amenazada.

Rescatar el cuidado humano en cada uno de nosotros, los seres humanos, es vital en el momento actual. En todos los sectores, y en particular, entre las profesiones de la salud, el cuidado como una condición humana debería constituir un imperativo moral.

En Venezuela la trayectoria que ha seguido el cuidado de enfermería no difiere mucho de lo señalado (1) como trayectoria del cuidado de enfermería en Brasil; sintetizando algunas de sus ideas, se puede decir que la práctica de Enfermería en Venezuela tiene características similares a las encontradas (1) en los resultados de su estudio:

En la primera fase: las primeras expresiones organizadas y sistematizadas de saber en enfermería son constituidas por las técnicas de enfermería comúnmente conocidas como cuidado de enfermería. Para Almeida, las técnicas consisten en descripciones de procedimientos de enfermería a ser ejecutadas paso a paso, y específicamente también el material que es utilizado; es decir que el objetivo de enfermería no estaba centrado en el cuidado al paciente, sino en la manera de ser ejecutada la tarea.

La segunda fase, hacia la década de los 50, se caracteriza por la introducción de los principios científicos, que eran guías donde se exponen las distintas acciones de enfermería Prevalece el énfasis en los aspecto biológicos, ahora con una preocupación en incluir algunos aspectos psicosociales. Lo importante es que los cuidados de enfermería, o las técnicas de enfermería, tienen ahora un respaldo científico.

La década de los 50 trajo modificaciones en el escenario de enfermería en los Estados Unidos, donde las enfermeras brasileñas, así como las venezolanas, también se inspiraron.

La introducción de la alta tecnología tuvo un fuerte impacto en el mundo hospitalario. La eficiencia en administrar tratamientos sofisticados y nuevos medicamentos tornan las acciones de enfermería más complejas.

Textos más recientes han presentado el cuidado de forma más humanística, priorizando el cuidar, a la persona y al medio ambiente y no solamente procedimientos, patologías o problemas.

A mediados de la década de los 60 y 70 se inicia la tercera fase de desarrollo de enfermería, denominada teorías de enfermería. Varios intentos son realizados por algunos líderes de la enfermería mundialmente en el sentido de humanizar la asistencia o el cuidado.

Las influencias políticas-sociales y económicas, la propia historia de enfermería y las prácticas de cuidar y su interrelación con la categoría género, son actualmente el foco de las discusiones. Es una fase revolucionaria. Antiguos paradigmas son cuestionados, existen diferentes visiones del mundo que han acompañado a la enfermería.

Los cuestionamientos, las discusiones y los análisis por los que pasa la enfermería actualmente deberían resultar en una madurez de la profesión. Las investigaciones han sufrido un incremento, lo que ha contribuido con el avance del conocimiento. De la misma forma crecen los cursos de postgrado, que en verdad, son los responsables por el aumento numérico y de calidad de las investigaciones. “La dedicación es fundamental para el cuidado. Cuando acaba la dedicación acaba el cuidado, El cuidado se desarrolla en un proceso de superar obstáculos y dificultades y la base de mi dedicación es el valor que yo reconozco en el otro” (2).

COMPONENTES DEL CUIDADO HUMANO

Mayeroff describe ocho componentes del cuidado, que no deben faltar en este artículo, pues es necesario que toda persona que pretende brindar cuidados, las conozca y aplique para que realmente el paciente se sienta satisfecho del cuidado recibido así como ella misma.

Conocimiento: Para cuidar de alguien, debo conocer muchas cosas. Necesito conocer, por ejemplo, quién es el otro, cuáles son sus poderes y limitaciones, cuáles sus necesidades, y lo que conduce a su crecimiento; preciso saber cómo responder a sus necesidades, y cuáles son mis propios poderes y limitaciones.

Ritmos Alternados: No puedo cuidar apenas por hábito; debo ser capaz de aprender apartir de mi pasado. Veo cuantos comprenden mis acciones, si ayudé o no, y a la luz de los resultados, mantengo o modifico mi comportamiento de modo de poder ayudar mejor al otro.

Paciencia: La paciencia es un componente importante del cuidado: yo dejo al otro crecer en su propio tiempo y de su propia manera. Con paciencia, yo doy tiempo y por lo tanto posibilito al otro encontrarse a sí mismo en su propio tiempo. La paciencia incluye la tolerancia. La tolerancia expresa mi respeto por el crecimiento del otro.

Sinceridad: En el cuidado soy sincero al intentar ser verdadero. Al cuidar de otro, debo ver al otro como él es y no como a mí me gustaría que fuese, o como siento que debe ser.

