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Enviado por   •  27 de Febrero de 2013  •  3.302 Palabras (14 Páginas)  •  305 Visitas

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Tema II Colonialismo y Pueblos Indígenas

DEFINICIÓN

COLONIZACIÒN

Término que viene de su raíz colonia y ésta del latín coloniam. Es la doctrina que tiende a legitimar la dominación política y económica de un territorio o de una nación por el gobierno de un estado extranjero. Suele llamarse así al proceso iniciado en el siglo XV con la conquista, asentamiento y explotación, por parte de Europa, de territorios en América, Oriente y África.

INDÍGENA

Es un término que, en sentido amplio, se aplica a todo aquello que es relativo a una población originaria del territorio que habita, cuyo establecimiento en el mismo precede al de otros pueblos o cuya presencia es lo suficientemente prolongada y estable como para tenerla por oriunda (es decir, originario de un lugar). Con el mismo sentido se utiliza, con mayor frecuencia, el término equivalente nativo, presente en expresiones como "idioma nativo".

También es habitual utilizar términos como pueblos originarios, naciones nativas o aborígenes.

En sentido estricto y más habitualmente, se aplica la denominación indígenas a las etnias que preservan las culturas tradicionales no europeas. Con este alcance, se denomina indígenas a los grupos humanos que presentan características tales como:

• Pertenecer a tradiciones organizativas anteriores a la aparición del estado moderno,

• Pertenecer a culturas que sobrevivieron la expansión planetaria de la civilización europea.

DESCUBRIMIENTO, INVACIÔN O ENCUBRIMIENTO

Cuando los españoles llegaron a estas tierras no descubrieron a los pueblos que habitaban éstas zonas, sino que fueron encubiertos a partir de tres preceptos. Según Bartomeu Melia "el primero de los preceptos a ser ocultado e ignorado es la cuestión del pobre referida a su cultura, hombre sin cultura. El segundo de ellos es del pagano referido a su religión, son hombres sin Dios, no adoran a nadie. Y el tercero de ellos la del bárbaro referida a su lengua. Pobres “que todo tomaban y daban; paganos que ninguna secta tenían; bárbaros que tenían que aprender hablar”. Quedó así denunciada la triple negación de América: la de su economía, la de sus religiones y la de sus lenguas y culturas.

Y es así que valiéndose de las carencias, desde lo que NO tenían estos pueblos (según la cultura europea) los españoles comienzan a escribir una historia desde su llegada. Se hace aquí presente el principio de "tabula rasa" en el cual, los pueblos indígenas eran una página en blanco que debía ser escrita por los españoles, la misión de ellos era crear y escribir una historia con caracteres cristianos para los pueblos que nada tenían.

Pero no todo salió como ellos lo esperaban debido a que los pueblos presentaron resistencias a las formas de dominación, algunos de forma violenta, otros utilizando ciertas estrategias, etc. En fin, llegado determinado momento los españoles no pudieron seguir negando que los aborígenes no tuvieran religión, cultura y lengua, se manifestaban por doquier. Entonces lo que hacen es aceptar que existe otra cultura, religión y lengua, pero que se encuentran en una posición o estadio inferior a la europea. Ya no se las niega, ni intenta sustituir sino simplemente relegarlas al puesto inferior de la vida social, cultural y política.

En esta situación vemos a dos grupos sociales humanos perfectamente diferenciados entre sí, que al entrar en contacto se descubren DOS culturas diferentes, ni mejores ni peores, diferentes, que respondieron a las exigencias del medio ambiente de manera distinta.

No es que los españoles descubrieron un lugar vacío o una "tabula rasa", en todo caso, a partir de su llegada, los hizo visibles, los dieron a conocer al resto del mundo.

Aquí se puede hablar de una incomprensión sistemática donde el descubridor encubre lo que no entiende y lo que no quiere entender. Y no olvidemos que esta incomprensión siempre estuvo mediada por el conflicto, por la imposición que derivó en masacres de pueblos nativos, en explotación de mano de obra indígena y demás atrocidades.

