La Globalizacion Sobre La Cultura En General
normabarrera29 de Julio de 2011
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La globalización se refiere a la creciente interdependencia entre los países, tal como se refleja en los flujos internacionales de bienes, servicios, capitales y conocimientos. A escala nacional, se refiere a la magnitud de las relaciones entre la economía de una nación y el resto del país. Es un proceso de crecimiento internacional o mundial del capital financiero, industrial, comercial, recursos, humano, político, cultura y de cualquier tipo de actividad intercambiable entre países.
Todo país concentra buena parte de su política en el primer sector (el mercado) y en el segundo (el gobierno), y a menudo se descuida el tercer sector (la cultura), despreciando la importancia del papel que desempeña en la constitución de la confianza social.
La Industria Cultural, representaba un gran sistema unificado en sus modos de funcionamiento que organizaba las distintas expresividades comunicativas como la radio, la televisión, la telefonía, el cine, la música y el libro. A medida que el concepto se fue desarrollando, comenzamos a hablar sobre "industrias culturales" como una multiplicidad de industrias que interactúan entre sí.
En el sector de la industria cultural, es decir, de la información y de las comunicaciones, es actualmente el primer sector donde opera la dinámica de diferenciación entre los grupos de naciones y donde se afirman nuevas formas de dominio. Donde la concentración del capital y de las inversiones es la más importante respecto a los otros sectores.
Así, la infraestructura del mundo actual se coloca en manos de unas doscientas grandes multinacionales, lideradas por cinco gigantes como son Time Warner, Turner, Disney ABC y Westinghouse CBS. Son las mismas empresas que actúan para obtener la rápida liberalización de los intercambios en el ámbito de las comunicaciones y de la difusión.
Casi todas estas empresas pertenecen a las tres grandes potencias económicas: los Estados Unidos, Europa y Japón. En contra de la ilusión creada por el neoliberalismo en boga, estas empresas no actúan solas ni en un vacío estratégico y político. Están apoyadas política y financieramente por los estados mencionados, aunque sea de manera indirecta.
desfavoreciendo a los países pequeños, que en esta nueva competición se encuentran prácticamente excluidos y limitados a pelear violentamente por repartirse los mercados desvalorizados de sectores con un nivel tecnológico muy bajo y, por consiguiente, con una productividad también muy baja.
En el ámbito de las redes informáticas (como Internet), los bancos de datos y las cadenas por satélite, la situación es la misma: el dominio de la tríada es absoluto. Se extiende en todos los niveles: la propiedad, la gestión, la programación y la producción técnica.
No obstante, en el interior de la tríada, las multinacionales norteamericanas se llevan la parte del león y experimentan mayores progresos. Por ejemplo, el porcentaje de películas norteamericanas
Las cinco grandes productoras norteamericanas aplastan a las 140 empresas nacionales que existen hoy en el mundo. Este dominio en el sector de los medios de comunicación aún está más consolidado en las redes informáticas como Internet o en el mercado de la publicidad (4).
Del mismo modo que la globalización refuerza la relación estructural de marginación y de subdesarrollo que caracteriza las relaciones internacionales en el aspecto económico-social, también agrava el abismo que separa a los grupos de naciones en el ámbito de las relaciones de hegemonía. La globalización favorece el control del destino del mundo por parte de una potencia que con diferencia es la más hegemónica.
Los Estados Unidos son la única potencia que puede pretender detentar el liderazgo mundial, pues tan sólo ella es la única capaz de elaborar una estrategia de alcance mundial.
8. La homogeneización de la cultura de masas:
Las tecnologías especialmente las de entretenimiento y provenientes principalmente de Estado Unidos han tratado de homogenizar la cultura global de masas. Lo mismo a ocurrido en el ámbito económico, por ejemplo en el comercio, en los flujos económicos e inversiones extranjeras. Aunque esta homogeneización a afectado a gran parte de los países, esencialmente a sus principales ciudades, hay algunas localidades rurales que han reaccionado y defendido sus valores, tradiciones, costumbres y sus diversos factores culturales frente a la Globalización.
