La Historia De Rafael Orozco Binomio De Oro De America
emfd28 de Septiembre de 2014
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Rafael Orozco
Cantante
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Rafael Orozco / Biografia
Nació en Becerril (Cesar) un 24 de marzo de 1954, en el hogar de "Rafita" Orozco y Cristina Maestre. Su crecimiento estuvo rodeado del trajinar cotidiano de sus coterráneos, realizando labores menores para contribuir con la sobrevivencia de una familia numerosa. Montado en "El Ñato", un burro garufero que se convirtió en su acompañante incondicional, transportaba cargas de agua que recogía de las orillas del río Maracas y las vendían en el perímetro urbano.
En la orilla del río nacieron sus primeros versos. Se perfilaba el comienzo de un acordeonero frustrado que quiso seguir los pasos de su padre.
Rafa fue un hombre humilde de cuna. Llevó al altar a la novia de siempre, Clara Elena Cabello, la mujer que de sus entrañas le dio la dicha de conocer a tres preciosas niñas, Kelly Johanna, Wendy Yolani y Loraine.
Orozco Maestre se dio a conocer como una alternativa moderna en el canto vallenato, integrando conjuntos de oportunidad con los acordeoneros Julito de la Ossa, y Luciano Poveda, con quienes consolidó su propio estilo, diferente del que en este momento se imponía en el gusto de los seguidores del vallenato clásico, que estaba representado por los "Playoneros del Cesar", "Bovea y sus vallenatos", Alfredo Gutiérrez, Jorge Oñate, Poncho y Emiliano entre otros.
Adelantó estudios secundarios en el Colegio Nacional Loperena y en una semana cultural resultó vencedor en una confrontación artística con personajes como Juvenal Daza, Octavio Daza, Adalberto Ariño y Diomedes Díaz, quien en el evento interpretó un tema que Rafael Orozco hizo famoso titulado "Cariñito de mi vida" que fue su primer éxito, grabado con Emilio Oviedo en 1975...
De manera casual Rafa se encontró con Israel Romero Ospino, "El Pollo Irra", un acordeonero de Villanueva (Guajira) reconocido en toda la Provincia de Padilla. En el cumpleaños de Mario Ceballos, rector de la Universidad Autónoma del Caribe, se presentaron por primera vez los dos valores, con calidad, con identidad,y compenetracion desde el primer momento. Sólo necesitaron unos cuantos toques y unos cortos ensayos para confirmar el acople armonioso, que de inmediato cristalizó el nacimiento de la organización Romero-Orozco, el "Binomio de Oro".
En su primer trabajo discográfico imponen éxitos como "La creciente" de Hernando Marín, "Momentos de Amor" de Fernando Meneses, "Eterno Enamorado" de Edilberto Daza, "El pataleo" de Poncho Cotes Jr. Y "La gustadera" de Alberto "Beto" Murgas.
El Binomio de Oro, orientado por Rafael Orozco Maestre, su voz, líder, mostró unos elementos básicos en sus presentaciones, que en forma vertiginosa los convirtieron en una agrupación musical de exportación, como sucedió al conquistar el mercado de Estados Unidos, Venezuela, México y Centroamérica. Rafel Orozco e Israel Romero formaron la pareja más seria e importante en la historia del folclor vallenato. Impusieron el lenguaje romántico para interpretar canciones vallenatas que sirvieron de aliciente al espíritu de los enamorados.
Barranquilla, con su encanto caribe, les abrió su puerta de oro de par en par y los escogió como sus hijos predilectos. Rezagadas quedaron las costumbres cotidianas del pueblo, donde vivieron momentos inolvidables con amigos que los seguían a todas partes.
Se hicieron merecedores de tres Congos de Oro en el Festival de Orquestas en los Carnavales de Barranquilla, 16 Discos de Oro y dos de platino por ventas millonarias, distinciones y galardones en Venezuela, Panamá y en Estados Unidos, donde compartieron la grata fortuna, cuando Israel Romero, "El Pollo Irra" , fue escogido como el mejor acordeonero del mundo por la Universidad de Maryland.
Rafael Orozco incursionó como compositor de excelentes condiciones, cuando la musa lo sorprendió haciendo un canto para la mujer que amó toda la vida titulada "Solo Para Ti".
Falleció un 11 de junio de 1992, y el mundo elevó su enérgica protesta por la desaparición de uno de los más importantes representantes del folclor vallenato. Rafael Orozco.
Semblanza del hijo de Becerril
Rafael José Orozco Maestre nació en Becerril - Dpto. del Cesar un 24 de Marzo de 1954, jamás se imaginó este muchacho que años mas tarde su sueño de ser un gran artista del canto vallenato se cumpliera, si Rafael Orozco hubiera podido elegir, habría sido un eximio ejecutante del acordeón, en lugar de lo que fue: un vibrante cantor vallenato.
