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Alimentacion A La Embarazada


Enviado por   •  30 de Noviembre de 2013  •  2.612 Palabras (11 Páginas)  •  273 Visitas

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En general, las recomendaciones alimentarias durante la gestación pretenden conseguir los siguientes objetivos:

• Cubrir las necesidades de alimentos propias de la mujer gestante.

• Satisfacer las exigencias nutritivas debidas al crecimiento fetal.

• Preparar al organismo materno para afrontar mejor el parto.

• Asegurar reservas grasas para la producción de leche durante la futura lactancia.

Durante el embarazo, el organismo de la mujer experimenta cambios que le afecta física u psíquicamente, por lo tanto su esfuerzo biológico es mayor.

La formación de un nuevo ser determina una serie de exigencias en la madre, una es la alimentación, la cual debe reunir las sustancias nutritivas que requieren, tanto la madre como el niño por nacer.

La actividad diaria de la mujer (sin estar embarazada) tiene un gasto aproximadamente de 2.000 calorías. Durante los primeros meses de embarazo, la cantidad de calorías deben mantenerse entre 2.000 y 2.200 aproximadamente por día. Conforme a la gestación progresa los requerimientos del niño aumentan y el consumo de calorías por parte de la madre puede llegar a 2.600 al final del embarazo. Generalmente la actividad de la madre disminuye, no es necesario aumentar la ingesta calórica.

La cantidad de calorías y la calidad de la misma y con el aumento de peso de la madre.

El sobrepeso conlleva adversos problemas como son: dolores de pie, piernas, espalda, el corazón tiene que realizar mayor esfuerzo, pierde agilidad y es mas propensa a caídas, los kilos de exceso no significan un bebé más grande y saludable, significa más problemas durante el parto y kilos demás en la madre después del parto.

El aumento total de peso durante el embarazo se considera que debe ser 10 Kg. a 12 Kg. Distribuidos más o menos en la siguiente forma:

Peso del bebé 3,500 Kg.

Peso de la placenta 0,500 Kg.

Peso del líquido amniótico 1,000 Kg.

Peso de tejidos uterinos 1,000 Kg.

Peso de tejido mamario 1,000 Kg.

Peso de agua y grasa retenida 3,000 Kg.

TOTAL 10,000 Kg.

La alimentación durante el embarazo constituye un factor de vital importancia para la correcta formación y crecimiento del bebé. Numerosos estudios demuestran la relación existente entre la alimentación materna durante la gestación y la salud y crecimiento de su niño. Especial relación existe entre la dieta materna y el desarrollo neurológico, por ejemplo: se conoce que una alimentación deficiente en ácido fólico puede ocasionar defectos en la médula espinal.

Además, está demostrado que la alimentación también se relaciona con el curso del embarazo, por ejemplo: una alimentación inadecuada puede ocasionar complicaciones como anemia y/o preeclampsia durante el embarazo y muchos de los desagradables síntomas que se pueden sufrir durante la gestación tales como fatiga, estreñimiento o calambres, pudieran minimizarse con una dieta adecuada.

Alimentandose Correctamente

La correcta alimentación también contribuye a evitar un trabajo de parto prematuro, al equilibrio emocional y a la recuperación corporal después de dar a luz.

Por éstos motivos, resulta importantísimo alimentarse de manera adecuada durante el embarazo y vale la pena el esfuerzo de cumplir con los siguientes principios nutricionales:

• Cada comida cuenta para el bienestar del bebé.

• Consuma calorías provenientes de comidas que realmente alimenten.

• No ayune ni elimine comidas. - Prefiera los alimentos ricos en proteínas y bajos en grasas.

• Prefiera los alimentos naturales frescos en lugar de procesados.

• Aunque los carbohidratos engordan, no deben ser eliminados de su dieta.

• Limite su consumo de azúcar refinado.

• Es mís fácil mantener una dieta sana cuando la siguen todos los miembros del grupo familiar.

Calorias segun el Periodo de Gestación

Si bien es cierto que la embarazada debe consumir más calorías que las que ingería antes de quedar embarazada para alimentarse y para nutrir a su bebé, también es cierto que los requerimientos del niño durante los primeros meses de gestación son relativamente pequeños y pueden cubrirse aumentando ligeramente el consumo calórico. Durante el primer trimestre de gestación, bastarán unas 300 calorías adicionales diarias para cubrir éstos requerimientos.