Si voy a ayudar a otro a crecer, debo corresponder a sus necesidades de cambio. Pero además de ver al otro como él es, debo también verme a mí como yo soy. Soy sincero al cuidar, no por conveniencia, sino porque la sinceridad es parte integrante del cuidado.

Confianza: El cuidado implica confiar en el crecimiento del otro en su propio tiempo y de su propia manera. Al cuidar de otra persona confío en que él va a errar y a aprender de sus errores. Confiar en el otro es dejarlo en libertad; esto incluye un elemento de riesgo y un salto a lo desconocido, y ambos exigen coraje.

Humildad: El hombre que cuida es sinceramente humilde cuando se dispone a aprender más sobre el otro y sobre sí mismo, y sobre aquello que el cuidado comprende. Una actitud de no tener nada más que aprender es incompatible con el cuidado. La humildad también está presente al tomar conciencia de que mi cuidado específico no es de forma alguna privilegiado. Lo que es significativo en última instancia no es si mi cuidado es más importante que su cuidado, pero sí que el hombre es capaz de cuidar y que tenga algo de que cuidar. La preocupación en saber cuál es el cuidado más valioso me desvía del cuidado.

Esperanza: Existe la esperanza de que el otro crezca a través de mi cuidado. No debe ser confundido con la esperanza irrealizable ni con las expectativas infundadas.

Tal esperanza es una expresión de plenitud del presente, un presente vivo con una sensación de posibilidades. Al contrario, donde no hay posibilidades de nuevo crecimiento habrá desespero.

Coraje: Confiar en el crecimiento del otro y en mi propia capacidad de cuidar me da coraje para lanzarme a lo desconocido, pero también es verdad que sin el coraje de lanzarme a lo desconocido tal confianza sería imposible. Es claro que cuanto mayor sea la sensación de lanzarse a lo desconocido, mayor será el coraje exigido para cuidar.

La enfermera y el enfermero para impartir cuidado humano debe poseer actitudes, aptitudes, cualidades y habilidades personales que le permitan aplicar todos los componentes del cuidado humano descritos por Mayeroff, durante su vida personal y profesional, en sus diferentes roles.

NUESTRA MISIÓN COMO MIEMBROS DEL EQUIPO DE SALUD

Además de los componentes del cuidado humano señalados por Mayeroff, es necesario que el profesional de la salud brinde un cuidado solidario al usuario, ya que “en el cuidado solidario hay una disposición de ayuda mutua entre el profesional y el paciente, que eleva sus niveles de conciencia, posibilita el fortalecimiento de las relaciones de sociabilidad y contribuye para el restablecimiento de la salud” (5).

Es fácil entonces comprender que cualquier persona no puede cuidar de otra si no toma en cuenta sus componentes y, además, si no reúne algunas condiciones tales como (6):

1. Concientización y conocimiento sobre la necesidad de cuidado

2. Intención de actuar y acciones basadas en conocimientos

3. Desear un cambio positivo en el bienestar del otro.

En tal sentido, “El Cuidado Humano es un acto, una dimensión ontológica, existencial, que se mueve en un proceso de relación, de reciprocidad, de confianza y envolvimiento afectivo por otro ser humano. Desde el punto de vista ecológico requiere que las personas se relacionen en forma respetuosa con la naturaleza”

Debemos entonces estar conscientes de nuestra misión como miembros del equipo de salud en la sociedad, del cuidado de la naturaleza que es fuente de vida, de que nuestra acción individual tiene un efecto holográfico, tal como la gota de agua que cae al pozo y hace movimientos ondulatorios que afectan a todo el ecosistema; que debemos tener apertura hacia el conocimiento universal y producir nuevos conocimientos. Esta visión ampliada nos ayuda a percibir, a tener conciencia del uso de nuestras manos para acariciar, hacer contacto piel a piel, hacer procedimientos, ayudar al otro a levantarse. El corazón es capaz de captar esas percepciones para un cuidado digno de salud para el tercer milenio, un cuidado realizado con arte, arte expresado a través de la música, la poesía, la pintura, la escultura, el sentido del humor, el baile, y muchas otras formas de expresión artística que contribuirán a dar mayor belleza a nuestro cuidado y despertar en los otros sensaciones y emociones que contribuyan a aceptar y considerar este cuidado como un valor, como un derecho, como una necesidad de crecimiento espiritual.

