El problema del tráfico ilícito de drogas
pako_alonsomTutorial19 de Julio de 2012
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Marco teórico.
Para comprender el problema del narcotráfico y la relación que existe entre este y los crímenes considerados como violentos, con la política de nuestro país habrá que separar en varias partes cada uno de estos conceptos y desarrollar los diferentes enfoques que las explican.
Históricamente, la prohibición del consumo de estupefacientes provino de Estados Unidos. Ello debido al aumento del comercio con el oriente desde la segunda mitad del siglo XIX y a lo que se consideró una amenaza para las costumbres y los valores de una sociedad “puritana y conservadora”, según Benitez Manaut.
La Unión Americana promovió la realización de la conferencia de Shangai en el año de 1909 para tomar el control del opio, y posteriormente, en 1912, se llevó al cabo la Convención Internacional del opio en la Haya. Ello dio como resultado la emisión, en el año de 1914, de la Harrison Narcotic Act. México asistió a estas conferencias y firmó sus compromisos. En México se cultivaba marihuana sin ningún control y se importaba opio para fines médicos y la prohibición del cultivo y comercialización de la marihuana llegaría hasta 1920. El cultivo legal se había vuelto ilegal. El narcotráfico había nacido.
Los contrabandistas de droga se habían vinculado de manera muy estrecha con los comerciantes de armas, toda vez que en México eran necesarias para la lucha revolucionaria que se efectuaba en nuestro país. Alcohol y marihuana se intercambiaban por armas y municiones, se había descubierto un gran negocio que tenía su mayor auge en el norte de nuestro país.
“El negocio era tan lucrativo que llamó la atención de varios políticos poderosos (...) en los reportes aduaneros de Los Ángeles de 1916, enviados del departamento del tesoro mencionaban que algunos políticos daban concesiones para explotar el comercio de opio a cambio de cantidades considerables de dinero. El precio de una concesión era de 45000 dólares y la renta mensual ascendía a entre 10000 y 11000 dólares.”
Estados como Sinaloa centraron su especialización agrícola en la marihuana y pronto vieron que habían entrado en la ilegalidad. Ciudades como Tijuana y Juárez vivieron del tráfico de enervantes y de alcohol, así como el de armas, durante mucho tiempo. De esta manera apareció el vínculo entre el contrabando de drogas y la política en nuestro país o, como muchos le conocen, la narcopolítica.
Durante la segunda guerra mundial, los EU promovieron el cultivo de la amapola en Sinaloa, puesto que ésta presentaba grandes cualidades para curar las dolencias de los soldados combatientes de los frentes de guerra. Esto significa que los mismos estadounidenses eran los generadores de la demanda de un cultivo que, posteriormente declararon como ilegal. Así, el estado de Sinaloa se convirtió, a la luz de las circunstancias, en la cuna de la narcopolítica en la década de los cuarenta.
En México, el comercio ilegal de drogas, pasó de ser un problema que se daba en ciertas regiones específicas del país (como Sinaloa o Jalisco) a impactar directamente en la seguridad nacional. Poco tiempo después, se convirtió en un problema que rebasaba el ámbito nacional. Tenemos, pues, un fenómeno que impacta de manera negativa y simultánea en tres esferas: en el espacio local, en la esfera nacional y en la órbita internacional.
Para entonces, se había instrumentado en los EU la llamada guerra de baja intensidad, lo cual, implicó considerar el combate a las drogas como una guerra y militarizarlo. De este modo, se podía hablar ya de un enfrentamiento entre dos opuestos, lo que acarrearía un incremento en la violencia en la forma de operar de los mismos, así como agudizar el problema que, según el mismo país, enfrenta nuestra nación en el combate al narcotráfico: la corrupción.
Antes de comenzar la explicación habrá que observar algunos hechos que nos hablan sobre el problema de las drogas y la relación con la política, narcotraficantes y los crímenes violentos.
Lo que salta primero a la vista son los escándalos de los altos funcionarios públicos relacionados con el narcotráfico.
Podemos comenzar, por dar algún ejemplo, con el caso del general Jesús Gutiérrez Rebollo, quien trabajaba como Fiscal especializado para delitos contra la salud, al tiempo que lo hacía como uno de los informantes del cártel de Juárez, y con el que se relacionan crímenes cometidos en contra de otros funcionarios de la dependencia.