Sin embargo, no resulta conveniente contar obsesivamente cada caloría consumida, simplemente se deberán escoger los alimentos en base a los 8 principios básicos descritos y pesarse semanalmente en una balanza confiable, para comprobar que el aumento de peso sea lo más constante posible, sin subidas ni bajadas bruscas. Para ello, deberá pesarse siempre a la misma hora y en condiciones similares, por ejemplo, en la mañana después de evacuar y desnuda.

Durante el primer trimestre de gestación, el aumento de peso debería estar entre 1,400 Kg a 1,800 Kg y luego unos 400 a 500 gramos semanales durante el segundo trimestre y hasta el octavo mes. Para todo el noveno mes unos 400 a 500 gramos.

Por lo tanto, el aumento de peso de la embarazada debería oscilar, aproximadamente entre:

1,4 - 1,8 kg en el primer trimestre

5,5 a 6,5 kgs en el segundo trimestre

3,5 - 4,5 kg en el tercer trimestre.

10,4 - 11,8 Kgrs. en total

Dado que éstos valores son aproximados, podemos considerar razonable y seguro un aumento de peso promedio entre los 11 y 16 kilos, durante toda la gestación. Sin embargo, existen muchas mujeres con necesidades especiales, por ejemplo aquellas que comienzan su embarazo con un peso muy bajo o con sobrepeso o las que presentan un embarazo múltiple, que deberán ganar más o menos peso según sus necesidades y que deberán vigilar estrechamente la progresión de su peso.

Cuando la embarazada mantiene un aumento de peso dentro de los límites mencionados, estará consumiendo el número de calorías adecuado, cuando el aumento de peso es mayor será porque consume demasiadas calorías y en el caso contrario, estará consumiendo menos de las necesarias.

Cada Componente de los Alimentos y su Funcion en el Embarazo

Proteinas

Las proteínas son de una importancia vital para el crecimiento y desarrollo del nuevo ser. Toda embarazada deberá consumir aproximadamente unos 100 gramos de proteína diariamente, es decir, unas cuatro raciones.

Vitamina C

Esta vitamina es esencial para muchísimos procesos metabólicos sin embargo que el cuerpo no puede almacenar, por lo que todo ser humano debería consumirla diariamente, preferiblemente mediante el consumo de alimentos ricos en ésta vitamina frescos y crudos.

Calcio Principal y Fundamental

El Calcio es un mineral imprescindible para muchísimas funciones orgánicas: es vital para el desarrollo y correcto funcionamiento de la musculatura, el corazón y los nervios, la coagulación sanguínea y las actividades enzimáticas.

Los niños en pleno crecimiento necesitan mucho calcio para tener unos huesos y dientes fuertes. Lo mismo sucede durante la gestación: el acelerado crecimiento fetal requiere de importantes cantidades de calcio.

Cuando los suministros de éste valioso mineral son inadecuados, el bebé lo extraerá de los huesos de la madre para cubrir sus necesidades, condenando a su madre a sufrir de debilidad ósea (osteoporosis).

Este es el principal motivo por el que las embarazadas deberían suplementar su alimentación con calcio; pero además existe otra razón para beber la leche necesaria (o tomar calcio de otras formas): según una reciente investigación, la ingestión de calcio podría ayudar a prevenir la hipertensión gestacional (preeclampsia) y con ello muchas de las complicaciones obstétricas y neonatales que se pueden presentar.

Por éstos motivos, durante el embarazo y el período de lactancia toda mujer debería consumir 1.200 mgrs. cada día, por ejemplo: cuatro raciones diarias de alimentos ricos en calcio, preferiblemente en forma de leche.

Para aquellas mujeres que aborrecen tomar cuatro vasos de leche diarios, existen alternativas para su consumo. Por ejemplo: puede servirse en forma de yogur, queso o requesón. Puede esconderse en sopas, guisos, panes, cereales o postres; ello es especialmente fácil cuando se toma en forma de leche descremada en polvo. Cuando la embarazada prefiere la leche líquida, podrá duplicar su contenido de calcio añadiéndole 1/3 de taza de leche descremada en polvo.

