ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Ruinas Jesuitas De San Ignacio


Enviado por   •  19 de Mayo de 2013  •  972 Palabras (4 Páginas)  •  516 Visitas

Página 1 de 4

Las Ruinas de San Ignacio Miní, ocupan un lugar muy importante dentro de los destinos turísticos de la provincia de Misiones. Son las ruinas más conocidas de la reducción, una misión jesuítica fundada por el padre jesuita, hoy San Roque González. Utilizada para evangelizar a los nativos guaraníes. Son las mejores preservadas de la provincia de Misiones. Tal es así que nos permite apreciar su arquitectura Barroco Americana.

Fue una de las 13 reducciones fundada por los jesuitas españoles a partir de 1554. Más precisamente en 1610.

Todas misiones jesuitas construidas en el Noreste Argentino sufrieron ataques de destrucción por los bandeirantes, estos eran grupos de personas provenientes de Sao Paulo (Brasil). Su nombre proviene de la palabra portuguesa bandeira (bandera), ya que se agrupaban usando banderas que los identificaban. Su objetivo era atacar a los indígenas para convertirlos en esclavos y venderlos a las grandes plantaciones azucareras.

Pese a los ataques que sufrieron las ruinas, solo dos resistieron (San Ignacio y Ntra. Sra. De Loreto). Esos ataques eran frecuentes y por tal motivo la organización decidía trasladarse, hasta que llegaron al lugar donde se ubican actualmente.

Hacia mediados del siglo XVIII estas misiones obtenían una rica e intensas actividades artesanales, culturales y de comercio, favorecidas por el Rio de La Plata. Sin embargo, en 1768, tras la expulsión de los jesuitas, fue abandonada por completo, y destruida por los paraguayos, al igual que el resto de las reducciones, hacia 1817, y restauradas en forma total en la década del 40, situación que permite apreciarlas actualmente.

Hoy la ruina jesuítica de San Ignacio, es la mejor conservada de la República Argentina. Su arquitectura es común al resto de las construidas por los jesuitas: la Iglesia alrededor d ela plaza principal, el cementerio, el cabildo, la casa de los Padres y las viviendas. Para la construcción de esta misión de emplearon materiales locales, el asperón rojo labrado en grandes piezas, y trozos de una especie de basalto o roca eruptiva provenientes de las canteras de Teyu-Cuarè. Las piedras están unidas sin argamasa. Lo que permitió la excelente conservación a pesar del paso del tiempo.

La arquitectura impresiona hasta al turista más desinteresado. El mismo impacto causó, hace cuatro siglos, al visitante habituado a la pobreza estética de la mayoría de los templos de los pueblos españoles. Tanto, que la elite porteña solicitó que el mismísimo Cabildo de Buenos Aires fuera diseñado por arquitectos jesuitas y construido con la colaboración de obreros indígenas.

El diseño del templo de San Ignacio constituye una excelente muestra del barroco americano: las columnas cumplen únicamente una función estética, ya que no actúan como soporte de las paredes. Lo hacen las vigas transversales de madera, las cuales se hallan disimuladas en la misma edificación. Todas las calles del trazado urbano terminaban en la Iglesia.

En cuanto a la organización religiosa, los misioneros se preocupaban por la enseñanza, en especial, del catecismo. Los jóvenes que habían superado la edad escolar,

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (6.2 Kb)  
Leer 3 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com