Alberto Hurtado. Educador de jóvenes

Educador de jóvenes, predicador de ejercicios espirituales, sacerdote a tiempo completo, apóstol de la justicia social, promotor del sindicalismo, intelectual atento a los signos de su tiempo, gran lector y escritor a toda carrera, un santo y un héroe de este siglo, por su cercanía con la gente y su compromiso con la sociedad de su tiempo. Ayudar a romper con una religiosidad limitada a los sacramentos y a la capilla si no que guiar a los  hombres y mujeres de nuestro tiempo y acogerlos, consolarlos, animarlos y entusiasmarlos a trabajar por un mundo mejor. Sin él, la historia de Chile sería distinta.

¿por que lo elegimos? Porque Alberto hurtado fue una persona que influyo y sigue influyendo en el ámbito social y cultural de nuestra sociedad chilena. Es un hombre que tomo acción frente a los principales problemas sociales (pobreza, trabajo infantil, malas condiciones laborales, abuso de poder) que no eran reconocidas por la iglesia misma a la cual el pertenecía.

¿Qué nos dejó? El Hogar de Cristo destaca en todo el país. ¡Cuántos chilenos han recibido del Hogar asilo, sanación,y sobre todo dignidad! ¿Cómo habría sido nuestra historia sin este esfuerzo enorme de caridad? Más de 600.000 socios colaboradores cuyo aporte sustenta millones de atenciones anuales… un techo, unas sábanas limpias, un plato de sopa caliente en invierno, una mano cariñosa.

Murió joven, después de la larga formación del jesuita, recién a los treinta y cinco comenzó a trabajar. Sus años de servicio sacerdotal fueron apenas dieciséis. ¿Cómo hizo tanto en tan poco tiempo?. Educador de jóvenes, predicador de ejercicios espirituales, sacerdote a tiempo completo, apóstol de la justicia social, promotor del sindicalismo, intelectual atento a los signos de su tiempo, gran lector y escritor a toda carrera, entre varias otras cosas más…

Últimamente la Universidad Alberto Hurtado como obra póstuma suya se empeña en pensar un país más justo y forma alumnos con espíritu de servicio.

Este es, a grandes rasgos, el hombre que en 1941 escribió un libro que tuvo profundas resonancias en el país: "¿Es Chile un país católico?". Esperando respuestas generosas a su llamado, Hurtado presentaba en su obra, un panorama de los problemas reales que herían a nuestra sociedad: la pobreza, la falta de educación, la crisis valórica, la falta de compromiso de los cristianos, la escasez de vocaciones sacerdotales.

El gran aporte del libro y de su autor fue haber ayudado a la Iglesia chilena a encaminarse por la andadura que los tiempos requerían, marcados por la cuestión social y el apostolado de los laicos.

Pero no se puede pensar en las obras, sin pensar en las personas. Alberto Hurtado marcó a una generación entera de laicos : los mandó a vivir modestamente, a instalarse en una población para servir a los pobres, a entrar de lleno en la política, a admitir en su familia a niños recogidos o a luchar por sacar adelante una toma de terreno. ¡Un laicado extraordinario dispuesto a “dar hasta que duela”!

Un hombre capaz de mirar su época con los ojos de la fe y descubrir en los acontecimientos históricos la llamada a “poner el amor en acciones más que en palabras”. Enseñanza poderosa que nos debiera ayudar a romper con una religiosidad limitada a los sacramentos y a la capilla si no que guiar a los  hombres y mujeres de nuestro tiempo y acogerlos, consolarlos, animarlos y entusiasmarlos a trabajar por un mundo mejor.

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