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JOSÉ GUADALUPE POSADA


Enviado por   •  9 de Diciembre de 2012  •  4.688 Palabras (19 Páginas)  •  786 Visitas

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JOSÉ GUADALUPE POSADA

Laboriosas investigaciones realizadas por Topete del Valle nos hace saber que José Guadalupe Posada nació el 2 de febrero de 1852, en la Ciudad de Aguascalientes.

En la familia de Posada había un artesano, su tío, el alfarero Manuel Posada, en cuyo taller parece que el niño ayudaba en labores de decoración, siempre que no tenía que asistir a la escuela, dirigida por su hermano mayor, Cirilo. Aseguran fue cuando empezó a familiarizarse con las formas plásticas. La dignidad del dibujo indígena, cuyo vinculo más común de expresión después de la Conquista fue precisamente la cerámica, ejerció sin duda un efecto muy estimulante en él cuando era niño, manifestando su vocación muy tempranamente.

Sus biógrafos lo encuentran dibujando mientras cuidaba de los alumnos más pequeños de su hermano Cirilo. Francisco Antúnez dicen en sus Primicias litrográficas que el futuro artista ayudaba a su hermano en las tareas docentes; por otra parte Rodrigo A. Espinosa relata que la tarea del pequeño consistía en entretener a los pequeños “copiando estampas religiosas o bien las pinturas que llevaba al dorso de las cartas de la baraja”.

Posada tenía 12 años de edad y en aquel corto lapso de su vida habían ocurrido en nuestro país muchas cosas. Por entonces, en 1864, las tropas francesas de ocupación y los conservadores preparaban la recepción de Maximiliano en la capital, mientras el Gobierno de Juárez se retiraba hacia San Luis Potosí, iniciando una dolorosa peregrinación que sólo habría de terminar tres años más tarde, cuando, fusilado Maximiliano y evacuadas del territorio nacional las tropas extranjeras, fue restaurada la República.

Es hasta entonces cuando los biógrafos vuelven a encontrar al joven Posada. Entretanto, su pasión por el dibujo había acrecentado. Había asistido, aunque parece que por poco tiempo, a una academia de dibujo que dirigía Antonio Varela. Un condiscípulo de Posada, apellidado Espinosa, diría más tarde que en aquel corto lapso el joven artista había demostrado grandes capacidades. De cualquier modo, tanto las enseñanzas recibidas como, sobre todo, la vocación, lo llevaron a dedicarse muy tempranamente a la actividad a que consagraría toda su vida. Topete del Valle encontró entre otros documentos, un padrón general de vecinos del Cuartel Noveno de la Ciudad de Aguascalientes, levantado en el año de 1867 y autorizado por el juez de paz del barrio, don Pablo Guadalajara, vecino y consuegro del padre de Posada, en el que se registra a éste con la edad de 15 años y su oficio como el de pintor.

En 1868, a los dieciséis años de edad, ingresa al taller del maestro José Trinidad Pedroza, taller que fue sin duda la mejor escuela que pudo encontrar, pues en él tuvo que enfrentarse cada día, cada hora, con la impostergable necesidad de llevar a la piedra litográfica o a las planchas de metal o de madera, las ideas que se le entregaban para que les insuflara la vida de formas.

Como todos los grandes artistas, Posada aprendió haciendo y rehaciendo en el diario trabajo. No olvidemos que grandes escuelas han sido los talleres de los maestros que ya antes del Renacimiento enseñaban a través de la ejecución de la tarea directa el milagro plástico de las formas y los colores.

El taller del maestro Pedroza era en aquellas fechas uno de los mejores de la República, esto lo comprueba nuestro aserto numeroso de ejemplares salidos de sus prensas, en los que podemos contemplar la rica variedad de caracteres propios de aquella época romántica de la tipografía mexicana, dispuestos y estampados con el gusto y el excelente oficio que distinguió a muchas de nuestras imprentas de aquel entonces. La buena formación profesional de los tipógrafos, grabadores y dibujantes de la provincia era fruto de diversos factores, uno de ellos, lo difícil y tardío de las comunicaciones entre las diversas regiones del país y su centro político; otro, la experiencia lograda durante la sangrienta guerra de Reforma y contra la intervención francesa, cuando cada entidad, por la fuerza de las circunstancias, había tenido que valerse a sí misma en la obra común de defenderse a la Patria. Esto explica los numerosos talleres de imprenta y litografía y correlativamente el de publicaciones periódicas en diversas entidades de la República, así como también la fundación de instituciones como la Academia de Dibujo, Escultura y Arquitectura creada en Aguascalientes el año de 1836 por don Francisco Semería, centro educativo que desapareció tiempo después, pero que restableció en 1849 don Jesús Terán, prócer del Partido Liberal, quien represento a México en Francia durante la lucha contra el imperio.

En esta Academia estudió Pedroza, quien ingresó muy joven al establecimiento industrial de su tío, don José María Chávez, mártir de la lucha contra la intervención francesa, que murió fusilado por las tropas de ocupación siendo gobernador de Aguascalientes, Chávez, hombre progresista, organizó un gran establecimiento industrial denominado “El Esfuerzo”, que contaba con talleres de grabado, litografía, imprenta, fotografía, encuadernación, fundición y aun herrería y carrocería, esencial entonces, dado el sistema de comunicaciones por medio de diligencias.

El taller de Pedroza, como lo había sido “El Esfuerzo”, fue mucho más que un mero centro de trabajo. Sabido es que distinguidos impresores, como don Ignacio Cumplido y don Vicente García Torres, fueron a la vez contribuyentes destacados en la promoción de importantes corrientes políticas. Aquel taller, pues, era un centro de reunión donde se discutían los problemas políticos y culturales de la entidad y de la República, y Pedroza, ligado por la sangre al movimiento reformista, no podía ser ajeno a las grandes inquietudes de su tiempo.

En este ambiente reformista el joven Posada realiza sus primeras litografías. Las que aún se conservan demuestran que José Guadalupe comenzaba donde otros terminaban. Puede verse en ellas su dominio del dibujo, muy al gusto de la época y en el que se advierte esa “honradez del arte” que reclamaba Ingres.

AÑO 1871

Este año fue un año decisivo para Posada, su maestro y jefe era uno de los principales amadores del grupo oposicionista que luchaba en contra del cacique, el coronel Jesús Gómez Portugal, por la renovación de poderes locales. En la Tipografía de Ortega (número 17 de la calle de Tacuba) y bajo la responsabilidad de don Apolonio García, se imprimieron 10 de los 11 números del periódico político “El Jicote”, pues el número tres se realizo en el taller de Pedroza. Las caricaturas litografiadas eran obra de Posada, y el coronel Portugal era el blanco preferido del ácido lápiz litográfico del

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