Consideramos que ser profesional de la salud es ser persona, sentir el calor humano de las personas, es brindar amor con nuestras manos y nuestro corazón, es comprender al prójimo, brindarle cariño y afecto. Es cuidar con conocimientos, dedicación, respeto, paciencia, sinceridad, confianza, humildad, esperanza y coraje. Es ayudar al otro a crecer, es oírlo con atención, es mirarlo con brillo en los ojos y lograr que sus ojos también brillen.

Esta es la mejor comunicación, la comunicación del alma, del corazón entre dos seres humanos.

HUMANIZACION EN LA ENFERMERIA:

Mundialmente la profesión de enfermería, es reconocida como un “Servicio esencial para la humanidad y constituye un capital humano de suma importancia para el campo de la salud por su aporte al cuidado del proceso vital humano, por su enlace dinámico entre los sistemas de salud y las poblaciones, por su contribución al logro de mejores condiciones de vida y por la felicidad de las personas”.

En este mundo globalizado, donde la ciencia y la tecnología avanzan a pasos agigantados, las sociedades están implicadas en un movimiento histórico, como consecuencia de la constante transformación de su entorno, de sus valores, normas o símbolos y de sus propios miembros; la sociedad se ve influenciada por fuerzas externas e internas que modifican su naturaleza y su evolución. Difícilmente se puede entender la evolución de la Enfermería sin analizar el medio en que se desarrolla, ya que esta tiene lugar y se manifiesta dentro de una estructura social con la que se interrelaciona constantemente.

Dentro del código de la Enfermera y el ejercicio de la enfermería, encontramos que “La Enfermera es personalmente responsable de su actuación profesional y de mantener válida su competencia por medio de una educación contínua.” La Enfermería siempre a la vanguardia, nos compromete a seguir actualizando nuestros conocimientos día a día. Pero hasta que punto nos estamos “tecnificando” y a la par “deshumanizando”, muchas veces se habla de la insensibilidad del Enfermero, que se tiene mucha teoría, pero que sentimentalmente nos estamos alejando de lo que en un principio llevó a Florencia Nigthingale a practicar el cuidado del prójimo. Será cierto que somos muy hábiles para manejar máquinas, instrumentos, bombas y todo equipo de última Generación, ¿Pero somos incapaces de sentir empatía por el ser humano que atendemos?

EL CUIDADO EN LA ENFERMERIA:

El primer intento de sistematización de la noción de cuidado se ubica en el Siglo XIX, con el trabajo de Florence Nightingale,. Notas sobre Enfermería, donde se refiere a las técnicas para ofrecer comodidad, higiene y alimentación a los enfermos. Para Nightingale “cuidar es un arte y una ciencia que exige una formación formal y el papel de la enfermera es poner al sujeto en las mejores condiciones para que la naturaleza actué sobre él” Vale la pena mencionar que el siglo XIX se caracterizó en el área de salud por la necesidad de mejorar la salubridad y controlar las enfermedades infecciosas lo que ayuda a comprender la importancia en el medio ambiente y la influencia de la naturaleza expresada por Nightingale.

Durante las décadas del Treinta y Cuarenta del Siglo XX, Virginia Henderson desarrolló una propuesta con el objetivo de definir la función de la enfermera. Esta autora en un análisis histórico que publica sobre el plan de cuidado de enfermería, reconoce que desde los años Veinte algunas enfermeras elaboraban proyectos referentes al diseño de planes de cuidado. La salud hacia principios del siglo XX era definida como ausencia de enfermedad. El cuidado por lo tanto se oriento hacia la resolución de problemas, deficiencias.

En la segunda mitad del siglo, el concepto se amplia considerando el contexto para comprender y explicar la situación de salud individual o colectiva y el cuidado se lleva a cabo para contribuir a recuperar la salud, prevenir la enfermedad, fomentar el mantenimiento de la salud. El cuidado se da a partir de la identificación de la necesidad de ayuda considerando las percepciones e integralidad de la persona.

Las investigaciones realizadas en los años Cincuenta en la Universidad de Washington aportaron los fundamentos para diseñar los primeros “Planes de Cuidado”, basados en principios científicos.

En los años Sesenta surgió en Norte América, la preocupación por construir “Modelos de Enfermería” y por desarrollar un método a partir del “Proceso de Enfermería” en respuesta las exigencias que planteaba el sistema de salud. Consuelo Castrillón en su libro “La dimensión social de la práctica de la enfermería”, afirma que en estos modelos conceptuales se encuentran representaciones de enfermería que, en algunos círculos académicos, han servido para facilitar la orientación de la formación del cuidado y de la investigación. “Estos modelos derivan de alguna teoría mezcla de teorías de la biología, la psicología, la sociología y la antropología, saberes que se adoptaron para ilustrar la estructura del cuidado de enfermería y para guiar la manera de formar, investigar y ejercer la profesión”.

