Agroindustria Del Cacao
kratos12919 de Octubre de 2013
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Características generales de la cadena agroindustrial cacao.
La cadena agroindustrial cacao integra las fases de producción primaria, beneficio, industrialización y consumo del cacao y sus derivados. La comercialización es el proceso que eslabona este encadenamiento agroindustrial mediante operaciones de intercambio que se registran entre los diversos actores que en cada eslabón van agregando utilidades de tiempo, espacio y forma al producto conforme transita de las esferas de la producción a la del consumo (Diagrama 1).
En su caso, los proveedores de bienes y servicios son principalmente empresas comerciales privadas y agencias gubernamentales de fomento agrícola y agroindustrial. No constituyen propiamente un “eslabón” de la cadena de producción-consumo ya que no se ubican en un lugar específico (antes o después de alguna etapa del proceso de producción) e interactúan con los actores de todos los demás eslabones del proceso agroindustrial proveyéndoles de los insumos y servicios que requieren para el desarrollo de su actividad productiva.
Enseguida se describen las principales características de los principales eslabones que integran la Cadena Agroindustrial del Cacao en México.[1]
El proceso agrícola cacaotero
En el año 2001, la producción cacaotera ocupó una superficie de 83,136 hectáreas; concentrándose el 99.5% de la superficie cultivada y cosechada en los estados de Tabasco y Chiapas.
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Esta actividad es desarrollada por 39,421 productores de 36 municipios y 889 comunidades de los estados de Tabasco y Chiapas, con una superficie media de 2.11 hectáreas por productor. En ambas entidades, la producción se distribuye en seis regiones agrícolas, que se diferencian por sus condiciones medioambientales y agroproductivas específicas. En Tabasco, están las regiones de la Chontalpa (96% de la superficie) y Sierra con 96% y 4% de la superficie cultivada de la entidad, respectivamente; y en el estado de Chiapas se identifican las regiones 08 Soconusco, la región 05 Norte, la región Selva-Palenque y la región 01 Centro-Tecpatán con el 56.8%, 35.2%, 5.4% y 2.6% de la superficie cultivada en la entidad, respectivamente.[2]
Entre 1995 y el 2000 las superficies cultivada y cosechada han tenido un descenso importante, que fue del 11.1 y 11.4% respectivamente, registrándose un repunte en el 2001 quizás como respuesta a los apoyos otorgados al sector por el Programa Alianza para el Campo a partir de 1996.
Diagrama II-1
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La producción se ha comportado de manera variable y tendiendo a la baja, debido al efecto de precios bajos y eventos climáticos adversos que han presionado hacia la reducción de la superficie cultivada.
Cuadro II-2 . Estadística básica de la producción de cacao en México, 1995-2001.
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El cultivo del cacao en México se desarrolla exclusivamente en las regiones tropicales, con altitudes menores a los 500 m.s.n.m., con abundantes precipitaciones y requerimientos de una temperatura media anual de 25 a 26° C.
Tal como se indica en el Cuadro 3, en lo que respecta al medio natural en que desarrolla la producción, cada región presenta sus propias particularidades que se expresan en diferentes comportamientos en la producción y productividad de los cacaotales; en ese sentido, la región de la Chontalpa, Tabasco, es la que presenta las mejores condiciones para el cultivo dada la existencia de suelos de formación aluvial, y precipitaciones del orden de los 2500 mm distribuidos en la mayor parte del año. Las regiones Sierra Norte de Chiapas y Sierra de Tabasco, presentan un sustrato edáfico diverso y un régimen climático similar caracterizado por altas precipitaciones, situación que genera la incidencia de fuertes problemas fitosanitarios, siendo la más importante la fungosis de los frutos conocida como “mancha negra”. Las regiones del Centro Tecpatán y parte de la Selva-Palenque comparten el régimen climático de las antes mencionadas.[3]
En relación a la región del Soconusco, además de las diferencias en el sustrato edáfico se caracteriza por una estacionalidad climática, diferenciándose dos períodos del año:
a) la temporada de lluvias, de mayo a octubre, y b) la temporada de secas, de noviembre a abril. Las deficiencias de agua se suple en un 20% del área cacaotera con la aplicación de riegos de auxilio por derivación de la red fluvial.
En México, el cultivo del cacao se sustenta en cultivares del complejo genético trinitario (productos de la hibridación natural de cacaos tipo “criollos” (nativos) y cacaos tipo “forasteros”) que presentan buenas características de calidad y aceptación en el mercado nacional e internacional.
