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Nada Por El Momento


Enviado por   •  22 de Enero de 2012  •  1.422 Palabras (6 Páginas)  •  410 Visitas

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Concepción de verdad de la antigua Grecia

Antes del s. VII a. C. nos encontramos el mito como forma de pensamiento en la antigua Grecia. El mito puede ser definido como un conjunto de leyendas imaginativas y fantásticas que narran el origen del universo, la situación del hombre y el final de los tiempos en los que volverá a existir la felicidad perdida al comienzo de éstos; pero del mismo modo, el mito es una actitud intelectual en la que se produce una personificación de las fuerzas de la naturaleza, es decir, se dota de voluntad y personalidad a los elementos naturales.

La mitología estaba en el corazón de la vida cotidiana en la antigua Grecia. Los griegos consideraban la mitología una parte de su historia. Usaban los mitos para explicar fenómenos naturales, diferencias culturales, enemistades y amistades tradicionales. Los mitos constituyen uno de los primeros intentos del ser humano de hacerse cargo del mundo que le rodea: explicar y dominar la naturaleza, comprender quién es él mismo. Sus primeras descripciones y explicaciones del mundo. Su forma de narración permitía que fueran recordados fácilmente, por lo que contribuían adecuadamente a la educación y formación de las nuevas generaciones. El pensamiento mítico está basado en lo aparente, cambiante y múltiple.

DESTINO (Incognoscible) Aparente, Cambiante, Múltiple

Intenta definir la naturaleza como algo permanente y único; se persiguen unas leyes o principios explicativos a ser posible uno sólo pues la naturaleza es algo único que explique dicha realidad. Tanto la idea de destino como la idea de necesidad lógica constituyen la fuerza mayor de la naturaleza, ya que no pueden ser cambiadas por nada.

Vías del conocimiento postuladas por Parménides

Parménides (segunda mitad del siglo IV)

Creía que el mundo era una esfera inmóvil totalmente llena. Sostenía tajantemente la doctrina de la verdad que consistía en afirmar; que el ser verdadero es uno, eterno, inmóvil, indivisible y no contiene vacío. No creía en la teoría de opinión que sostenía la existencia de una multiplicidad de cosas que surgen y pasan, se mueven y son divisibles y están separadas entre sí por el vacío.

Para sostener su verdad presentó hipótesis contra Heráclito de carácter astronómico, físico y fisiológico; su física se basaba en dos principios: el activo compuesto con fuego y luz, y el inerte oscuro. Desconfiaba de los sentidos, y creía en la especulación.

Parménides señaló la unidad y la inmutabilidad del ser, dado que el cambio resulta imposible si no existe el no-ser (cuya imposibilidad es lógica).

Presenta su pensamiento como una revelación divina dividida en dos partes:

• La vía de la verdad, donde se ocupa de «lo que es» o «ente», y expone varios argumentos que demuestran sus atributos: es ajeno a la generación y la corrupción y por lo tanto es inengendrado e indestructible, es lo único que verdaderamente existe —con lo que niega la existencia de la nada— es homogéneo, inmóvil y perfecto.

• La vía de las opiniones de los mortales, donde trata de asuntos como la constitución y ubicación de los astros, diversos fenómenos meteorológicos y geográficos, y el origen del hombre, construyendo una doctrina cosmológica completa.

Simplicio copia de la obra de Parménides un importante fragmento (B 8) en Física 145, 1–28 y 146, 1–24. Allí la diosa describe una serie de «signos» o «señales» sobre «lo que es», que están a lo largo del camino y que vienen a ser un conjunto de predicados del ente (vv. 1–2). Estos son los de «inengendrado», «indestructible», «íntegro», «único», «inestremecible» (o «inmóvil», ἀτρεμής) y «perfecto» (vv. 3–4).

Desde el verso 5 al 21 se desarrolla un extenso argumento en contra de la generación y la corrupción. El verso 5 postula que:

«lo que es» no fue, ni será, puesto que es enteramente «ahora». Por otra parte, si no se puede inteligir o decir nada sobre «lo que no es», entonces no hay posibilidad de hallar desde dónde se habría generado, ni por qué razón se generaría «antes» o «después», surgiendo de la nada (vv. 6–10). Es necesario que sea completamente, o que no sea en absoluto, por lo tanto no se puede admitir que de lo que no es surja algo que exista junto con «lo que es» (vv. 11–12). La generación y la corrupción están prohibidas por la Justicia, en virtud

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