Por lo menos eso fue lo que más le gustó de niño. Y debía ser así en caso de que hubiera seguido la tradición que le marcaba su viejo Rafael Orozco Q.E.P.D., quien tocaba muy bien el acordeón, animando cuanta parranda se organizaba en Becerril y en sus alrededores. Pero la madre le quitó la idea, luego de un accidente que sufriera uno de los hermanos mayores, Misael, quien también era un enamorado del acordeón. "Eso no sirve pa' na' mijo", le decía una que otra vez la vieja al pelao, quien ya interpretaba canciones de moda.
En esa época, el nuevo vallenato era una locura y por donde uno se metía escuchaba la voz de Jorge Oñate con Los Hermanos López, y también los primeros discos de Los Hermanos Zuleta. Entonces Rafael empezó a cantar encima de su burro, que tenía nombre y era famoso en el pueblo: "El Ñato". Mientras iba del río "Maracas", hacia las calles de Becerril, jarreando agua, Rafael cantaba temas como: "Palabras al viento", "Mi Viejo", "Carmen Díaz", y "Trovador ambulante", sin soñar en ese momento con llegar a convertirse en el ídolo de la canción vallenata, capaz de arremolinar multitudes en frente suyo, o de arrullar a más de una pareja de enamorados. Rafael cantaba por cantar , nada mas mientras se mecía sobre el lomo de "El Ñato", quien fue el primer receptor de sus canciones románticas.
Becerril es un pueblo bucólico del Departamento del Cesar, bañado por el río "Maracas", donde tienen su asiento los pequeños y simpáticos indios Yucos, un pueblo de gente buena, de gente amorosa, que gozaba con ver morir la tarde al vaivén de un mecedor en la puerta de la casa.
Pero no solo Rafael cantaba vallenatos, también cantaba rancheras que se aprendía en esas películas mexicanas, que eran exhibidas en el teatro del viejo Juan, o baladas de Yaco Monti, en esa época su cantante preferido. Eran trece hermanos, cinco hombres y ocho mujeres. Allí cerca de Becerril, a hora y media por carretera, está Urumita, otro pueblecito como sacado de un cuento, donde la gente nació para ordeñar vacas y criar hijos. Allí vivía Clara Elena Cabello, una trigueña encantadora, que un día fué a pasar vacaciones a Becerril sin saber que ese viaje cambiaría su vida. Además, para esa época se iniciaba la triple unión de los apellidos Orozco - Cabello. La primera mirada entre Clara Elena y Rafael no pareció transmitir nada. La primera flecha de Cupido no llegó al corazón; pero hizo un rasguñito en un lugar recóndito del alma. Y además, se quedó ahí, callada pero inquieta.
A Valledupar
El pelao del burro fue creciendo y entonces se fué a estudiar al Colegio Nacional Loperena de Valledupar. Allí fué realmente donde se transformó su vida. Todo porque hubo un concurso para seleccionar al mejor cantante aficionado y Rafael participó en representación del colegio Loperena. Unos veinte muchachos ansiosos de éxito compitieron, y entre ellos uno que con el tiempo sería muy famoso: Diomedes Díaz. Rafael le ganó a Diomedes y a todos los demás.
Con la responsabilidad de ese triunfo Rafael comenzó a sacarle partido a lo que había comenzado como una simple afición, allá encima de su burro, mientras vendía agua por las calles de Becerril, o cuando cantaba en las aulas del colegio, solo para molestar al Padre Pachito, un sacerdote famoso que en unos pocos años se haría más popular, porque Calixto Ochoa, le compuso un tema llamado "Los Altares de Valencia", aquel que dice en uno de sus versos:
"Hay que hacer un celador pa' la iglesia
Porque ya esto está pintando muy mal
Con el caso que ha pasado en Valencia
Ya de ninguno se puede confiar
Yo no vi pero la gente me dijo
Y es por eso que vengo a preguntarle
Quiero que me diga el Padre Pachito
Para donde se llevó los altares".
Bajo el entusiasmo del éxito alcanzado, Rafael Orozco aceptó ser el cantante de Luciano Poveda y su conjunto, pero solo para animar fiestas privadas, pues nunca alcanzaron a grabar. El que llegaría a ser un cantante famoso del vallenato, estaba solo adquiriendo experiencia y labrando su futuro.
Después estuvo brevemente con Julio De la Ossa, Rey Vallenato, pero igualmente sin grabar. Sólo cuando lo llamó Emilio Oviedo, Rafael empezó su aventura en los acetatos.
Su primer éxito
Aquello fué eso: una aventura para el muchacho pueblerino que no conocía los aviones más que en las fotos,
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