Valores, Actitudes, Normas y Creencias del Profesional Técnico Universitario

INTRODUCCIÓN

En el acontecer diario, los movimientos humanos se ven interferidos por una realidad que trasciende las mismas reglas de la materia. El puro mecanicismo de una vida social regida únicamente por la interacción exterior de los agentes humanos no puede concebir una realidad ordenada conforme a criterios comunes debido a los vaivenes que las perspectivas descoordinadas y subjetivas le imprimen a la acción humana. Es por ello que surge la necesidad de plantear una esfera racional de directrices que ordenen el comportamiento apoyándose en principios, reglas, normas, creencias; elementos que permitan cumplir metas y objetivos de manera fraterna con los demás individuos.

Desde tiempos antiguos, el término valor se ha referido a la utilidad o precio material de algún bien, de igual manera, se ha asociado con la dignidad de la persona humana. El uso filosófico del término “valor”, comienza (estoicos 300 a. C.) cuando su significado se generaliza para indicar cualquier objeto de preferencia o de selección. En este sentido, su manejo siempre ha estado ligado al “crecimiento” de algo o algo, por añadidura (en el caso de los objetos materiales) o por mérito, tratándose de las personas humanas. Cabe destacar que el valor puede interpretarse igualmente como una cualidad que confiere a las cosas comunes, hechos o personas una estimación, ya sea positiva o negativa.

Partiendo del último punto planteado, puede decirse que la existencia de un valor es el resultado de la interpretación que hace el sujeto de la utilidad, deseo, importancia, interés, belleza del objeto. Es decir, la valía del objeto es en cierta medida, atribuida por el sujeto, en acuerdo a sus propios criterios e interpretación, producto de un aprendizaje, de una experiencia, la existencia de un ideal incluso de la noción de un orden natural que trasciende al sujeto en todo su ámbito.

Según Frisancho (2001), sostienen que los valores son "anteojos" desde los cuales se puede entender la realidad y, por ende, actuar en función de ella. Partiendo de las líneas esgrimidas anteriormente, se pueden entender los valores como recursos personales que facilitan una mejor comprensión de la realidad social, atendiendo por supuesto la naturaleza relacional inherente a los seres humanos. Los valores fungen en este sentido, como criterios de base para establecer relaciones efectivas que permitan traducir las complejidades de la interacción humana. Para lograr esto, debe existir cierta continuidad lógica entre lo que se sostiene (creencia), lo que se dice y lo que se hace. Esto se denomina: congruencia.

La congruencia es una expresión exterior de los valores que se asumen para la vida. Esta se evidencia en la relación de coherencia que hay entre las acciones de una persona y aquello que predica. Los valores son el punto de partida para que el individuo social asuma una posición frente a la vida lo menos alejada del criterio que sostenga y, mediante la congruencia, éste podrá practicarlos en el terreno de lo concreto, forjando con ello una “actitud”, entendida esta como un hábito o predisposición de hacer el bien de forma prolongada en el tiempo.

Importancia de los valores

Los valores conforman las bases para alcanzar el bienestar personal y general de todos quienes nos rodean, por lo que se consideran importantes por varias razones:

1. Porque se relacionan con nuestros comportamientos y con la forma en que desarrollamos nuestras vidas desde el punto de vista personal, familiar, laboral y social, aunque su jerarquía de importancia varíe en cada uno de estos aspectos. Por ejemplo, en nuestros hogares aplicamos ciertos valores como el amor, la comunicación y la gratitud con nuestros padres, hermanos, abuelos o pareja, para establecer una sana convivencia y el respeto mutuo.

2. Los valores también son importantes porque sirven de guía para tomar las decisiones correctas ante los diversos acontecimientos de la vida, y nos permiten responsabilizarnos de nuestros actos.

Valores éticos y valores morales

Los valores éticos son las pautas de comportamiento que buscan regular la conducta de las personas. Son valores de carácter universal y se adquieren durante el desarrollo individual de cada persona. Por ejemplo, en la vida profesional valores como la responsabilidad o la justicia son claves. Por su parte, los valores morales son aquellos transmitidos por la sociedad, de una generación a otra, y pueden variar a lo largo del tiempo. En algunos casos, pueden estar determinados por una doctrina religiosa.

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