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San Ignacio


Enviado por   •  22 de Julio de 2014  •  588 Palabras (3 Páginas)  •  178 Visitas

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San Ignacio de Loyola

(1491/10/24 - 1556/07/31)

San Ignacio de Loyola

Íñigo de Óñez y Loyola

Sacerdote español fundador de la Compañía de Jesús, orden religiosa conocida por el nombre de Jesuitas

Nació el 24 de octubre de 1491 en el castillo de Loyola en Azpeitia, población de Guipúzcoa, cerca de los Pirineos. Hijo de don Bertrán, señor de Ofiaz y de Loyola, jefe de una de las familias más antiguas y nobles de la región y de Marina Sáenz de Licona y Balda. Iñigo (pues ése fue el nombre que recibió el santo en el bautismo) fue el más joven de los ocho hijos y tres hijas de la noble pareja.

De joven fue paje en la corte de Fernando el Católico. Hizo la milicia a las órdenes de Antonio Manrique de Lara, duque de Nájera, y participó en la represión de la revuelta de las Comunidades. Iñigo luchó contra los franceses en el norte de Castilla. Pero su breve carrera militar terminó abruptamente el 20 de mayo de 1521, cuando una bala de cañón le rompió la pierna durante la lucha en defensa del castillo de Pamplona. Después de que Iñigo fue herido, la guarnición española capituló.

Tuvo durante su convalecencia en un hospital algunas visiones. Mientras se recuperaba leyó varios libros religiosos que le llevaron a consagrarse a la vida espiritual y abandonar su vida mundan

1540- Paulo III confirma la fundación de la Compañía de Jesús. La Compañía de Jesús asume el apostolado la Compañía de Jesús fue fundada "para dedicarse principalmente al provecho de las almas en la vida y doctrina cristiana y para la propagación de la fe mediante lecciones públicas y el servicio de la Palabra de Dios, los Ejercicios Espirituales y obras de caridad, y concretamente por medio de la instrucción de los niños y de los ignorantes en el cristianismo, y para espiritual consolación de los fieles oyendo sus confesiones""'. Ignacio quería que los jesuitas se mantuvieran libres para poder desplazarse de un lugar a otro donde la necesidad fuera mayor; y estaba convencido de que las instituciones le fijarían en un lugar e impedirían su movilidad. Pero los compañeros tenían sólo un propósitos "servir y amar a su Divina majestad en todas las cosas, estaban dispuestos a adoptar el medio que pudiera mejor ayudar a cumplir este amor y servicio de Dios, en el servicio a los demás.

En tiempo de San Ignacio no se hablaba de valores. Sin embargo, por intuición y por introspección, dijo cosas muy substanciales sobre el mundo de los valores, sin nombrarlos, en lo que él llamó Principio y Fundamento. Hoy se enfatiza que un individuo o un pueblo o una generación es lo que sean sus valores.

En el valor hay que distinguir su dimensión objetiva y su dimensión subjetiva. Ante

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