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Iva En El Ecuador


Enviado por   •  5 de Diciembre de 2014  •  1.525 Palabras (7 Páginas)  •  629 Visitas

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IMPUESTO AL VALOR AGREGADO.

Generalidades.

En el año 1975 comenzó a regir el Impuesto al Valor Agregado. Desde su establecimiento, se eximía a los productos de la canasta familiar con el objetivo de atenuar los efectos regresivos que podía provocar este tributo, pero con el transcurso de las sucesivas reformas introducidas en este impuesto se fue ampliando la base, de manera tal que se convirtió en un impuesto cada vez más regresivo, al afectar a los productos de primera necesidad.

El IVA surgió para evitar la distorsión de los impuestos a las ventas en cascada (turnover tax) que encarecían los costos de producción. Aunque no parece haber dudas de que el IVA es menos distorsivo que los impuestos en cascada, esto no implica que no genere ningún tipo de distorsión, o que aquéllas que genera sean insignificantes. Por el contrario, el IVA impone un costo financiero sobre los productores que se traslada hacia delante –en cascada- cuando las condiciones del mercado lo permiten.

Según Llach (2001), el Impuesto al Valor Agregado, contra lo que dice la mayoría de la literatura, es un impuesto distorsivo, porque genera mayor costo de producción en el país y distorsiona la asignación de recursos entre sectores. Entre esa "mayoría de la literatura" citada por Llach se encuentra, entre muchos otros, Oscar Libonatti (1998), quien afirma que la imposición al consumo "presenta la ventaja de ser

económicamente más neutral o si se prefiere, menos distorsiva".

El IVA es un tributo a la venta de productos en todas las etapas de elaboración. Lo que lo distingue es que permite a las empresas computar los impuestos que pagan por los insumos materiales como créditos contra los que aplican a sus propias ventas. A diferencia de los impuestos a las ventas minoristas –que inciden solo en la etapa del consumidor final-, la recaudación se hace a lo largo del proceso de producción. A diferencia de un simple impuesto sobre el volumen de negocios – que grava todas las ventas, intermedias o finales – los productores pueden recuperar el importe que pagaron por los insumos. Como a final de cuentas no afecta al precio de los insumos, el IVA no distorsiona las decisiones de la empresa sobre la producción y no crea “cascada”: no hay un “impuesto al impuesto”, como sucede cuando en un mismo proceso se gravan tanto el insumo como el producto. Además, sus efectos son transparentes. Tienen que participar todas las compañías con un volumen de negocios anual a la venta final al consumidor. Pero en última instancia es el valor neto de esa venta final lo que sirve de base imponible, de modo que si funciona correctamente, el IVA es un impuesto sobre el consumo final.

Los sistemas impositivos difieren de un país a otro en función de los objetivos que cada gobierno persiga. Aún cuando en general la neutralidad, equidad

y sencillez se consideran los principios fundamentales que deben orientar el diseño de los sistemas tributarios, existen distintas posiciones respecto a la forma de conseguir los mismos objetivos.

Aún cuando los diseños de los sistemas tributarios son muy particulares, se pueden clasificar entre:

 Los basados en la imposición directa, fundamentalmente a través del impuesto a las rentas

 Otros que tienen como pilares a los impuestos indirectos (IVA y específicos a las ventas).

A los efectos de analizar los efectos de una reforma del Impuesto al Valor Agregado vale la pena comentar algunos aspectos técnicos vinculados a este tipo de tributo.

La modalidad “pura” de Impuesto al Valor Agregado representa un sistema proporcional de imposición a la renta del punto de vista intertemporal. En ese sentido, si se analiza la incidencia del impuesto en el tiempo, o sea no se distingue entre renta consumida o ahorrada, la incidencia es idéntica para los individuos (el impuesto es proporcional a su renta). Desde ese mismo punto de vista, es proporcional porque grava la renta a una tasa única a todos por igual.

A pesar de ello, los impuestos a las ventas no son estrictamente impuestos a la renta. Aunque producen ciertos efectos equivalentes en largo plazo, en períodos más cortos inciden sobre la renta en virtud de procesos de traslación, derivando en un impuesto a la

renta consumida. De ahí surge que los mismos no sirvan como herramientas para mejorar la distribución de ingresos y por el contrario, si se analizan períodos más cortos, terminan siendo regresivos.

El impuesto a las ventas se considera de “características impuras” cuando, aún definida una tasa general y uniforme, la incidencia final sobre los precios de los bienes es distinta según el bien adquirido por el consumidor. Lo anterior se produce por efectos de doble imposición, o cuando se verifican saltos del sistema por exención del valor agregado inherente a alguna etapa de producción y/o distribución del producto.

Técnicamente el Impuesto al Valor Agregado es un tributo plurifase, no acumulativo, sobre el valor agregado. Es “plurifase” porque lo pagan todas las empresas en todas las etapas de la producción y “no acumulativo” pues el objeto de la imposición no es el valor total sino el mayor valor que el producto adquiere en cada etapa de la producción y distribución. Como la suma de los valores agregados en las diversas etapas del

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