Un número indeterminado de indígenas, pero en cualquier caso estimado en varios millones, vivía en América en el momento en el que el primer viaje de Cristóbal Colón inició un periodo histórico de contactos a gran escala, desconocidos hasta entonces, de los habitantes del viejo mundo con América. El contacto de un puñado de potencias europeas con lo que consideraron el Nuevo Mundo llevó a la conquista y colonización del continente americano por los habitantes de las potencias coloniales, con millones de emigrantes (no siempre voluntarios) del "Viejo Mundo", mayoritariamente africanos, estableciéndose permanentemente en América.

Una de las primeras estimaciones sobre la población precolombina la hizo Fray Bartolomé de las Casas, para la isla de La Española, que tendría según el religioso de 3 a 4 millones de habitantes antes de la llegada de los hispánicos.

Causas de la reducción demográfica

Las causas que explican el drástico descenso demográfico en América han sido siempre causa de polémica. Desde ámbitos generalmente ajenos a la historiografía, políticos, periodistas y organizaciones políticas actuales, así como autores nacionalistas e izquierdistas, han consignado que la catástrofe demográfica fue fruto de campañas de exterminio sistemático, por lo que se trataría de un genocidio. Otros historiadores, en la misma línea, han señalado que serían las condiciones brutales de la sociedad colonial las que serían las responsables de la catástrofe demográfica, señalando que estas condiciones de explotación, no accidentales, constituirían un genocidio. Los defensores del exterminio sistemático, en general, achacan la debacle demográfica a una acción intencionada de los europeos.

En general, ningún historiador niega que las condiciones de servidumbre y explotación a que fue sometida la población indígena, fue causa de muertes, pero algunos sostienen que ningún esfuerzo humano podría reducir de un 60 a un 95 de población indígena bajo un sistemático que no existió y a lo largo de un siglo. Pero existe un gran consenso entre historiadores, demógrafos y ecólogos que apuntan a la introducción de enfermedades desconocidas por los indígenas, y para las que carecían de defensas, como la causa fundamental de la debacle demográfica, estimando entre un 75 y un 95% de disminución de población achacable a las enfermedades epidémicas debido a un proceso de unificación micróbica del mundo originado en occidente (Europa, Asia y África) debido a las dinámicas comerciales y que afectaron acumulativa y sucesivamente a indígenas de todas las edades.

La crueldad que emplearon los españoles es incontrovertible. Fue despiadada, brutal y el régimen colonial jamás llegó a tenerla bajo control. Los españoles, por supuesto, no tenían interés alguno en destruir a los nativos; hacerlo, evidentemente, habría socavado su institución básica, la encomienda.

Sin embargo, afirma también, citando la obra de David Noble Cook Born to Die. Disease and New World Conquest, 1492-1650, que tal crueldad no pudo ser la causa de la catástrofe demográfica que asoló la población nativa, dada la escasez de población europea: Y sin embargo, la crueldad infringida a los habitantes del Nuevo Mundo fue responsable de sólo una pequeña parte del desastre subsiguiente. Nunca hubo suficientes españoles en América para matar al enorme número de nativos que perecieron. Sin ninguna duda, el motivo principal del catastrófico descenso en la población de las Américas fueron las enfermedades infecciosas llevadas por los europeos. Los nativos del mundo atlántico no se libraron de enfermedades ni de epidemias. Y la invasión europea acarreó nuevas y crueles formas de morir. Las bacterias que portaban los españoles sacudieron la región caribeña tan pronto como Colón desembarcó y alcanzaron el continente incluso antes que Cortés. La primera gran epidemia (de viruela) se produjo en La Española, a finales de 1518, alcanzó México en 1520 y, al parecer, se extendió por América del Norte y probablemente también por el imperio incaico. [...] El impacto directo de las enfermedades fue devastador y así lo registraron los indios en sus crónicas. Hubo otras causas de mortandad masiva, pero todas fueron indirectas o con efectos a largo plazo.

La llegada del europeo, aparte de las brutalidades que pudiera cometer más tarde, parece haber tenido únicamente un pequeño papel en la epopeya de un desastre de proporciones cósmicas. El número total de personas afectadas nunca podrá calcularse con fiabilidad, pero no es exagerado sugerir que, entre los pueblos indígenas del Nuevo Mundo, más de un noventa por ciento de las muertes fueron causadas por enfermedades contagiosas más que por crueldad.