También afirma, “que los modelos propuestos durante estos dos decenios se pueden decir que coinciden en trabajar el Cuidado como objetivo social de enfermería y representan el saber contemporáneo, que intenta desligarse de los fundamentos anatomoclínicos y etiopatológicos, que por más de un siglo constituyeron los únicos fundamentos científicos de enfermería, para construir su objeto de saber con el apoyo de las ciencias sociales, que aportan otras lecturas de las necesidades del ser humano en relación con sus procesos vitales”; “la promoción de la salud y la atención de la enfermedad son los fines intermedios para contribuir al bienestar, la calidad de vida y el desarrollo de las personas con quienes se interactúa.”

Beatriz Sánchez define el cuidado “como un acto de interacción humana, reciproco e integral, guía del conocimiento durante el decenio del Ochenta, surge con más intensidad la preocupación por la indefinición de la enfermería y se diseñan perfiles que tipifican las destrezas profesionales. Teoristas como Meleis (1985) citada por Villalobos plantea: “La enfermera interactúa en la situación de cuidado de la salud con el ser humano, quien es parte integral de su contexto sociocultural y que esta en alguna forma de transición o de anticipación a esta; las interacciones del cliente-enfermera están organizadas alrededor de algún propósito y la enfermera utiliza acciones deliberadas para , causar o facilitar la situación de salud”.

También afirma Meleis “que la enfermería ha atravesado numerosas etapas en la búsqueda de la identidad profesional y autenticidad y define cuatro etapas:

1.- practica;

2.- educación y administración;

3.- investigación y

4.- de desarrollo teórico”. En esta última etapa considera que se aceptó la complejidad de la naturaleza de enfermería y la posibilidad de trabajar con múltiples paradigmas, la necesidad de probar y corroborar los planteamientos más importantes de diferentes teorías, antes de descartarlas y la idea de aceptar la permanencia de diversos modelos y teorías en el campo docente, investigativo y de la práctica.

En el decenio del Noventa, el movimiento de reflexión sobre la Conceptualización en enfermería, indaga por los conceptos propios de este campo y se propone precisar cuál es su objetivo o razón social de la enfermería, identificando “el cuidado” como la función histórica de los profesionales de enfermería.

En Centro, Sudamérica y en la región Caribe, no se ha desarrollado una corriente teórica con las características de la experiencia Norteamericana. En Colombia, se han dado algunas aproximaciones como la desarrollada por el grupo de reglamentación profesional, constituido por representantes de docencia y de servicio. Grupo que contribuyó a la expedición de la Ley 266 de 1996 en cuyo texto se define Enfermería y se especifica el cuidado como el fin de la práctica profesional.: “Enfermería es una profesión liberal y una disciplina de carácter social, cuyo sujeto de atención es la persona como ser individual, social y espiritual. Su objeto es el “cuidado integral de la salud de la persona, familia y comunidad” en todas las etapas de la vida dentro del espectro del proceso salud – enfermedad”.

TEORIA DEL CUIDADO HUMANO DE JEAN WATSON

La teoría de Jean Watson se encuentra dentro del grupo de las teorías filosóficas. Se denomina filodofía y ciencia de la asistencia, se caracteriza por resaltar la importancia de los cuidados.

En la Teoría de Jean Watson se considera a la persona como "un ser en el mundo". Se considera 3 esferas: el alma, el cuerpo, y el espíritu. La persona se esfuerza en actualizar la relación entre estas tres esferas para conseguir la armonía y son dimensiones que la enfermera ha de tener en cuenta.

Watson se basa en el existencialismo, sostiene que el amor incondicional y los cuidados son esenciales para la supervivencia, se centra en las relaciones transpersonales de la persona

Esta teoría del cuidado humano se dedica a la promoción y restablecimiento de la salud a la prevención de la enfermedad y al cuidado de los enfermos. Los pacientes requieren unos cuidados holísticos que promueven el humanismo, la salud y la calidad de vida. el cuidado de los enfermos es un fenómeno social universal que sólo resulta efectivo si se practica en forma interpersonal, el trabajo de Watson contribuye a la sensibilización de los profesionales hacia aspectos más humanos.

