Alimentación Saludable y su beneficio en el rendimiento académico

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Alimentación saludable y rendimiento académico-escolar

Integrantes: Flores Alarcón, Tania

                       Garrido Donoso, Francisca

                       Muñoz Baeza, José

                       Paredes Avendaño, Edgard

                       Sanhueza Villalón, Jacob      

Docente: Tortella González, Juan

Asignatura: Introducción a la kinesiología

¿Qué significa tener una alimentación saludable? ¿Cómo se relaciona con el desempeño académico en los niños en etapa escolar?

Se entiende por alimentación saludable, aquella que “aporta todos los nutrientes esenciales y la energía que cada persona necesita para mantenerse sana. Los nutrientes esenciales son: proteínas, carbohidratos, lípidos, vitaminas, minerales y agua”.  (Sania, O., & Isabel, Z. (s.f.). Guía de alimentación saludable y necesidades nutricionales . Obtenido de INTA.)

Los beneficios de una correcta alimentación se ven reflejada en el cerebro, el cual es el principal órgano involucrado en el aprendizaje y las relaciones cognitivas. Esto sucede ya que diferentes alimentos y nutrientes son esenciales para el desarrollo correcto desde temprana edad en los infantes, los cuales potencian diferentes procesos como; desarrollo del lenguaje, memoria, entre otras. Esto se aplica al contexto escolar en nuestro país, donde dependiendo de distintos factores como; situación socio-económica, locación geográfica, factores genéticos, núcleo familiar, por nombrar algunas, se ve mermada una correcta dieta y aporte nutricional. En los colegios, en los cuales los niños asisten con la intención de aprender a desarrollarse en todo ámbito a corto y largo plazo, es muy importante para llevar al máximo esas capacidades, tener una correcta alimentación, que por un lado se vea reflejada en el desempeño académico de estos como así también en la prevención de enfermedades que puedan afectar no tan sólo el mismo rendimiento, si no también otros ámbitos de sus vidas a edad tempranas, como al contraer enfermedades crónicas, donde destaca la obesidad la cuál es la mayor enfermedad asociada a la malnutrición por exceso, que para el escolar afectará de manera académica, social, emocional y física, incluso contrayendo problemas crónicos para su salud en el futuro.

Este informe tiene por objetivo mostrar cómo la alimentación saludable mejora habilidades para la población escolar orientadas al aula y su desempeño académico, indicando los alimentos junto con su contenido, además de nutrientes específicos que potencian habilidades relacionadas al aprendizaje. También se abordarán enfermedades producidas por el exceso o déficit de distintos alimentos que se relación directamente con el bajo rendimiento escolar.

Factores que afectan negativamente el rendimiento académico y cómo mejorarlos.

Obesidad, diabetes, estrés, anemia, entre otros. Estas son las enfermedades que puede desarrollar un niño desde temprana edad y en la actualidad se ha demostrado que muchas de la enfermedad nombrada afectan negativamente en el rendimiento académico. Esto debido a que generan problemas para dormir, además de problemas a los órganos, perjudicando la concentración y salud del estudiante. Una dieta basada en harinas, excesos de azúcar y grasa y escaso contenido de proteínas, como carne, pollo, pescado, huevos, leche y derivados, a la par que incrementa el peso, también afecta notoriamente la capacidad de aprendizaje, la concentración mental, la resistencia física y la productividad.

Según la Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación (SEDCA), realizo un estudio, el cual dio como resultado que la alimentación balanceada es la clave para un buen rendimiento académico. Esto debido a los nutrientes, vitaminas y minerales que entrega, mejor concentración en clases, además, juega un rol fundamental en el desarrollo y mantenimiento de nuestro cerebro, sistema nervioso y producción de neurotransmisores.

Cerebro y alimentación: un vínculo complejo

Si bien se cree que el mayor vínculo de nuestro organismo, con la alimentación, se produce a nivel del aparato digestivo, es importante saber que el cerebro es el mayor influyente en este sentido, no sólo porque desde allí se desencadenan los deseos de comer, sino también, porque sobre éste es donde mayor impacto tiene nuestra dieta.

Es decir, si bien cada órgano del cuerpo resulta afectado por nuestra alimentación, es el cerebro el que en última instancia recibe la información acerca de nuestra dieta y en función de ésta gobierna al resto del cuerpo.

Asimismo, se puede tener gran influencia sobre el cerebro, con respecto a la alimentación, si cuidamos la ingesta de determinados nutrientes que favorecen la memoria o la concentración.

Para que en la dieta no falten alimentos con buenos nutrientes para el cerebro y su funcionamiento, a continuación, se muestran aquellos que se deben incorporar a la alimentación habitual:

• Frutos secos: almendras, nueces u otros, no deben faltar en la dieta habitual si queremos nutrir el cerebro, pues favorecen la circulación sanguínea y la llegada de oxígeno al cerebro.
• Pescados frescos: sobre todo atún, salmón y otros pescados grasos, los cuales   favorecen el funcionamiento del cerebro.
• Cereales integrales: pastas, arroz integral, avena, son fuentes de hidrato de carbono en nuestra dieta, y éstos nutrientes son la principal fuente de energía que se convierte en glucosa y es el alimento predilecto del cerebro. Su escasa presencia en la dieta, puede producir falta de concentración y memoria.
• Frutas y verduras frescas: su gran contenido en vitaminas y minerales, favorecen la irrigación sanguínea al cerebro, reducen la inflamación y el riesgo de ataques cerebrales, así como también, ayudan a mantener una mente sana y joven.

