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Poetas Importantes De Las Epocas

535108791 de Junio de 2013

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EL BARROCO

Sor Juana Inés de la Cruz

(Juana Inés de Asbaje y Ramírez; San Miguel de Nepantla, actual México, 1651 - Ciudad de México, id., 1695) Escritora mexicana. Fue la mayor figura de las letras hispanoamericanas del siglo XVII.

En 1667 ingresó en un convento de las carmelitas descalzas de México y permaneció en él cuatro meses, al cabo de los cuales lo abandonó por problemas de salud. Dos años más tarde entró en un convento de la Orden de San Jerónimo, esta vez definitivamente.

En su celda también llevó a cabo experimentos científicos, reunió una nutrida biblioteca, compuso obras musicales y escribió una extensa obra que abarcó diferentes géneros, desde la poesía y el teatro, en los que se aprecia la influencia de Góngora y Calderón, hasta opúsculos filosóficos y estudios musicales.

Perdida gran parte de esta obra, entre los escritos en prosa que se han conservado cabe señalar la carta Respuesta a sor Filotea de la Cruz, seudónimo de Manuel Fernández de la Cruz, obispo de Puebla. En 1690, éste había hecho publicar la Carta atenagórica, en la que sor Juana hacía una dura crítica al «sermón del Mandato» del jesuita portugués António Vieira sobre las «finezas de Cristo», acompañada de una «Carta de sor Filotea de la Cruz», en la que, aun reconociendo el talento de la autora, le recomendaba que se dedicara a la vida monástica, más acorde con su condición de monja y mujer, que a la reflexión teológica, ejercicio reservado a los hombres.

Murió mientras ayudaba a sus compañeras enfermas durante la epidemia de cólera que asoló México en el año 1695. La poesía del Barroco alcanzó con ella su momento culminante, y al mismo tiempo introdujo elementos analíticos y reflexivos que anticipaban a los poetas de la Ilustración del siglo XVIII.

Sus obras completas se publicaron en España en tres volúmenes: Inundación castálida de la única poetisa, musa décima, sor Juana Inés de la Cruz (1689),Segundo volumen de las obras de sor Juana Inés de la Cruz (1692) y Fama y obras póstumas del Fénix de México (1700).

La obra de Sor Juana Inés de la Cruz

Aunque su obra parece inscribirse dentro del culteranismo de inspiración gongorina y del conceptismo, tendencias características del barroco, el ingenio y originalidad de Sor Juana Inés de la Cruz la han colocado por encima de cualquier escuela o corriente particular.

En la poesía de sor Juana hay numerosas y elocuentes composiciones profanas (redondillas, endechas, liras y sonetos), entre las que destacan las de tema amoroso, También abunda en ella la temática mística, en la que una fervorosa espiritualidad se combina con la hondura de su pensamiento, tal como sucede en el caso de "A la asunción", delicada pieza lírica en honor a la Virgen María.

Mención aparte merece Primero sueño, poema de casi mil versos escritos a la manera gongorina en el que sor Juana describe, de forma simbólica, el impulso del conocimiento humano que rebasa las barreras físicas y temporales para convertirse en un ejercicio de puro y libre goce intelectual. El trabajo poético de la monja se completa con varios hermosos villancicos que en su época gozaron de mucha popularidad.

En el terreno de la dramaturgia escribió dieciocho loas, dos sainetes (la comedia de capa y espada Los empeños de una casa y el juguete mitológico-galante Amor es más laberinto), un sarao o fin de fiesta, así como tres autos sacramentales: El divino Narciso, San Hermenigildo y El cetro de San José. Aunque la influencia de Calderón resulta evidente en muchos de estos trabajos, la claridad y belleza del desarrollo posee un acento muy personal.

La prosa de la autora es menos abundante, pero de pareja brillantez. Esta parte de su obra se encuentra formada por textos devotos como la célebre Carta athenagórica (1690), y sobre todo por la Respuesta a Sor Filotea de la Cruz (1691), escrita para contestar a la exhortación que le hiciera firmando con ese seudónimo el obispo de Puebla para que frenara su desarrollo intelectual. Esta última constituye una fuente de primera mano que permite conocer no sólo detalles interesantes sobre su vida, sino que también revela aspectos de su perfil psicológico. En ese texto hay mucha información relacionada con su capacidad intelectual y con lo que el filósofo Ramón Xirau llamó su "excepcionalísima apetencia de saber", aspecto que la llevó a interesarse también por la ciencia, como lo prueba el hecho de que en su celda, junto con sus libros e instrumentos musicales, había también mapas y aparatos científicos.