DESHUMANIZACION:

El término deshumanización define un proceso mediante el cual una persona o un grupo de personas pierden o son despojados de sus características humanas.

Se entiende por deshumanización a la pérdida de los atributos y de la dignidad humana en el contexto de la relación del profesional de la salud con el paciente.

RETOS ACTUALES EN LA GESTION DE ENFERMERIA

Las reformas en salud realizadas en la mayor parte de los países de América Latina durante el último decenio del siglo XX se enmarcaron en el objetivo de disminuir los costos y el tamaño del Estado y mejorar la eficiencia, la cobertura y la calidad de los servicios. Entre las estrategias está la descentralización administrativa y financiera del sistema de salud, la separación de presupuestos entre salud y pensiones, y entre las entidades que prestan servicios y las aseguradoras. A las reformas en el sector salud se sumaron otras reformas estatales como la fiscal, la educativa y la laboral; estos procesos en conjunto modificaron las condiciones de trabajo del personal de salud, las formas de contratación y los salarios; se introdujeron nuevas responsabilidades en la gestión de los servicios y de costos, de acuerdo con lo señalado por la Organización Panamericana de la Salud (OPS)

El Consejo Internacional de Enfermeras (CIE) plantea que las enfermeras deben desarrollar e implementar las políticas de salud tanto en los planos locales nacionales como internacionales mediante el desempeño de funciones de gestión y liderazgo. Le otorga la responsabilidad de contribuir en la planificación de políticas de la salud, y en la coordinación y gestión de los servicios del área. Para el CIE las enfermeras gestoras han de ser directamente responsables de la gestión de los servicios de enfermería porque poseen las competencias para dirigir estos y otros servicios de salud. Además, plantean otras funciones que pueden desempeñar las enfermeras gestoras como asesorar de otros gestores sobre cuestiones que corresponden a la enfermería profesional.

En la actualidad, las enfermeras ocupan funciones esenciales de liderazgo en los sistemas de salud del mundo, son los profesionales que cuentan con mayor experiencia, con responsabilidad de gestionar y coordinar diariamente los cuidados de los pacientes y son los encargados de supervisar al personal de enfermería

Distintos trabajos han establecido las competencias que debe desarrollar la enfermera, entre las que se encuentran las de liderazgo como comunicación, trabajo en equipo y motivación; y las de gestión como delegación y supervisión. También se ha intentado identificar los factores que podrían estar asociados con la eficacia de las enfermeras directoras o ejecutivas, encontrándose una relación significativa en atributos como: colaboración en equipos multidisciplinarios, habilidad en negocios, habilidades en gestión de personas, proporcionar a las enfermeras las herramientas adecuadas y los recursos para hacer su trabajo, conocimiento de enfermería, gestión de calidad y de proyectos.

En Chile, las autoridades del Ministerio de Salud, en el contexto de la promulgación de la Estrategia Nacional de Salud 2011-2020, han hecho evidente la necesidad de un mayor desarrollo de la gestión como una competencia esencial de las enfermeras/os. Esto se debe a que visualizan este proceso como una estrategia necesaria para la implementación y el monitoreo de los nueve objetivos estratégicos con sus respectivas acciones y resultados esperados en todos los niveles. Cada uno de los objetivos estratégicos planteados responde a un proceso de gestión, el cual es llevado a cabo por distintos profesionales de la salud. Asimismo, se plantea la importancia de la gestión clínica de los servicios de salud que puede desarrollar la enfermera/o, enfocándola específicamente en la capacidad de administrar y planificar los recursos necesarios para el cuidado de la salud. Se considera que la gestión clínica tiene como meta ofrecer a los pacientes los mejores resultados posibles en la práctica diaria (efectividad), acordes con la información científica disponible para cambiar de forma favorable el curso clínico de la enfermedad (eficacia), con la menor cantidad de inconvenientes y costos para el usuario y la sociedad en su conjunto (eficiencia). La enfermera, en el desempeño laboral, utiliza el juicio clínico en la prestación de servicios para lograr que las personas mejoren, mantengan o recuperen su salud, que sean capaces hacer frente a problemas de salud, y para que de esta forma alcancen la mejor calidad posible de vida, cualquiera que sea su enfermedad o incapacidad, hasta la muerte. Esto implica que realiza un modo particular de intervención de enfermería que se relaciona con empoderar a las personas y ayudarles a alcanzar, mantener o recuperar la independencia. La enfermería es un proceso intelectual, físico, emocional y moral que incluye la identificación de las necesidades de enfermería, intervenciones terapéuticas y el cuidado personal, información, educación, asesoramiento y promoción física, emocional y espiritual. Además de dirigir la atención al paciente, la práctica de enfermería incluye el desarrollo de la gestión, la docencia, la política y el conocimiento. Todas las enfermeras llevan en sus mentes un concepto personal de la disciplina respecto a lo que es, para qué sirve y cómo debe hacer su trabajo. El problema, al menos en el Reino Unido, es que este concepto no se ha descrito y analizado suficientemente. No se sabe, por lo tanto, si todas las enfermeras comparten un concepto común, y mucho menos si se ha compartido con los pacientes y el público. Sin embargo Amestoy et al. en su estudio preliminar cualitativo, han identificado en las enfermeras que trabajan en hospitales la visión que tienen del liderazgo que ejercen, de la cual emergen cuatro categorías de liderazgo: agente de cambio, visionario, motivador y constructor de lazos de amistad. Estas se consideran como un instrumento esencial para ayudar a las enfermeras/os en la dirección, toma de decisiones, las relaciones interpersonales y la solución de conflictos que pueden ocurrir en el trabajo.

