Transformacion Social
3 de Febrero de 2013
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Título
FAMILIA, TRABAJO INFANTIL Y ESTADO
Autor
Lic. Stradella Vanesa
OBJETIVO GENERAL
- Analizar el papel de la familia y del Estado en la prevención y posterior erradicación del trabajo infantil.
OBJETIVO ESPECÍFICO
- Conocer a través del análisis de un caso concreto el rol de la familia.
- Identificar la influencia de las políticas del Estado (a través de sus programas) en la superación del problema.
- Realizar conclusiones y propuestas superadoras sobre la problemática, vistas como un compromiso de la sociedad civil.
FUNDAMENTACIÓN
La realización del presente trabajo tiene como eje principal poder analizar, a través de mi trabajo profesional de campo con niños, la importancia de la familia en el bienestar psico-físico y la influencia de las políticas públicas elaboradas desde el Estado orientadas al desarrollo de las relaciones interpersonales y a la satisfacción de las necesidades psicosociales que permiten ofrecer bienestar y mejor calidad de vida al niño y a su familia.
Tomo al Estado y a la familia porque sostengo que desde una buena intervención del primero, fortaleciendo a través de sus programas a la familia, se puede lograr la contención necesaria que impida la realización de tareas laborales a los niños que forman parte de cada núcleo.
El trabajo está dividido en tres partes:
En la primera parte realizo un análisis teórico de los temas principales que fundamentan mi trabajo, es decir la familia, el trabajo infantil y el papel del Estado.
En la segunda parte expongo un caso concreto extraído de la práctica profesional realizado en un Centro de Acción Familiar en donde me desempeño como encargada del servicio social del mismo.
En la tercera parte, y para finalizar, elaboro una conclusión sobre el tema que conjugue lo teórico con lo práctico observada habitualmente en mi trabajo cotidiano.
Con este trabajo pretendo demostrar con casos concretos como a través de una correcta intervención del Estado por intermedio de sus programas y sus recursos materiales y humanos (profesionales) se puede fortalecer a la familia logrando la contención que evite la entrada al mercado laboral de niños.
DESARROLLO
En esta parte voy a comenzar esbozando algunos de los conceptos que van a servir de referencia del trabajo, el primero es el de la familia y las variaciones en la historia hasta llegar al rol actual, después voy a ocuparme del ingreso de los niños al mercado laboral, para terminar identificando el papel del Estado ante esta problemática.
Históricamente se han definido las funciones de la familia como: unidad de reproducción social cuyos miembros comparten una solidaridad económica mínima; la familia desempeña por lo menos funciones económicas, de procreación y socialización (esenciales al proceso de reproducción social).
Actualmente algunas de estas funciones han debido ser replanteadas al interior de la familia:
La función económica está dada con la incorporación de casi todos los miembros de la familia al mercado laboral, como es el caso de las mujeres y los niños; esto significa el cambio en los roles establecidos para cada miembro y la creación de estrategias de supervivencia que escapan a las tradicionales que brindaba el mercado de trabajo. Por ejemplo: el cirujeo.
La función de procreación, como unidad de procreación social, la familia se diferencia de otras formas sociales de comportamiento sexual por su monopolio de procreación legítima.
En la actualidad esta función se ve medianamente reducida debido a que las nuevas estructuras familiares, quedan limitadas a la constitución de cuatro miembros aproximadamente por familia, como decisión de la pareja.
La función de socialización, proceso por el cual el niño llega a ser miembro de la sociedad. Dentro de la familia el niño constituye su identidad y forma su personalidad para desarrollarse en la sociedad.
En la actualidad las funciones antes descriptas han tenido variaciones producto de los cambios que se den en los diferentes niveles que conforman a la sociedad: lo económico, lo cultural, lo social; las familias, sus roles y sus miembros se fueron adaptando a estas transformaciones hasta llegar a la situación que nos encontramos en la actualidad.
Las transformaciones de la estructura familiar revelan la crisis del modelo de familia nuclear como célula de la sociedad: familia ampliada, nuevos modelos paterno-maternales que no se estructuran sobre la identificación de sexo, múltiples nociones de “hijo” en el imaginario social que combinan avances en la genética y fertilidad con suicidios y embarazos precoces adolescentes, mayor número de mujeres sostén del hogar, experiencia de vida autónoma infantil.