La viruela cruzó por primera vez a finales de 1518 o comienzo del 1519, y durante los cuatro siglos siguientes desempeñaría un papel tan esencial en el avance del imperialismo blanco en ultramar como la pólvora. Quizás un papel más importante, porque los indígenas hicieron que los mosquetes y después los rifles, se volvieran contra los intrusos, pero la viruela luchó muy raramente del lado de los indígenas. Normalmente los intrusos eran inmunes a ella así como a otras enfermedades infantiles del Viejo Mundo, la mayoría de las cuales eran nuevas a otro lado de los océanos

La viruela, el sarampión, la gripe, el tifus, la peste bubónica y otras enfermedades infecciosas endémicas en Europa tuvieron un papel decisivo en las conquistas europeas, al diezmar a muchos pueblos en otros continentes. Por ejemplo, una epidemia de de viruela devastó a los aztecas tras el fracaso del primer ataque español en 1520 y mató a Cuitláhuac, el emperador azteca que sucedió brevemente a Moctezuma. A lo largo de América, las enfermedades introducidas por los europeos se extendieron de tribu a tribu mucho antes de la llegada de los propios europeos, matando a un porcentaje estimado del 95% de la población nativa americana existente a la llegada de Colón.

El investigador Jorge Gelman, opinando sobre el debate del genocidio y la catástrofe demográfica en la Conquista de América, sostuvo: No estoy seguro que el término (genocidio) sea el más adecuado, aunque no hay ninguna duda de la magnitud de la mortandad entre los pueblos indígenas americanos, que siguieron a la invasión y conquista europea. Las razones son muy variadas: seguramente desde el punto de vista cuantitativo lo peor fueron las enfermedades, pero estuvieron potenciadas por la explotación, las hambrunas, la separación de las familias por los sistemas de trabajo forzado.

Respecto al mismo debate, y en línea con Henry Kamen, la historiadora argentina María Sáenz Quesada niega las imputaciones de exterminio sistemático argumentando que los europeos no podían eliminar a su mano de obra:

Yo no diría que hubo asesinatos masivos, diría que hubo luchas. Los aztecas y Cortés por ejemplo lucharon. Masacres deliberadas para matar indígenas no hubo, por la simple razón de que eran la fuerza de trabajo que los españoles iban a usar.

Robert McCaa introduce también las devastaciones ecológicas como factor agravante de la catástrofe demográfica:

El rol de las enfermedades no puede ser entendido sin tener en cuenta el cruel tratamiento a que se sometió a la masa de la población nativa (migración forzada, esclavitud, demandas laborales abusivas, y tributos exorbitantes) y la devastación ecológica que acompañó la colonización española.

Uno de los inconvenientes que se han señalado a la teoría de las epidemias como causa de la catástrofe demográfica, es que no se conoce ninguna pandemia que haya eliminado prácticamente la totalidad de la población de un continente, «debido a que, por norma, los virus, microbios y parásitos no acaban con la mayoría de sus víctimas, ni siquiera la Peste Negra, símbolo de la enfermedad virulenta, fue tan mortífera como se sostiene fueron estas epidemias. La primera incursión en Europa de la Peste Negra, entre 1347 y 1351, constituyó la clásica epidemia en territorio virgen. La mutación acababa de crear la variante pulmonar del bacilo conocido como yersinia pestis. Pero es que ni siquiera en aquella ocasión la enfermedad acabó con más de un tercio de sus víctimas.

Otros factores añadidos fueron los desplazamientos forzados de población por las políticas de reducción (pueblos de indios, aldeas) y por desplazamientos forzados de fuerza de trabajo hacia entornos distintos, así como lo que el historiador Nicolás Sánchez llamó "desgana vital", es decir, la decepción psicológica por la conquista y la desesperanza causada por el derrumbamiento del mundo indígena, así como la destrucción de economías de subsistencia en algunas sociedades.

¿CONQUISTA?