Con estos alimentos en la dieta habitual, se puede alimentar el cerebro y ayudar en la concentración, mientras se come sano, siempre y cuando también vaya ligado a una vida activa y con sus respectivas horas de sueño.

Potenciar el rendimiento académico mediante ciertos nutrientes.

De los muchos nutrientes implicados en las funciones cerebrales conviene destacar, por su relevancia, los ácidos grasos omega-3, el hierro, el fósforo, el zinc, el yodo y la vitamina B12. Según lo investigado dentro de aquellos nutrientes serán los mostrados a continuación los de primera necesidad:

• Omega-3: Los ácidos grasos omega 3 cumplen importantes funciones en el organismo humano y están presentes en todas las células del cuerpo. Pero la mayor cantidad de ácidos grasos omega 3 se encuentra en las células del cerebro.

Los ácidos grasos omega 3 parecen importantes para la capacidad de concentración y asimilación en niños y tienen un efecto positivo en niños en edad escolar sobre las capacidades lingüísticas como leer y escribir. Un estudio realizado con niños sanos en edad escolar, demuestra que, en la escuela, los niños con un aporte óptimo de ácidos grasos omega 3 prestan más atención, son más tranquilos y más considerados con los demás. Es decir, que los niños se benefician de los ácidos grasos omega 3 probablemente con respecto a su actitud de aprendizaje y su conducta. Alimentos ricos en Omega-3 son; pescado, huevo, legumbres, frutos secos entre otros.

• Vitamina B12: La deficiencia de vitamina B12 puede perjudicar al rendimiento intelectual. El Instituto de Medicina de Estados Unidos recomienda tomar suplementos de B12 o ingerir alimentos fortificados con dicha vitamina. Hay estudios que observan que la suplementación con B12 mejora las funciones cognitivas en personas mayores, algo que también puede suceder en jóvenes con deficiencias de la vitamina. También denominada cobalamina, contiene sustancias que son esenciales para el desarrollo intelectual e implicada además en el metabolismo del tejido nervioso. Cuando se produce una carencia de esta vitamina puede conllevar una desaceleración y la aparición de problemas en el crecimiento del niño. Alimentos ricos en esta vitamina son; los mariscos, carnes rojas, huevos y lácteos.

• Yodo: El yodo contribuye a la función cognitiva y a una correcta actividad de las neuronas. Debido a que los trastornos por déficit de yodo (de entre los que se cuentan problemas relacionados con las funciones cerebrales) son bastante frecuentes en nuestro entorno considerando también que el organismo no lo produce de manera autónoma.  La carencia de yodo es la causa principal de lesiones cerebrales y problemas de aprendizaje. Los efectos más nocivos de la carencia de yodo se hacen sentir en el cerebro del feto durante el embarazo. Existen alimentos ricos en Yodo tales como; algas marinas, pescados (atún), productos lácteos, verduras y frutas frescas en general.

• Hierro: El hierro es un nutriente esencial para la estabilidad de la estructura y las funciones del sistema nervioso central; la disminución de hierro en el cerebro afecta los mecanismos metabólicos del organismo, la producción de neurotransmisores y algunas funciones encefálicas, así como las funciones cognitivas (aprendizaje y memoria). En la etapa preescolar y escolar, una alimentación completa y variada suele suplir las necesidades de hierro, pero puede haber distintas circunstancias (periodos de inapetencia o sangrados frecuentes) que hagan peligrar las reservas de este mineral. El hierro es un nutriente esencial, necesario para fabricar hemoglobina, el componente de los glóbulos rojos encargado de transportar oxígeno a todas las células del organismo. La falta de hierro en los niños podría causar disfunciones neurológicas (reversibles con un buen control y corrección) y lo más común es que anemia, una disminución en la cantidad normal de hemoglobina y células rojas en el torrente sanguíneo. Se encuentra importantes fuentes de Hierro en; huevos, pescados, carnes (magras), verduras(espinaca) y legumbres.

Enfermedades que afectan el correcto desempeño escolar

Según lo investigado se encontraron enfermedades por el excesivo consumo en la ingesta calórica de algunos alimentos y por otra parte aquellas afecciones que se manifestaban con un déficit de ciertos nutrientes, entre las que se distinguen:

• Obesidad: El sobrepeso y la obesidad se definen como «una acumulación anormal o excesiva de grasa que supone un riesgo para la salud».

La causa fundamental del sobrepeso y la obesidad infantiles es el desequilibrio entre la ingesta calórica y el gasto calórico. El aumento mundial del sobrepeso y la obesidad infantiles es atribuible a varios factores, tales como:

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