ANÉCDOTA DE COMO INICIE EN EL SERVICIO DOCENTE

ANÉCDOTA DE COMO INICIE EN EL SERVICIO DOCENTE

Primeramente para poder ingresar al servicio docente estuve de busca chamba durante cuatro largos años en las instalaciones de la Sección 32 del SNTE (1999 -2002). Cuatro años en los que serví de mil usos en el Sindicato; de asistente en cualquier Región, en cualquier módulo, de chofer de los secretarios, de capturista, de mandadero y un sinfín de actividades más. Inclusive el día en que falleció el Profr. Mario Cruz Josefa (Q:P:D:) y durante una semana me comisionaron por el entonces secretario “A” de la Sección 32, Profr. Alejandro Acevedo Palestina para atender a todos los maestros que solicitaran alguna información y necesitaran realizar algún trámite en la oficina de Trabajos y Conflictos de Educación Indígena del cual era titular el maestro Mario.

Durante estos cuatro años, consolidé muchas amistades que actualmente están incrustados en el nuevo Comité Seccional. También conté con el apoyo moral y económico del Profr. Jaime Pérez Pérez (Q.P.D.), la ayuda del Lic. Armando Carlos Lara Bandala del Departamento Jurídico de la Sección 32 y muchísimas más personas de buen corazón quienes me brindaron su respaldo.

El día 18 de diciembre del 2002 y después de tanto perseverar, acudo al llamado del Profr. Alfonso Sánchez Hernández, Secretario General de la Sección 32, quien me da mi propuesta sindical para ocupar una plaza de 15 horas de matemáticas ubicadas en Platón Sánchez, Ver., pero comisionadas a la Supervisión de la Zona 600 de Educación Indígena.

Estando laborando en la Supervisión Escolar como auxiliar del Profr. Pablo de Luna, llegaron unas personas y al verme expresaron “como puede ser posible que estés en la supervisión si eres de nuevo ingreso, habiendo en las comunidades muchos maestros que tienen más antigüedad y derechos que tú que aún están haciendo cola para llegar a la ciudad y no han podido.” a los pocos días, por cuestiones que aun no entiendo o mejor dicho, prefiero no entender, me ponen a disposición de la Dirección de Educación Indígena de Xalapa donde en ese entonces era Director el Profr. Cecilio Morales Vázquez quien me ordenaba que debería de regresar a Platón Sánchez porque de ahí eran las horas que tenía y que además ya no tenía cabida en la Zona 600 por estar completo el personal, orden que desobedecí y acudí a hacer de su conocimiento al Profr. Sergio Leonardo Ramírez Terán, Secretario de Trabajos y Conflictos de Educación Indígena de la Secc. 32 quien me ordenó que me regresara a Papantla y continuara laborando en la Zona 600.

Todo parecía estar en mi contra, ya que ni el supervisor de Zona ni el delegado sindical de la D-I-421 parecían estar de acuerdo con mi estancia en esta zona. Pero por fortuna se necesitó de mi ayuda para realizar unos trabajos a computadora en totonaco-español para los directores. Estando realizando estos, recibí una llamada del Profr. Ramírez Terán para informarme que el Supervisor de Zona le reportó que yo no asistía a trabajar y en ese momento le informe de los trabajos que estaba realizando, enseguida se comunicó con el Supervisor para aclarar la situación. Al día siguiente recibí, primeramente el regaño de parte del Supervisor, después, mi orden de adscripción al Centro de Educación Preescolar “Narciso Mendoza” de la comunidad de Cerro de Hueytepec. Pero la mala suerte, por así llamarle, no me dejó pues no pasó mucho tiempo y nuevamente a Xalapa. Ahora me pedían la constancia de bilingüismo, documento que nadie me quiso expedir, ni el Supervisor, ni el Jefe de Sector. Argumentando éste último que si venia comisionado de Xalapa que ahí me solucionaran el problema. La única persona que me ayudo aquí en Papantla fue el Profr. Esteban Santes, A.T.P. de la Zona, quien levantó una constancia en la que él manifestaba que Yo dominaba en un 60% la lengua totonaca. Con

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