Para aquellas que no toleran o no desean ingerir productos lácteos, el calcio también puede obtenerse de otros alimentos. Para las que no pueden estar seguras de ingerir suficiente calcio con su dieta (como por ejemplo las vegetarianas o las que sufren de intolerancia a la lactosa) podría ser recomendable tomar un suplemento de calcio.

Hortalizas y Frutas

Son la fuente principal de fibra y vitaminas tales como: vitamina A en forma de beta-caroteno, vitamina C, vitamina E, vitaminas del complejo B, ácido fólico. Además aportan gran cantidad de minerales, que junto a las vitaminas son vitales para el crecimiento celular. Su aporte en fibra contribuirá a mejorar el estreñimiento.

Toda embarazada deberá ingerir entre tres y cinco raciones diarias de éste grupo de alimentos.

Cereales y Legumbres

Se deberán consumir cinco raciones diarias de cereales como trigo, cebada, maíz, centeno, arroz y soja, sin embargo los cereales refinados, a pesar de ser enriquecidos, no aportan las vitaminas y minerales que la embarazada pudiera recibir al consumir cereales integrales y legumbres frescas.

Hierro

En casi todas las frutas, verduras, cereales integrales y productos de origen animal se encuentran cantidades pequeñas de hierro, sin embargo la embarazada y su bebé requieren cantidades importantes de éste mineral, por lo que se recomienda consumir alimentos muy ricos en hierro, tales como: hígado y otras vísceras, sardinas, vegetales de hoja como acelgas, berros, espinacas y legumbres (garbanzos, lentejas, caraotas).

En vista que a veces resulta difícil consumir todo el hierro que la embarazada y su niño requieren a través de la dieta, a partir del segundo trimestre de gestación probablemente su médico-obstetra recomendará suplementos de hierro, que será preferible ingerir entre las comidas con un jugo de frutas.

Grasas

De las calorías diarias que consume una embarazada, no más del 30 % deberían provenir de alimentos ricos en grasas Un exceso en su consumo podría producir un aumento excesivo de peso, sin embargo eliminar las grasas por completo puede resultar peligroso, ya que el bebé la requiere para su desarrollo.

Se deberá controlar cuidadosamente el consumo de alimentos ricos en grasas para no exceder su consumo generando así sobrepeso.

Sal

El exceso de sal no es saludable para ninguna persona y menos aún para la embarazada, pero no se deberá eliminar de la dieta ya que cierta cantidad es necesaria para el mantenimiento de un nivel adecuado de líquidos.

Para consumir una cantidad adecuada de sal, se recomienda utilizarla únicamente en la mesa y no mientras se preparan los alimentos. Restrinja su uso, sin eliminarla.

Líquidos

La mayor parte del cuerpo humano está compuesto por agua y la embarazada deberá beber líquidos por dos.

Durante el embarazo aumenta la cantidad de líquido corporal y, por otra parte, el cuerpo del bebé tiene muy alto contenido de agua, por lo que la mujer deberá aumentar también su ingesta de líquidos. La producción de leche materna también depende directamente del estado de hidratación de la madre y la composición de esa leche materna variará según el consumo de líquidos durante el período de amamantamiento.

Beber unos 8 vasos de agua por día permitirá la correcta hidratación cutánea, evitar el estreñimiento, eliminar las toxinas del cuerpo, disminuir los riesgos de una infección de las vías urinarias y producir una adecuada cantidad de leche materna, capaz de suplir los requerimientos de su bebé.

Las necesidades de líquidos se pueden cubrir no solamente con agua. Otros líquidos como la leche, jugos de frutas o vegetales y sopas pueden cumplir perfectamente con estos requisitos.

Alimentación a la madre lactante

La lactancia materna requiere un esfuerzo metabólico para la producción de la leche. Sin embargo, al contrario de lo que se pueda pensar no es una cuestión de comer en exceso, sino de adaptar la dieta a las nuevas necesidades. De esta forma se evita que la madre engorde, algo que suele ser habitual por los malos hábitos. Sea como sea, no es conveniente que la madre lactante comience en esta etapa un régimen o dieta hipocalórica con menos de 1.500 calorías diarias ya que ésta podría llevar a la madre a una malnutrición.

