Honduras y El Salvador

Honduras y El Salvador, al igual que los otro países centroamericanos han estado unidos por vínculos históricos que se remontan a los tiempos precolombinos lencas, choris, chorotegas y pipiles constituían comunidades aborígenes que lograron coexistir, pese a su grado desigual de desarrollo y a sus diferentes etnias. Esta convivencia, sin embargo, jamás se tradujo a una unidad política nacida en la subordinación voluntaria a un poder político central.

La conquista de Honduras y El Salvador fue, en gran parte, facilitada por esta circunstancia. Aunque hubo intentos de unificar la resistencia ante el invasor, estos pueblos fueron avasallados por los conquistadores españoles, en un lapso muy breve. El sentido de comunidad étnica en cada grupo era demasiado arraigado.

Conquistada la mayor parte del territorio centroamericano y respetando la unidad natural de su geografía, España crea la capitanía general para gobernar las seis provincias que constituían el Reino de Guatemala: Chiapas, Guatemala, San Salvador, Honduras, Nicaragua y Costa Rica.

El 8 de mayo de 1821 se emite una ordenanza, mediante la cual las cortes de España decretan que las Intendencias de Honduras y El Salvador se constituyen en diputaciones provinciales con jurisdicción sobre el territorio respectivo que a esta fecha tenia cada una de esas provincias. De esta manera al producirse la independencia de Centroamérica y hallándose vigentes las demarcaciones coloniales realizadas mediante ordenanzas, cedulas, títulos reales, etc., dichas provincias emergen como naciones políticamente organizadas, con jurisdicción soberana sobre su antigua demarcación territorial.

Según la tesis universal del Uti Posidetis Jure, la jurisdicción y soberanía tanto de Honduras como de El Salvador, deben enmarcarse en la delimitación vigente hasta la fecha de la independencia. En el caso de Honduras, su jurisdicción territorial correspondía exactamente a la que tenia el Obispo de Honduras a esa fecha, dado que según Vallejo toda la legislación que se emitió durante el periodo de dominación colonial, procuro que la jurisdicción espiritual coincidiera con los limites otorgados a lo temporal y viceversa.

El Obispado de Honduras fue primero sufragáneo del Arzobispado de México y desde 1742, de Guatemala. El partido de Choluteca, políticamente perteneciente a la alcaldía Mayor de Tegucigalpa, dependió del Obispado de Comayagua y este ejerció jurisdicción sobre todas las islas del Golfo de Fonseca, cuya población era atendida en lo espiritual por los frailes del Convento de Nacaome, por estar bajo su jurisdicción. De esta manera, al emitirse la primera constitución política del Estado de Honduras, el 11 de diciembre de 1825, se define en su artículo que EL TERRITORIO DE NUESTRO PAIS COMPRENDE TODO LO QUE CORRESPONDE Y HA CORRESPONDIDO SIEMPRE AL OBISPADO DE HONDURAS.

En la constitución de Honduras de 1839, se ratifica la demarcación anteriormente citada, en la Sección 2a., Del territorio del Estado en su Artículo 4° al establecer que EL ESTADO COMPRENDE TODO EL TERRITORIO QUE EN TIEMPO DE GOBIERNO ESPAÑOL, se ha conocido por el nombre de provincia, circunscrito por los limites siguientes: por el Oeste, con el Estado de Guatemala; por el sur con la ensenada de Conchagua en el mar pacifico; por el Este Sudeste y Sur; con el Estado de Nicaragua; por el Este, Noreste y Norte, con el océano atlántico ; y las isla adyacentes en sus costas en ambos mares. Cuando cómodamente se pueda, se desmarcaran de un modo más preciso los limites que lo separan de los demás estados. La Republica de El Salvador acotaba Vallejo no hizo ninguna reclamación cuando Honduras trazo sus límites en las referidas constituciones, lo que equivale a un tácito reconocimiento de los derechos territoriales

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