La posible nueva cultura a la que nos llevaría la globalización es una formada principalmente por la publicidad y las nuevas tecnologías, como elementos en constante modernización que luego de estar obsoletos van a la eliminación. Nos habla de una sociedad plástica y desechable. Los más influenciados con ello son los adolescentes, víctimas de las modas y una tendencia que desestima las raíces. Ya no existe una mayor identificación con estas (raíces de la sociedad) y a pesar de lo que los medios podrían mantener como eje de dominación, programas culturales, estos son reemplazados y transmitidos en horarios poco masivos. Las culturas se mantienen como parte de la historia y tienden a la desaparición. Las personas individuales son las que tienen el poder de mantener y transmitir la preservación de estas.
El neoliberalismo necesita de un escenario homogenizado ideológicamente para poder instalarse. Es en base a esto que se sustenta una política autoritaria que luego de dar paso a la democratización se encuentra lo suficientemente desarticulada, como para manifestar un peso importante de oposición. Lo cual aún es revertible.
Conclusión
Es responsabilidad del Estado apoyar la producción de bienes y servicios culturales; de estimular y subsidiar las industrias cinematográfica, editorial, del espectáculo y, en general, las llamadas industrias culturales. Y, todo ello, con la premisa fundamental de garantizar plenamente la libertad de opinión de los creadores.
Economía y Cultura: Los Países Latinos en la Esfera Pública Transnacional
El entrelazamiento de economía y cultura se ha vuelto un lugar común del pensamiento mundial. Las altas inversiones requeridas por la producción de las industrias culturales (cine, televisión, música, informática) y las ganancias espectaculares producidas en estos campos volvieron a las empresas de la cultura parte significativa de la economía global. Si la industria musical ya manejaba a mediados de la década de los noventa 40 mil millones de dólares cada año, 90% de los cuales se concentraban en cuatro grandes majors transnacionales, su importancia económica se acentuó en el último año con megafusiones entre empresas informáticas y de entretenimiento, como America On Line y Time Warner. Las exportaciones de la industria audiovisual constituyen el segundo rubro en los ingresos por exportaciones de los Estados Unidos. En este país el sector cultural, sobre todo por la producción y exportación audiovisual, representa el 6% del Producto Interno Bruto y emplea a un millón 300 mil personas. En Francia abarca más del 2,5% del Producto Interno Bruto y sólo los medios de comunicación dan trabajo a medio millón de habitantes (Warnier).
No sólo en los países más desarrollados las industrias culturales se han vuelto clave para la expansión económica. Brasil, que ocupa el sexto lugar en el mercado mundial de discos, facturó 800 millones de dólares por venta de productos musicales, discos y videos durante el año 1998. En Colombia, se estima que el conjunto de las industrias culturales aporta 4,03 por ciento del PIB, valor superior a sectores importantes, como restaurantes y hoteles, o al valor agregado del principal producto agrícola del país, el café pergamino, que llega a 2,75 por ciento (Convenio Andrés Bello, Ministerio de Cultura de Colombia).
Además de ser un factor significativo en el crecimiento económico, “la cultura da trabajo”, como dice el título de un libro publicado en Uruguay sobre las funciones económicas de los bienes culturales (Stolovich y otros), y favorece el desarrollo de otras áreas - transporte, turismo, inversiones - al cualificar ciertas zonas o ciudades. Por estas razones, y por haberse convertido en principales actores de la comunicación dentro de cada país y entre las naciones, la radio, la televisión y el cine, los discos, videos e Internet adquieren enorme importancia para la cohesión social y política.
Este texto busca extraer algunas conclusiones de esta creciente interrelación entre economía y cultura con vistas a repensar el futuro posible de las regiones latinas dentro de la integración global. Para ello, es necesario distinguir en qué sentido la nueva articulación entre economía y cultura contribuye al desarrollo, de distinto modo en los países centrales y periféricos. Asimismo, debemos indagar en qué consiste lo específico de las comunicaciones entre Europa y América Latina, que no es una simple continuación de la histórica vinculación cultural entre los países latinos. Una de las diferencias es que la interconexión entre sociedades latinoamericanas y europeas se da en el marco de intensas relaciones con el mundo angloparlante. Dada la brevedad de este trabajo, enunciaré brevemente cinco puntos estratégicos para avanzar en el tratamiento de estas cuestiones.
1. La expansión económica y comunicacional propiciada por las industrias culturales no beneficia equitativamente a todos los países, ni regiones. Estados Unidos se queda con 55 por ciento de las ganancias mundiales, la Unión Europea con 25 por ciento, Japón y Asia reciben 15 por ciento y los países iberoamericanos sólo
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