La ingesta diaria recomendada para las madres lactantes es de 2.700 kcal, frente a las 2.200 para mujeres no lactantes; sin embargo, varios estudios han encontrado que la ingesta espontánea de madres lactantes sanas y bien nutridas está entre 1.800 y 2.300 kcal/día. La producción de leche se sustenta sin apenas aumento del consumo energético, gracias a un metabolismo más eficiente en la madre que lacta.

Hay que recordar además que en la lactancia materna se emplean para producir la leche las reservas de grasa acumuladas durante el embarazo, por lo que si seguimos una alimentación adecuada y equilibrada nuestro cuerpo debería volver sin problemas a su peso habitual.

Lo importante de la alimentación durante el período de lactancia materna es que ésta sea lo más variada posible para que resulte equilibrada.

• Proteínas: Hay que dar preferencia a las carnes magras como las aves, así como a pescados blancos y azules, huevo, etc.

• Hidratos de carbono: También es necesario el consumo de hidratos de carbono complejos como el pan, arroces o pasta, así como las patatas y legumbres.

• Grasas: Nuestro consumo de grasas como los aceites y mantequilla no debe variar, ya que éstos son ricos en ácidos grasos esenciales y vitamina E

• Verduras y Fruta fresca: En esta etapa es necesario aumentar la cantidad de vitaminas y ácido fólico, por ello es importante consumir grandes cantidades de verduras y fruta fresca. Al menos una de las piezas diarias que debemos consumir debería ser rica en vitamina C, como los cítricos, melón, fresas o frutas tropicales.

Las verduras cocidas también nos aportan dichas vitaminas y la cantidad de fibra necesaria.

• Lácteos: Durante la lactancia se produce una pérdida fisiológica del 3 al 7% del calcio óseo, que se recupera espontáneamente a partir de los 6 meses. La ingesta recomendada de calcio para las mujeres de 19 a 59 años es la misma, 1.000 mg/día, tanto si dan el pecho como si no.

El calcio puede ser tomado a través de lácteos o en caso de intolerancia o rechazo, de otros alimentos que lo contengan.

• Vitamina B12:Todos los vegetarianos estrictos (veganos), incluyendo macrobióticos, y aquellos ovolactovegetarianos que no consuman suficientes huevos y leche, deberían tomar durante toda su vida 3 a 5 μg de vitamina B12 al día. Estos suplementos son particularmente importantes para la embarazada y la madre lactante. Es difícil determinar la cantidad mínima de leche y huevos necesaria, y conviene que incluso las embarazadas ovolactovegetarianas tomen B12. Se han descrito problemas graves e incluso la muerte en hijos de madres veganas que no tomaban B12. Si la situación se detecta durante el embarazo, es muy importante recordar la dosis de ataque inicial.Si la situación se detecta después del parto, habría que darle también una dosis de ataque al lactante. Pero si la madre ha estado tomando durante el embarazo y la lactancia los suplementos adecuados, su hijo, como cualquier otro recién nacido sano, no necesita suplementos de B12.

• Yodo y hierro:Se recomienda la suplementación con yodo durante el embarazo y la lactancia. La ingesta recomendada de hierro se reduce a la mitad durante la lactancia, principalmente porque disminuye la pérdida menstrual de hierro. No se recomiendan suplementos de hierro a las madres, a no ser que tengan una anemia ferropénica.

• Bebidas: La leche materna contiene un 85-90% de agua por lo que es necesario aportar gran cantidad de líquidos a la madre para reponerla, bien sea en forma de agua principamente o en zumos e infusiones. No se debe tomar alcohol ya que éste se concentra en la leche pasando al bebé. También deben ser limitadas las bebidas excitantes como el café, té, refrescos con cafeína, etc, evitando el tabaco y determinados fármacos, que siempre consultaremos con el médico previamente.

• Sabores de la leche: Sobre ésto hay controversia, pero en general parece que algunos alimentos le pueden dar un sabor fuerte a la leche: ajo, cebolla, rábanos, espárragos, coles, embutidos fuertes o determinadas especias. De cualquier forma ésto contribuirá a que el niño se vaya acostumbrando a diferentes sabores durante la introducción de alimentos.

En caso de madres adolescentes, vegetarianas o con determinadas enfermedades es necesario pedir consejo profesional

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