Amatitlan

Los esfuerzos por salvar el lago de Amatitlán se han visto diezmados por los efectos de fenómenos naturales como la tormenta Agatha y la erupción del volcán Pacaya, que contribuyeron al aumento de la carga de desechos que ingresa al cuerpo de agua y tripilicaron su nivel de contaminación en los últimos meses.

Según el subdirector de la Autoridad para el Manejo Sustentable de la Cuenca y el Lago de Amatitlán (Amsa) Ramiro González, las correntadas que desembocaron en el río Villalobos arrastraron gran cantidad de sedimentos que a su vez se trasladaron al lago con fuertes cantidades de basura.

Como González señala, cada año alrededor de 500,000 metros cúbicos de desechos sólidos y flotantes se suman a los desechos existentes y ello representa una crecida de la contaminación en la cuenca.

Además indicó que se ejecutan varias estrategias para recuperar la cuenca y reducir los efectos contaminantes, entre las que mencionó proyectos forestales, el manejo de desechos sólidos y la implementación del reglamento de aguas residuales.

De acuerdo con el funcionario, uno de los sectores más contaminantes es el sector industrial, por lo que trabajan en una propuesta para que los responsables sean sancionados. Aunque aún no se ha determinado específicamente qué tipo de penalidades serán utilizadas, estas podrían ir desde multas económicas hasta el cierre de operaciones.

Paliativos

José Cruz, representante de la organización Madre Selva, señala que el trabajo realizado por Amsa es solamente un paliativo y no llega al fondo del problema. Al mismo tiempo considera que, mientras la Municipalidad de Guatemala y el Ministerio de Ambiente no apliquen regulaciones para el vertido de desechos en los drenajes, el lago seguirá manteniendo un alto nivel de contaminación.

“Hay una total impunidad ambiental. Se debe desarrollar y aplicar una legislación bajo el principio de que quien contamine pague, porque simplemente vierten los desechos en los lagos y ríos como que fueran tiraderos”, expresó.

Llamado a la conciencia

Aunque uno de los principales contaminantes es el sector industria, la población también contribuye a que el problema se agrave al tirar basura en lugares no adecuados. En ese sentido, y con el propósito de concienciar y fomentar la educación ambiental en torno a la contaminación, ayer se anunció la tercera realización de la campaña Démosle un abrazo al lago de Amatitlán, la que plantea la educación ambiental por medio de un festival con actividades deportivas, presentaciones de artistas y juegos pirotécnicos.

El río Villalobos que alimenta el lago, es uno de los principales desagües de aguas servidas domésticas, industriales y agroindustriales del área metropolitana de la Ciudad de Guatemala. Cada año un volumen importante de aguas negras y 500,000 metros cúbicos de sedimentos entran en el lago.4 5 Esta situación ha resultado en altos niveles de contaminación y una acelerada eutrofización y sedimentación, afectando las funciones del lago como fuente de agua potable, para la pesca y el riego, y ha reducido sus funciones recreativas.

“El Lago de Amatitlán se puede salvar”

Para muchas personas, el Lago de Amatitlán es un caso perdido, pero otras, como José Rodrigo Valladares Guillén, director de la Autoridad para el Manejo Sustentable de la Cuenca y el Lago de Amatitlán (Amsa), creen que es un cuerpo de agua rescatable y que en el futuro puede ser la fuente de abastecimiento principal para el área metropolitana.

Valladares Guillén, quien asumió la dirección de Amsa en noviembre del año último, expone sus impresiones sobre ese cuerpo lacustre y el trabajo que se hace para conservarlo.

¿Cuál es la condición del Lago de Amatitlán?

Es un lago eutrófico (con poca vida acuática) que tiene concentración de clorofila en 25.5 microgramos por litro, concentración de fósforo en 540 microgramos por litro y una transparencia de 1.03 metros.

Las condiciones ideales

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