Otro de estos casos, el cual también nos hace tomar en cuenta este problema de seguridad en el ámbito nacional, ocurrió en 1993, Rocío Alvarado nos lo explica en breves palabras:
“El 24 de mayo de 1993 el Cardenal de Guadalajara fue asesinado por un grupo de pistoleros. Marco Enrique Torres García, ex militar implicado en los hechos, declaro que el asesinato fue producto de un plan orquestado por destacados políticos, quienes pretendían recuperar documentos en manos de Posadas que demostraban su relación con diversos carteles de la droga. Según Torres, primero se busco disuadirlo, después se intento robarle los documentos y, finalmente, la instrucción fue matarlo antes de que entregara las evidencias al nuncio Prigione”.
Algunos se relacionan con la detención altos funcionarios públicos como el ex gobernador de Quintana Roo, Mario Villanueva Madrid, quien fue acusado por un jurado del distrito sur de Nueva York, por la importación de 200 toneladas de cocaína, desde Estados Unidos, además de acusarlo de poseer cocaína con la intención de distribuirla.
Otro caso de la misma década fue el que se dio con el señor Guillermo González Calderoni quien:
“Fungió como comandante de la Policía Judicial Federal durante el sexenio de Carlos Salinas de Gortari, afirmo que había informado al presidente a comienzos de los años 90 que un traficante de cocaína le había dado grandes de cantidades de dinero en efectivo a Raúl Salinas de Gortari, su hermano mayor. González fue testigo clave de la DEA en el juicio en contra de Juan García Abrego. Murió asesinado el 5 de Febrero de este año, en Texas, de un disparo en la cabeza.”
Y así podríamos seguir revisando los casos en los que grandes personajes de la política nacional se han visto envueltos. Pero creemos que esa revisión corresponde a la línea de investigación de otro proyecto, por lo cual no la llevaremos al cabo aquí.
Para poder revisar los alcances de esta investigación, comenzaremos con la revisión de los conceptos básicos. Para tal efecto, dividiremos este marco conceptual en tres grandes temas, correspondientes a las variables que se trabajarán en esta investigación. Como se ha dicho, estas son: Narcotráfico, política y crímenes violentos.
NARCOTRÁFICO.
Etimológicamente la palabra narcotráfico es la combinación de dos palabras, las cuales tienen diferentes interpretaciones:
Narcótico surge del griego narkoun y quiere decir adormecer y sedar. Este termino era aplicado hasta principios del siglo XX sin connotaciones morales a sustancias inductoras de sueño o sedación.
También está compuesto de la palabra tráfico que tiene dos sentidos: uno peyorativo y otro positivo. En el primero se le da sentido de “comercio clandestino, vergonzoso, e ilícito”; en el segundo se entiende como negociar (traficar con) que nos lleva a negocio del latín negótium (nec otium), “ausencia de ocio”
El fenómeno de narcotrafico parece ser un asunto que se ubica de manera especial en el dominio de una moral social histórica, entendida como una construcción social elaborada por la gente en una época determinada, incorporada como una segunda naturaleza e impuesta por un trabajo continuo y tenaz en forma de código ético con pretensiones universales. Plasmado particularmente en el derecho, y la utilización de la violencia legitima.
Esto quiere decir que a través del tiempo se va ubicando a los grupos de personas por medio de nuevos valores y sistemas de creencias que dicta la moral histórica. En si no existen personas malas, ni plantas malas, lo que existe son juicios éticos creados socialmente y más o menos incorporados e institucionalizados.
Al establecerse la prohibición de las sustancias narcóticas o farmacias, (cuya raíz griega quiere decir sustancia que puede ser remedio y veneno a la vez), las personas que antes eran consumidores y productores de estos se convirtieron en “traficantes”, y “viciosos”. Hay que recordar que la mayoría de las drogas se sintetizaron en el siglo XIX: morfina en 1805; cocaína 1859; heroína 1874; además esta ultima era comercializada por la marca Bayer como remedio para la tos. La formula original de la Coca Cola contenía cocaína en estado puro, y esta se consumía bajo prescripción medica en la boticas de las grandes ciudades. En San Francisco había lugares especializados donde se fumaba opio, algo parecido a los coffe shops holandeses de la actualidad.
Al ocurrir esto se crean a los especialistas encargados de combatir este tipo de crimen y a este tipo de criminales. Pero el mercado de estas sustancias no desaparece, sino que se siguen comerciando en el mercado negro. La oferta y la demanda continúan así como la diversificación de mercancías y la formación de verdaderas “corporaciones” que para sobrevivir a los agentes del orden y dominar los terrenos que controlan se enfrentan entre si y con quienes los combaten de diversas maneras:
“Acuerdos para repartición de territorios, fusión de las corporaciones, eliminación física de los adversarios mediante el uso de la violencia armada y otra más sutil pero no menos eficaz como lo es el establecimiento de relaciones orgánicas de corrupción con quienes los combaten
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