Nuestras familias viven procesos de exclusión social, vistas desde Castells como “proceso de disgregación y separación progresiva de ese orden moral”, la pobreza comienza a ser vista como un problema cuando los individuos a través de circunstancias económicas pierden la pertenencia, la representación y de hecho la integración en la vida corporativa de la comunidad y por lo tanto en el Estado.
Ante esta situación los miembros del grupo familiar deben elaborar determinadas estrategias de supervivencia definidas por Susana Torrado como “aquellos comportamientos de los agentes sociales de una sociedad dada que estando condicionados por su posición social se relacionan con la constitución y mantenimiento de unidades familiares en el seno de las cuales pueden asegurar su reproducción biológica, preservar la vida y desarrollar todas aquellas prácticas, económicas y no económicas, indispensables para la optimización de las condiciones materiales y no materiales de existencia de la unidad y de cada uno de sus miembros.
De este concepto antes planteado se desprende el segundo punto que es el del trabajo infantil; definido como el trabajo que desarrollan los niños como una manera de generación de ingresos frente a una situación socialmente impuesta, pudiendo las actividades situarse en la economía formal, informal o marginal, siendo la remuneración para sí o para su núcleo familiar.
No es reconocido como una vía formal de subsistencia familiar, ni considerado como un aporte al ingreso económico mensual de grupos familiares de escasos recursos, sin embargo, en muchas ocasiones la subsistencia de la familia depende de estos menores que perciben ingresos.
Un estudio de la CEPAL muestra que para los hogares con hijos estudiados en relación con este tema, estos aportan entre el 16% y el 36% de los ingresos del hogar.
Cálculos de la OIT estiman que unos 250 millones de niños en todo el mundo,entre los 5 y los 14 años de edad, tienen que trabajar para ganarse el sustento; casi la mitad de ellos lo hacen a tiempo completo y la mayoría de las veces en medios altamente inadecuados. De estos niños 50 o 60 millones que tienen entre 5 y 11 años de edad trabajan en circunstancias peligrosas y muchos otros son explotados encubiertamente en condiciones que pueden asemejarse a la esclavitud a través de adultos que explotan a seres inocentes, débiles, inseguros y vulnerables para su beneficio personal.
Los niños que se ven obligados a trabajar prematuramente ven limitadas sus posibilidades de formación y acceso al mercado laboral en comparación con los que tienen probabilidades de acceder a un mayor nivel educativo; la situación se ve agravada cuando los niños desarrollan tareas con un uso inapropiado de maquinarias o herramientas. Asimismo constituyen un núcleo considerable entre quienes realizan trabajos en condiciones de gran precariedad de riesgo sin cobertura social ni legal y en general no tienen acceso a una educación y atención a la salud adecuada ni a la recreación.
El trabajo infantil constituye una estrategia de supervivencia de los estratos socioeconómicos más desposeídos, siendo una forma de organización informal de subsistencia económica para estos hogares, los que deben crear diariamente fórmulas de recolección de dinero. Por lo tanto el trabajo infantil puede definirse como una respuesta típica de los grupos sociales marginales.
El trabajo infantil es visible en todas las ciudades y, en las zonas rurales de todos los países de la región.
Los últimos datos proporcionados por la Dirección de Estudios y Formación de Políticas de Empleo, en base a encuesta de la Encuesta de Desarrollo Social(EDS) del SIEMPRO-INDEC, indican que el total de la población de niños de 10 a 14 años que trabaja es de 252.683,constituyendose en el 8,8% del total de esa franja hetaira. De esa cifra, el 56,7% son varones y el 43,3% mujeres.
En la Argentina se pueden distinguir tres grandes emplazamientos en cuanto a la inserción laboral infantil, según la actividad y el medio social en el que se desarrollan:
*En la calle de los grandes centros urbanos;
*En estructuras empresariales y el trabajo domiciliario;
*En el medio rural.
Los niños y adolescentes se vinculan a los estratos tecnológicamente más atrasados de la economía por lo tanto a los de más bajos ingresos.
En general trabajan en actividades agropecuarias, en el sector informal urbano y en el servicio doméstico.
El sector formal o empresarial de la economía directamente casi no utiliza mano de obra adolescente y no utiliza niños. Sea por limitaciones legales o por las necesidades de cuidar sus maquinarias. Los empleadores
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