A nivel nacional el estudio de Robles identifica, clasifica y organiza los cuidados realizados por el personal de enfermería de tres hospitales públicos de alta complejidad de atención de Chile. En la estructura de cuidados de enfermería validada se identifican tres dimensiones de cuidados: universales, terapéuticos e indirectos. Los cuidados relacionados con gestión y administración se ubican en la dimensión de cuidados indirectos y consideran tres áreas de cuidados con sus respectivas intervenciones: 1) gestión y administración de la atención (administración operacional, calidad y seguridad, coordinación, desarrollo de la atención, dirección administrativa, extensión y docencia, gestión transversal del cuidado, manejo de insumos y consumos, y registros e informes); 2) seguridad del ambiente físico (manejo de ambientes laborales, de equipos y mobiliario); 3) administración del personal (capacitación, gestión, seguridad y supervisión). Respecto a esta última área de cuidado, los desafíos a los que se enfrenta la enfermera son la escasez de los recursos humanos, una alta rotación y ausentismo laboral. Esto hace necesario que las enfermeras cuenten con un conjunto de competencias que les permitan planificar, guiar, apoyar y facilitar el desarrollo eficiente del recurso humano, aspecto esencial para la buena prestación de los servicios de salud y atención de calidad. Las enfermeras deben estar preparadas para gestionar rápidos cambios en un mundo globalizado dirigido por la tecnología y con limitados recursos humanos y económicos. En el área de la gestión, en el apoyo y el cuidado del personal, la enfermera debe brindar oportunidades para el aprendizaje y la formación continua, el desarrollo y el crecimiento profesional, aportar comentarios y revisiones constructivas, defender y apoyar al crear un trabajo en equipo y, finalmente, mantener una comunicación y negociación eficaces. Entre las competencias por desarrollar en la planificación de los recursos humanos se encuentran: el análisis de datos, la gestión de la oferta de los recursos humanos, la gestión por competencias, y el desarrollo y la innovación.

CONCLUSIONES:

 La sensibilidad humana es la esencia que debe tener cada enfermera (o), para poder cuidar y lograr una sonrisa en el paciente, o sea, un gesto de humildad, eso es lo que regocija, para mantener las bases que conducen a la perfección y la armonía.

 Los jefes de Enfermería tienen la responsabilidad de ser modelos y monitores en cuanto al cuidado al usuario, puesto que en ellos esta que el profesional de Enfermería se humanice a través de la comunicación, de esa entrevista cara a cara, ese mirar a los ojos, dar una palmadita, incentivando al personal por sus logros, el acercamiento con respeto para poder así identificar en cada uno lo complejo que es el ser humano.

 A nivel mundial, la profesión de Enfermería, es reconocida como un servicio esencial para la humanidad y constituye un capital humano de suma importancia para el campo de la salud por su aporte al cuidado, por su enlace dinámico entre los sistemas de salud y las poblaciones, por su contribución al logro de mejores condiciones de vida y por la felicidad que a través de Enfermería se le brinda a las personas.

 El enfoque por competencias ha surgido como respuesta a la creciente necesidad impulsada por la globalización en la tecnología, en las comunicaciones, en la economía y en la cultura de los países. Su finalidad es mejorar la calidad y pertinencia de la formación de profesionales, para que estos puedan desempeñarse de manera más eficiente en los nuevos escenarios del ámbito sanitario del presente siglo.

BIBLIOGRAFÍA

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