La llamada conquista de América fue la exploración, invasión, ocupación y colonización de parte del continente americano por algunas potencias europeas, de las cuales las principales fueron España, Portugal, Inglaterra, Francia y Holanda, a partir de la llegada de Colón a América el 12 de octubre de 1492 y que se mantuvo principalmente durante los siglos XV, XVI y XVII, aunque aún permanecen algunos enclaves coloniales en el presente.

Desde que Colón el 12 de octubre de 1492 llegó al continente americano, surgieron inmediatamente ansias de conquista para apropiarse de un territorio, que a juicio de los europeos estaba habitado por salvajes incultos, poseedores de enormes riquezas desaprovechadas. Para ello, se organizaron empresas de conquista y colonización durante los siglos XVI y XVII, por parte de España, Portugal, Inglaterra, Francia y Holanda.

Para organizar una expedición de conquista se debía lograr la autorización a los reyes españoles, que constaba en un acuerdo denominado Capitulación, donde se establecían los derechos y deberes de los conquistadores con respecto a las tierras conquistadas. Se les otorgaba el título de Adelantado que les posibilitaba convertirse en gobernadores de las tierras que conquistaran, y finalmente lograr la financiación del viaje.

Sobre la conquista de América las opiniones se dividen. Algunos aceptan la leyenda negra de la conquista, donde se relata la historia de un choque de culturas, con aborígenes exterminados, o expuestos a trabajos agobiantes, como la mita o las encomiendas, que los conducían a la enfermedad, y la muerte. Poblaciones enteras diezmadas, a las que se les quitó la cultura, las ideas, la libre expresión, sometiéndolos a trabajos forzados y a aceptar una religión ajena. El suelo del territorio, tan amado por los nativos y cuidado por ellos, fue sometido a prácticas agrícolas extractivas que agotaron su productividad. La riqueza minera fue llevada a Europa, dejando en América un territorio a merced de las necesidades foráneas.

La leyenda rosa nos cuenta de un grupo de hombres que trajeron a las tierras americanas una religión de amor, caridad y respeto, que se impuso a los hombres de estas tierras para educarlos, ya que su religión les exigía la adoración de dioses malignos, que les obligaban a realizar sacrificios humanos. Se sostuvo que no poseían una cultura real, ya que era disvaliosa para ellos, y para los demás, y que los europeos trajeron la civilización y el progreso. Aún hoy los aborígenes americanos reclaman por los derechos que les quitaron en miras a ese objetivo.

¿EXTERMINIO?

La Conquista, es la época de guerra contra los indígenas, fundación de ciudades y primer poblamiento. Se lleva mucha parte del siglo XVI, aunque los indios lucharon y pusieron resistencia, hubo luchas incesantes que culminaron con el exterminio de muchas tribus. Los conquistadores españoles practicaron por igual la guerra de exterminio; Los españoles vinieron por las especies y cuando hallaron oro, su política fue de exterminio. No hubo una traspolación de instituciones y por ello la aplicación de los regímenes jurídicos del Reino, particularmente de sus instituciones jurídicas, respondió más a la misericordia y a la piedad que Fray Bartolomé de las Casas suplicaba a los Reyes, una política de transculturización del Reino Español a sus Colonias americanas.

¿GENOCIDIO?

Según un informe del gobierno titulado Genocidios, en América se cometió el mayor genocidio de la historia mundial sólo en América del Norte fueron asesinados 15 millones de indígenas desde que Cristóbal Colón puso pie en este continente en 1492, y sugirió que el exterminio continúa hasta hoy. Otros 14 millones fueron masacrados en América del Sur. Aunque la cantidad de víctimas no se puede saber con certeza, sí existen pruebas irrefutables de una campaña deliberada de exterminación, despojo y aculturación de los pueblos nativos, opuestas a distintas teorías negacionistas. Tales teorías sostienen que las enfermedades que mataron a gran parte o la mayoría de los indígenas fueron un subproducto desafortunado del ”contacto” entre culturas.

Los Pueblos Indígenas han sido víctimas por más de quinientos años de un proceso de genocidio, colonización y discriminación producto de ideologías y políticas imperiales, mismas que han violado nuestros derechos fundamentales. Cualquier diálogo entre Pueblos Indígenas, el Estado y la Sociedad, debe tomar en cuenta la naturaleza colectiva e histórica de estos derechos.

