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ASTRONOMIA - ENSAYO


Enviado por   •  26 de Octubre de 2016  •  Biografías  •  2.356 Palabras (10 Páginas)  •  214 Visitas

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19-08-16

ASTRONOMIA

El horizonte: puede pensarse como el lugar del espacio que separa y simultáneamente hace encontrar el cielo y la tierra.

Para una persona que busca identificar el horizonte desde un barco en medio del mar, aparecerá como una línea casi perfecta rodeándola por completo. El horizonte siempre es una línea cerrada, aunque cuando es observado en cierta dirección parezca sólo un segmento. En cambio, en el campo, en la ciudad, o desde la orilla del mar, ese segmento de horizonte se mostrará mediante el contorno de casas, árboles, montes, monumentos, edificios, etc.

El horizonte cobra un nuevo significado si se observa, por ejemplo, el movimiento del Sol. El horizonte es el lugar del paisaje por donde se hace visible y se oculta el Sol.

 El sitio exacto por donde surge el Sol se llama levante solar y el opuesto, donde desaparece a la visión, se conoce como poniente solar. De ahí que se diga que el Sol “se levanta” y “se pone” por el horizonte. Si en lugar del Sol se observa la Luna, se comprobará que en su movimiento también tiene un levante y un poniente. Con los planetas y las estrellas ocurre lo mismo: todos tienen sus respectivos levantes y ponientes en el horizonte.

Si se observa con atención todos los levantes y todos los ponientes, es fácil darse cuenta que todos los levantes se producen en la misma zona del horizonte, mientras que los ponientes ocurren en la zona opuesta. De este modo, el plano horizonte puede dividirse en dos zonas iguales y enfrentadas:

  • Oriente: La zona del horizonte en donde se producen los levantes.
  • Occidente: La zona del horizonte en donde se producen los ponientes.

Hay una línea que divide al horizonte exactamente por la mitad, separando Oriente de Occidente, es decir levantes de ponientes. Se la llama línea divisoria o bien, en su antigua denominación, Meridiana.

[pic 1]

Entre todas las verticales que pueden trazarse en el plano horizontal, se destaca la que pasa por el observador. Esa vertical señala un sitio particular del cielo, llamado cenit.

El mástil de la escuela materializa la línea vertical que sostiene a la bandera. El cenit es el punto del cielo adonde llega la vertical del lugar.  El cenit se halla exactamente por encima de la cabeza del observador e identifica el lugar del cielo donde se dirigen sus ojos en cierto lugar de la Tierra. La línea que define el cenit se denomina vertical del lugar.

[pic 2] En la representación  se muestra un observador y la vertical de lugar. La visión del observador es hacia el punto más alto sobre el horizonte: el cenit.

Un horizonte de estudiantes: Esta actividad consiste en armar una ronda con los alumnos, con uno de ellos en su centro. El horizonte que corresponde al sujeto central queda configurado por el contorno de sus compañeros de la ronda: la silueta de cada uno de ellos representa una porción de ese horizonte. Para visualizar su horizonte completo el alumno que está en el centro da una vuelta completa sobre sí mismo (giro de 360º) ya que de otro modo, a su visión el horizonte será sólo un fragmento (aproximadamente la mitad). Para finalizar, los alumnos de la ronda intercambian su posición con el sujeto central para que todos tengan una impresión semejante del mismo marco de referencia.

Un horizonte de papel: La clase se divide en grupos, preferentemente múltiplos de 4 (4, 8, 12). Cada grupo de niños se ubica en ronda y realiza la actividad descrita antes para que todos identifiquen el horizonte del punto central de su ronda. Luego se sitúan con sus espaldas hacia el centro de la misma.

De esta manera, cada uno estará observando un segmento del horizonte identificado para el centro de la ronda. Si el grupo es de ocho integrantes a cada uno le corresponde un octavo de horizonte visible (es decir, 45º del contorno total).

Cada niño, desde su posición, dibuja el sector del paisaje que ha quedado exactamente frente de él. Para optimizar el resultado colectivo de la actividad es conveniente que cada niño se ponga de acuerdo con sus vecinos de izquierda y derecha para establecer los límites de su propio dibujo.

Cuando terminaron de dibujar, las hojas se unen en el mismo orden en que estaban ubicados los niños en la ronda; pueden pegarse con cinta o abrocharse. Para facilitar esta acción previamente pueden numerarse las hojas de cada alumno para sostener luego ese orden en la reconstrucción lineal. Para materializar el horizonte grupal y reconstruir la visión del observador central de la ronda se debe formar una corona con las hojas cuidando que la carilla dibujada quede hacia el interior de la misma.

El resultado es un horizonte de papel que puede colgarse con hilos, a una altura aproximadamente igual a la de los ojos de los estudiantes. Colocado de ese modo, cada integrante de la clase puede “entrar” en la corona suspendida y “ver” el mismo paisaje circular del observador central.

[pic 3]Sería conveniente estar atentos a que sea coincidente la ubicación del horizonte de papel con el horizonte real, esto es que la disposición de la corona construida y sostenida por los integrantes del grupo se aproxime a la distribución de los contornos del paisaje escogido.   Los estudiantes ingresan a la corona de a uno y comparan desde su centro el horizonte de papel dibujado con el horizonte real. Para continuar con el trabajo sugerimos algunas preguntas posibles: ¿En qué se parecen y en qué se diferencian el horizonte dibujado y el real? ¿Existen elementos que pueden reconocer en uno pero no en el otro? ¿Cuáles? Si se arman varios grupos por cada uno resultará un horizonte diferente y eso permite identificar semejanzas y diferencias. Otra alternativa es que el mismo grupo construya horizontes en diferentes lugares (en la escuela, en el barrio de su casa, en una plaza cercana, etc.).

 Un horizonte de fantasía: En la actividad previa, antes de armar la corona de papel las hojas se  pegan una junto a la otra formando una serie continua de dibujos. Evidentemente, el último de ellos se continúa con el primero, sin que tal punto constituya un sitio particular del horizonte real. De ese modo resulta un horizonte expandido en línea recta.

En esta nueva propuesta la consigna es recrear su contorno a partir de las siluetas halladas en un horizonte extendido. Sobre una tira de cartulina o cartón cada chico dibuja el contorno de un lugar ya sea evocando un sitio visitado o bien de un lugar imaginario.

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