Cuadro II-3.- Características ambientales de las regiones cacaoteras de México.
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El arreglo topológico de las plantaciones es “marco real”, generalmente de 4 X 4 metros, con una densidad de 625 árboles por hectárea. Independientemente de la cantidad de tierra que disponen los productores, el 44.5% de ellos tiene al cacao como una actividad exclusiva y el 55.5% con una diversificación productiva, ya con cacao-básicos, cacao-frutales, cacao-forestales y otras asociaciones o combinaciones. Para el caso del estado de Chiapas, el 40% de las plantaciones de cacao se desarrollan con sombra especializada, un 35% en relictos de la selva y un 25% con árboles frutales. En esa perspectiva, el cacaotal constituye un agroecosistema caracterizado por la diversidad de especies asociadas que establecen con las plantas de cacao interacciones que con un manejo adecuado resultan favorables para la productividad del cacaotal y la economía del productor. Las principales especies asociadas son árboles de la familia de las leguminosas que proveen de sombra a las plantas de cacao y contribuyen al mejoramiento de la fertilidad del suelo, diversas especies de frutales, maderables, hortícolas y ornamentales también se encuentran frecuentemente asociadas al cacaotal proveyendo al agricultor de productos para el autoconsumo y el mercado.
Cuadro II-4.- Especies asociadas al cacaotal.
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Por tal virtud, al cacaotal se le considera como un sistema agroforestal con grandes potencialidades para diversificar los ingresos de los productores mediante el cultivo de especies asociadas con buena demanda y precio en los mercados, entre las que destacan la palma camedor y otras especies ornamentales. En el mismo orden el pago de servicios ambientales por la conservación de la biodiversidad, del suelo y el mejoramiento del ambiente constituye otra alternativa promisoria para mejorar los ingresos y la calidad de vida de las familias campesinas productoras de cacao.
En ese mismo orden, es pertinente destacar el proceso de conversión que está registrando la tecnología agrícola del cacao, al pasar del cultivo convencional a la producción orgánica. En Tabasco y Chiapas, se estima que están en este proceso entre 6000 y 8000 hectáreas; por lo pronto, la Sociedad de Producción Rural de Sunuapa, Chiapas, en el año 2002 logró la certificación de su producción como cacao orgánico.
Actualmente la base productiva del eslabón primario de la Cadena Agroindustrial del Cacao se encuentra deteriorada, situación que se refleja en una baja de los rendimientos o productividad de los cacaotales.[4]
Cuadro II-5. Rendimientos de cacao en México, período 1995-2001. Ton/ha.
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Entre las principales causas que esa situación se puede destacar las siguientes:
Envejecimiento de los cacaotales: el 60 y 70% de las plantaciones de cacao del
país se encuentran en una etapa senil ya que rebasan los 40 años de edad.
Limitantes fitosanitarias: la incidencia de la enfermedad denominada “mancha negra” provocada por el hongo Phytophthora palmivora en la vertiente del Pacífico
y Phytophthora capsici en la vertiente atlántica, constituye una de las principalescausas de la baja productividad de los cacaotales. Aunado a lo anterior, la mortandad de los árboles de sombra como consecuencia de la incidencia de un complejo de plagas y enfermedades y probables efectos de la contaminación ambiental representa otro problema grave.
Cultivares de bajo potencial productivo: Los genotipos de cacao actualmente cultivados tienen una productividad menor en comparación con los nuevos clones producto de la mejora genética.
Baja densidad de plantación: Existen sistemas de producción con una densidad de 1111 plantas por hectárea que de implantarse en la regiones cacaoteras posibilitarían en forma directa una mayor productividad en relación con el sistema tradicional de cultivo con 625 plantas por hectárea.
Baja rentabilidad del cultivo: La tendencia a la baja de los precios del cacao y al incremento de los insumos ha condicionado una baja rentabilidad de los cacaotales. Y la falta de una recompensa justa al esfuerzos de los productores ha propiciado que estos reduzcan a su mínima expresión la inversión en trabajo y aplicación de tecnologías al cacaotal, condicionando a la vez que el cultivo no logre expresar plenamente su potencial productivo.
En una encuesta realizada en 1999 a 390 productores de Tabasco y Chiapas, se encontró que existe una baja inversión en la adquisición de insumos y en la contratación de mano de obra, donde la mayoría invirtió menos de $ 500.00 por hectárea; sólo el 55.4% de los productores compró insecticidas, el 56.7% fungicidas,
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