Francisco Antonio de Fuentes y Guzmán

Funcionario e historiador guatemalteco, que desde los 18 años participó en puestos públicos para el Reino de Guatemala. Fue el creador de la obra Recordación Florida, que relata la historia del Reino en cuanto a temas políticos, sociales y económicos, entre otros

De Fuentes y Guzmán nació en Antigua Guatemala en el año 1643. A los 18 años fue nombrado Regidor Respectivo del Ayuntamiento de la capital del Reino de Guatemala. Aficionado a la milicia, obtuvo el grado de capitán y más tarde desempeñó el cargo de Alcalde Mayor del que entonces se llamaba departamento de Totonicapán y, por último, pasó a Sonsonate con el mismo empleo (Móbil, 1995).

Entre 1680 y 1699 escribió la obra denominada Recordación Florida, un discurso historial natural, material, militar y político del Reino de Guatemala. Analiza la situación de los principales señoríos indígenas, la Conquista, la organización político-administrativa de Guatemala, las riquezas naturales, las fiestas religiosas y civiles, el desarrollo arquitectónico y, especialmente, la lucha librada por los criollos para gozar de los mismos derechos que los peninsulares

Aún cuando el autor confiesa que escribe su obra por el amor a la patria y la necesidad de aprovechar los documentos y conocimientos sobre su época, la Recordación Florida adolece de múltiples imperfecciones, derivadas de su excesiva admiración hacia los conquistadores, a la falta de capacidad de emprender una obra de tal envergadura, a la falta de método y de unidad de la relación de los hechos y fundamentalmente, por la serie de fábulas y leyendas que casi con seguridad confunde con los sucesos verdaderos (Móbil, 1995)

Otras obras suyas son: Cinosura política o Ceremonial de Goathemala (pérdida), Norte político (pérdida), El milagro de América y La vida de Santa Teresa de Jesús

Murió en 1700, a la edad de 57 años (Móbil, 1995).

El Neoclasicismo

Rafael Landívar

(Santiago de los Caballeros, 1731 - Bolonia, 1793) Jesuita y poeta guatemalteco autor de la célebre obra Rusticatio mexicana, grandioso himno en verso a la naturaleza y a la vida rural del virreinato de Nueva España. Graduado de doctor en filosofía a los dieciséis años, continuó sus estudios de teología en México, donde se ordenó sacerdote jesuita en 1755. Volvió a Guatemala y fue rector del Colegio San Borja, pero debió partir al exilio a la edad de 36 años debido a la orden de expulsión de los jesuitas decretada por Carlos III. Landívar embarcó rumbo a Italia (1767), se estableció en Bolonia, donde vivió como preceptor en casa de los condes de Albergati, y no regresó ya nunca a su país. Sus restos fueron repatriados a su ciudad natal en 1950.

De su producción literaria carecen de mayor interés sus pocas poesías castellanas, y tampoco hubiera pasado a la historia de las letras por sus sermones, ni por su Funebri declamatio pro iustis (1766) sobre el prelado Francisco Figueredo y Victoria. Su obra fundamental es el poema en hexámetros latinos Rusticatio Mexicana, cuyo título completo es Rusticatio Mexicana, seu rariora quaedam ex agris Mexicanis decerpta, obra que ha motivado que algunos hayan llegado a llamar al autor Virgilio americano. Landívar publicó dos ediciones de su obra: la primera en Módena, en 1781 y la segunda, corregida y ampliada, en Bolonia en 1782. La obra contenía algunas ilustraciones hechas por el propio autor que, sin ser artísticas, son académicas y correctas.

Escritos en latín, lengua usada entonces por los humanistas, los versos de Rusticatio Mexicana se presentan agrupados en quince cantos, una advertencia y un saludo a la ciudad de Guatemala. Su obra ha sido objeto de estudios sistemáticos por diversos investigadores; es una lección de amor patrio por el dolor del destierro y prueba de madurez creativa, a la vez que canto emocionado de las excelencias del continente americano, a su belleza y fecundidad, a la fauna y flora que lo animan, y, muy especialmente, al hombre trabajador, creativo y tenaz que domestica, transforma y humaniza el exuberante medio ambiente. En ese sentido puede decirse que es un precursor de las ideas de libertad e independencia que fructificaron veinticinco años después. Todo ello en un estilo que ha sido considerado heredero del de Homero y Virgilio.

La obra es tanto expresión de la nostalgia del exiliado como testimonio del amor por su lejana patria. De gran intensidad lírica, alterna partes poéticas con descripciones geográficas y de actividades agrícolas, haciéndolas parecer un tratado de ecología contemporánea. A través de la narración es posible darse cuenta de la forma en que se desarrollaron estas actividades, lo que la convierte en un testimonio histórico por medio del cual se tiene noticia directa de los métodos y estrategias utilizados en esa época para la siembra y el cultivo de los principales productos que sostenían la economía colonial, tales como el nopal y la grana, con la cual se producía el añil.

Sus reflexiones acerca

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