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Resumen de los 7 habitos de la gente altamente efectiva.


Enviado por   •  11 de Marzo de 2016  •  Resúmenes  •  4.216 Palabras (17 Páginas)  •  324 Visitas

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INSTITUTO NACIONAL DE MÉXICO  TECNOLÓGICO DE COMITANCILLO[pic 1][pic 2]

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MATERIA:

TALLER DE INVESTIGACION II

TRABAJO:

RESUMEN DEL LIBRO LOS 7 HÁBITOS

DE LA

GENTE ALTAMENTE EFECTIVA

PRESENTA:

PINEDA HERNANDEZ REY FRANCISCO

CARRERA:

INGENIERIA EN GESTIÓN EMPRESARIAL

SEMESTRE:                       GRUPO: C

CATEDRATICO:

LIC.  ULISES LÓPEZ REYES

           

       

              SAN PEDRO COMITANCILLO, OAXACA 23 FEBRERO DE 2016

RESUMEN

El libro de los 7 hábitos comienza ablando sobre la vida misma de lo que le sucede en cierta forma en como el aplica cada habito en su vida y familia  Por eso fue tan importante para él porque, Mientras investigaba y preparaba esas exposiciones, empezó a interesarle en particular el modo en que las percepciones se forman y gobiernan nuestra manera de ver las cosas y comportarnos. Esto lo llevó a estudiar las expectativas y las profecías de autocumplimiento y a comprender profundamente enraizadas que están nuestras percepciones. El éxito pasó a ser más una función de la personalidad, de la imagen pública, de las actitudes y las conductas, habilidades y técnicas que hacen funcionar los procesos de la interacción humana. La ética de la personalidad, en lo esencial, toma dos sendas: una  la de las técnicas de relaciones públicas y humanas, y otra, la actitud mental positiva. Algo de esta filosofía se expresa en máximas inspiradoras y a veces válidas, como por ejemplo: Tu actitud determina tu altitud y La sonrisa hace más amigos que el entrecejo fruncido  y  La mente humana puede lograr todo lo que concibe y cree.

El primer hábito es (ser proactivo) Significa que, como seres humanos, somos responsables de nuestras propias vidas. Nuestra conducta es una función de nuestras decisiones, no de nuestras condiciones. Podemos subordinar los sentimientos a los valores, Tenemos la iniciativa y la responsabilidad de hacer que las cosas sucedan.  Las personas muy proactivas reconocen esa responsabilidad, no dicen que su conducta es la consecuencia de las condiciones, el condicionamiento o las circunstancias. Su conducta es un producto de su propia elección consciente; se basa en valores, y no es producto de las condiciones ni está fundada en el sentimiento. Dado que por naturaleza somos proactivos, si nuestras vidas están en función del condicionamiento y las condiciones, ello se debe a que, por decisión consciente o por omisión, elegimos otorgar a esas cosas el poder de controlarnos. Las personas proactivas llevan consigo su propio clima. El hecho de que llueva o brille el sol no supone ninguna diferencia para ellas. Su fuerza impulsiva reside en los valores, y si su valor es hacer un trabajo de buena calidad, no depende de que haga buen tiempo o no. Las personas reactivas se ven también afectadas por el ambiente social, Cuando se las trata bien, se sienten bien; cuando no las tratan bien, se vuelven defensivas o autoprotectoras. Las personas reactivas construyen sus vidas emocionales en torno a la conducta de los otros, permitiendo que los defectos de las otras personas las controlen. Las personas reactivas se ven impulsadas por sentimientos, por las circunstancias, por las condiciones, por el ambiente. Las personas proactivas se mueven por valores: valores cuidadosamente meditados, seleccionados he internalizados. También las personas proactivas se ven influidas por los estímulos externos, sean físicos, sociales o psicológicos. Pero su respuesta a los estímulos, consciente o inconsciente, es una elección o respuesta basada en valores. Tomar la iniciativa no significa ser insistente, molesto o agresivo, significa reconocer nuestra responsabilidad de hacer que las cosas sucedan. Pero las personas que llegan a ocupar los buenos puestos son las proactivas, aquellas que buscan soluciones para los problemas, y no problemas mismos, que toman la iniciativa de hacer siempre lo que resulte necesario, congruente con principios correctos, y finalmente realizan la tarea.

El segundo hábito (empiece con un fin en mente) Empezar con un fin en mente significa comenzar con una clara comprensión de su destino. Significa saber adónde se está yendo, de modo que se pueda comprender mejor dónde se está, y dar siempre los pasos adecuados en la dirección correcta. A menudo las personas se encuentran logrando victorias vacías, éxitos conseguidos a expensas de cosas que súbitamente se comprende que son mucho más valiosas. Personas pertenecientes a todos los trabajos (Médicos, académicos, actores, políticos, ejecutivos, atletas y fontaneros) a menudo luchan por lograr ingresos más altos, más reconocimiento o un cierto grado de competencia profesional, sólo para descubrir que su ansiedad por alcanzar la meta les ha privado de cosas que realmente importan y que ya han quedado fuera de sus posibilidades. Podemos estar muy atareados, podemos ser muy eficientes, pero sólo seremos también verdaderamente efectivos cuando empecemos con un fin en mente. El hábito de empezar con un fin en mente se basa en el principio de que todas las cosas se crean dos veces. Siempre hay primero una creación mental, y luego una creación física. Consideremos un ejemplo, el de una empresa. Si queremos tener éxito, también en este caso corresponde definir con claridad lo que se está tratando de lograr. Uno piensa cuidadosamente en el producto o servicio que quiere proveer, fijándose un objetivo en el mercado, y después organiza todos los elementos (Financieros, de investigación y desarrollo, las operaciones, las transacciones, el personal, los medios físicos, etc.) para dar en el blanco. El grado con que uno empiece con un fin en mente determina a menudo si se puede o no crear una empresa de éxito. La mayor parte de los fracasos empresariales comienzan en la primera creación, con problemas tales como la subcapitalización, una mala comprensión del mercado o la falta de un plan. Todas las cosas se crean dos veces, pero no todas las primeras creaciones responden a designios conscientes. En nuestras vidas personales, si no desarrollamos autoconciencia y no nos hacemos responsables de las primeras creaciones, estamos permitiendo por omisión que otras personas y las circunstancias que están fuera del círculo de influencia den forma a gran parte de nuestra vida,  el segundo hábito se basa en principios de liderazgo personal, lo que significa que el liderazgo es la primera creación, al desarrollar nuestra autoconciencia, muchos de nosotros des cubrimos guiones inefectivos, hábitos profundamente enraizados y totalmente indignos de nosotros, por completo incongruentes con las cosas que verdaderamente valoramos en la vida. Se centra en lo que uno quiere ser (carácter) y hacer (aportaciones y logros), y en los valores o principios que dan fundamento al ser y al hacer. La sabiduría es nuestra perspectiva de la vida, nuestro sentido del equilibrio, nuestra comprensión del modo en que se aplican los diversos principios y partes, y de las relaciones que establecen entre sí. Abarca el juicio, el discernimiento, la comprensión. El poder es la capacidad o facultad de actuar, la fuerza y potencia para realizar algo, es la energía vital para elegir y decidir, Incluye también la capacidad para superar hábitos profundamente enraizados y cultivar Sabiduría a otros superiores, más efectivos.

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