Los indígenas americanos fueron objeto de genocidio en nombre de la religión, fruto de la explotación de los indígenas para la extracción de metales preciosos:

La conquista y colonización de América fue una cruzada de evangelización, pero el principal objetivo fue la cruzada por la extracción de metales y eso derivó en la muerte de millones de habitantes, una muerte que no fue precisamente accidental, por eso fue un genocidio... Desde ningún punto de vista es salvable el genocidio indígena como ningún otro genocidio.

CIVILIZACIÓN Y BARBARIE

Es una dicotomía presente a lo largo de la historia de una gran cantidad de naciones modernas, como una navaja que corta longitudinalmente el relato. Remite a una dualidad en general mal resuelta y deja un surco aún insalvable, marcado con sangre y fuego.

Bárbaros les decían los griegos a aquellos extranjeros cuyas lenguas no entendían (se burlaban de su dicción ininteligible: “bar, bar, bar”). Bárbaro ocupó desde entonces el lugar de “el otro”, el extraño, aquel a quien no puedo ni deseo conocer. No entiendo su comportamiento ni su forma de pensar y por ello representa un peligro para nosotros. Y nosotros venimos a ser los civilizados, a quienes asiste la razón.

Llegadas a un punto de su desarrollo, las civilizaciones necesitan extenderse, buscan territorios vecinos y expulsan a los bárbaros. Lo característico de nuestra civilización moderna es que necesita al mundo entero, sin dejar rincones disponibles para “la barbarie”. Este punto de inflexión, que Carlos Marx llamó “de acumulación originaria”, fue transpuesto por medio de una violencia monumental. La mencionada “acumulación originaria” es un dispositivo que funciona como mito del origen de la modernidad, naturalizado como algo lejano y ajeno a nuestra condición actual. Pero su realidad histórica fue en definitiva la que determinó en buena medida la situación presente de desigualdades y cristalizó esa dicotomía como esencial.

La justificación de la máxima “orden y progreso”, de origen europeo, contra el caos y el atraso representado por el indígena formó parte de la primera resolución de la dualidad en nuestras tierras. Esto incluyó la utilización de medios más bien controvertidos, sobre todo a la luz de nuestra época. Este conflicto simbólico se reactiva configurado en diversos imaginarios (por ejemplo, con el orden provisto por una dictadura, puesto en contraste con el relajamiento que permite una democracia o la irrupción de sectores plebeyos en espacios sociales que son habitualmente dominio de sectores ilustrados) y reaparece, reforzado, en tiempos de crisis. Cada imaginario parece proveer, a la vez, justificaciones simbólicas para quienes comparten el ideario del tipo de orden proporcionado por “la civilización” como para aquellos que reivindican “la barbarie” como espacio de contracultura, resistencia y protesta. Esta mutua desconfianza arrastra desde tiempos remotos la imposibilidad de síntesis de la dicotomía esencial, tal vez porque puesta en estos términos, sea insalvable.

PROCESO DE EVANGELIZACIÓN O PROCESO DE TRANSCULTURIZACIÓN

La dominación española se realizó a partir de la idea de que había que uniformar cultural y lingüísticamente a los habitantes originarios de la América, así tenemos que la unidad religiosa, basada en el catolicismo y la adhesión lingüística al idioma español fueron aspectos fundamentales en el proceso de conquista. A partir de este momento, los indígenas han sido víctimas de racismo, discriminación, desprecio a sus creencias, desarraigo, marginación política y expulsión de sus territorios ancestrales.

En el feroz proceso de conquista, ocurre una evidente dominación, donde lo occidental se impone ante las culturas indígenas, produciéndose lo que se conoce como la transculturización. Sin embargo, los indígenas supieron elaborar estrategias destinadas a permitirles reproducir su identidad y su cultura.

Si bien la transculturación es, en buena parte, resultado natural de la evangelización de las culturas indígenas, es necesario advertir que, en el caso americano, este cambio cultural se debió también a una acción consciente y buscada de los mismos misioneros y del Estado sobre las culturas indígenas, y no sólo a su cambio de religión

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