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El Juego Donde Nadie Gana


Enviado por   •  30 de Septiembre de 2014  •  578 Palabras (3 Páginas)  •  366 Visitas

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No todo el teatro de fines de los sesenta o setenta ha envejecido bien. Es cierto que Roberto “Tito” Cossa suele ser una garantía, cómo mínimo, de solidez dramatúrgica. El autor más vigente y prolífico de la llamada “Generación de nuevo realismo” es autor de más de una veintena de obras, de entre las que se destacan joyas como El viejo criado (1979), Ya nadie recuerda a Frédéric Chopin (1982) o Yepeto (1986). Tute cabrero nació como un guión para televisión de Cossa, luego pasó a guión cinematográfico y finalmente recaló en las tablas en 1981. Entre aquella versión teatral original dirigida por Carlos Serrano y esta de Emiliano Delucchi han pasado varias puestas exitosas. Es probable que la vigencia de este drama laboral minimalista de Cossa se deba tanto a virtudes intrínsecas del texto como a tragedias recurrentes de la economía nacional.

El tute, cuya versión más jugada en el Río de la Plata es el tute cabrero, es un juego de cartas español, en el que se puede ganar yéndose a más o a menos y cuya lógica implica necesariamente joder al adversario para poder ganar. Lo que el otro pierde, yo lo gano, y viceversa. Hay muchas versiones del juego (chancho, remate, codillo) y algunos otros juegos de bazas de lógica similar, como el bridge o el corazones, ya con cartas francesas.

Su popularidad en la generación de nuestros abuelos o bisabuelos se puede probar sólo constatando cuánto de la jerga del juego ha pasado al lenguaje coloquial. “Cantar las 40”, “estar en capilla”, “las diez de última” o “hacer capote” son eventualidades del juego que se transformaron en acervo popular y que suelen citarse aún sin tener la más mínima idea de su origen timbero.

La obra única referencia explícita de la obra de Cossa al juego se encuentra en el título, pero la dinámica del dramón responde a una lógica de suma cero similar a la del juego de cartas: para ganar, para sobrevivir, hay que cagar al adversario. Se pueden tejer alianzas momentáneas y coyunturales entres dos para bombear a un tercero. La escalera hacia el éxito se construye con los huesos de los otros jugadores.

Cossa supo decir al respecto en algún momento: “De chico jugué mucho al tute. Me enseñó mi tío Francisco Altobello, un tipo macanudo de oficio almacenero. El tute es un juego perverso. A mí me quedó grabada la imagen de que ahí nadie gana y pierde uno. En la obra esto significa que dos podrán conservar el trabajo y uno quedará afuera, quizá para siempre. Mientras se tiran las cartas se van formando alianzas: los jugadores tantean, especulan… Se lanzan contra aquel al que pueden joder y aprenden a no tirarse contra quien no les conviene”.

La trama es sencillísima. Hay una oficina de dibujo técnico en la que tres personajes hacen planos. Son los años 70 y todavía los planos se dibujan. Hay reglas T, escalímetros, tableros de

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