Aromaterapia.
carlosTesis7 de Junio de 2015
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Aromaterapia. Conceptualizaciones.
La palabra aromaterapia significa “terapia que usa aromas”. Estos aromas provienen del reino vegetal (flores, árboles, hierbas y arbustos). Se procesa la parte pertinente del ser vegetal mediante la destilación, en la cual se capta la sustancia odorífera volátil: esto es lo que se llama ACEITE ESENCIAL.
La AROMATERAPIA constituye una disciplina terapéutica verdaderamente holística que ha dado muchos frutos a través de su desarrollo. Si bien milenaria, fué redescubierta en este siglo, y es en la actualidad uno de los pilares de la medicina y la cosmética no convencional.
Los aceites esenciales: son “el alma de la planta”, y constituyen el medio por el cual se transmiten sus propiedades naturales; ellas tienen un alcance fundamental para el tratamiento de las disfonías neuro-vegetativas y los desequilibrios psicofísicos, pues actúan directamente en el plano emocional y fisiológico del ser humano. Su facilidad de absorción en la piel permite que los componentes activos penetren directamente en el organismo, equilibrando y armonizando todo el sistema, a través de los meridianos energéticos, la circulación sanguínea y linfática, las células, los tejidos, los órganos, los aparatos y los sistemas.
Cuando la gente oye hablar por primera vez sobre la AROMATERAPIA, piensa en fragancias, perfumes y un mundo seductor de imaginación, magia, fantasía...; pero sencillamente, la AROMATERAPIA consiste en el empleo de los ACEITES ESENCIALES para curar y preservar.
Los ACEITES ESENCIALES son sustancias aceitosas volátiles; son extractos vegetales altamente concentrados, que contienen hormonas, vitaminas, antibióticos y antisépticos. Constituyen la forma más concentrada de energía herbaria. Muchas plantas producen ACEITES ESENCIALES, los que también son responsables de la fragancia de las mismas.
Poseen cientos de componentes químicos orgánicos, la mayor parte de ellos en cantidades muy pequeñas, y sabemos que ciertos de sus elementos mínimos son fundamentales para la vida. De igual manera, el poder de los productos vivos radica en la combinación de sus elementos, y sus componentes mínimos son, por lo menos, tan importantes como sus componentes principales. Ninguna reconstrucción sintética es capaz de constituir una réplica total de un producto natural, debido a ello es importantísimo emplear ACEITES ESENCIALES genuinos, puros y naturales: sólo ellos desempeñan un papel clave en la bioquímica de las plantas, llevan información entre las células y se relacionan con la respuesta hormonal de las plantas en situaciones de agresión.
Son los agentes de la adaptación de las planta a su entorno y no es sorprendente, por lo tanto, que contengan hormonas (la Salvia, planta que regula y promueve la menstruación, contiene estrógenos, al igual que la Melisa, el Lúpulo y el Orozuz; el Ginseng contiene sustancias similares a la estrona; el Romero incrementa la secreción de la bilis y facilita su excreción; etc.).
Por esta razón, controlan la multiplicación y renovación de las células, teniendo efectos citofilácticos y curativos en todo el cuerpo humano.
La aromaterapia es una rama de la medicina alternativa que utiliza los aceites esenciales de ciertas plantas como método terapéutico para promover la salud en procesos físicos y anímicos.
Estos aceites esenciales provienen del mundo vegetal. Son substancias volátiles del metabolismo de las plantas que guardan el aroma y que son segregadas por determinadas células. Su composición química es muy variada y compleja, con un alto valor terapéutico.
Son esencias altamente concentradas, caracterizadas por su ligereza y fina textura, extraídas de flores, hojas, tallos, cortezas, raíces, frutas, resinas y musgos de árboles, hierbas y plantas. La cantidad de aceites esenciales contenidos en cada uno de estos recursos es muy pequeña, se necesitan muchas plantas para obtener estos aceites.
Los efectos terapéuticos de los componentes orgánicos se logran mediante la inhalación o aplicación directa de estos aceites esenciales.
HISTORIA
Aunque el término aromaterapia es relativamente moderno, a través de la historia encontramos que todas las culturas han utilizado los aromas.
Tratados en medicina con mas de 5000 años de existencia, nos relatan el uso de las esencias en el lejano oriente. En uno de los antiguos manuales de medicina, escrito en el año 2000 a.C., el emperador chino Kiwang-ti describía las propiedades curativas del ruibarbo y la granada.
Los egipcios utilizaron los aceites esenciales para efectos curativos, cosméticos y en la preparación de los cuerpos inertes para su preservación en el viaje a la eternidad. Los jeroglíficos dan cuenta de que los sacerdotes egipcios, médicos de la época, prescribían mirra como anti-inflamatorio.
Griegos y Romanos fueron desarrollando los conocimientos y se sabe que ambas culturas daban gran importancia a los placeres de la vida en los cuales se incluía el uso de las esencias aromáticas. El griego Teofrasto escribió un tratado relativo a los olores, en el cual analizaba los efectos de los distintos aromas en el pensamiento, el sentimiento y la salud.
También el sabio Hipocrates, padre de la medicina moderna, escribe en sus tratados los poderes de sanción de las esencias de plantas aromáticas.
Fueron los Árabes, en el siglo XI, quienes rescatan los conocimientos grecolatinos. Abu Ibn Sina conocido en occidente como Avicena, perfecciona el arte de la destilación de los aceites esenciales de las plantas.
En época medieval Hildegard Von Bingen, escribió su tratado sobre herbolaria dando especial importancia a las hierbas aromáticas como la lavanda.
Durante los siglos XVI y XVII mas de 100 aceites esenciales fueron utilizados en la investigación de formulas de medicina tradicional.
A principios de este siglo, el químico francés Rene M. Gottefosse, conocido como el padre de la aromaterapia, constata las poderosas propiedades antisépticas y curativas de los aceites esenciales, y demuestra que la estructura molecular de estos aceites permite que la piel absorba sus sustancias grasas. En su trabajo publicado en 1928, sostiene que con la inhalación de ciertos aromas era posible aliviar estados de ansiedad y depresión.
En los años 50 del pasado siglo, Jean Valnet médico y presidente de la Societe Francaise de Phytoteraphie, contribuye con sus investigaciones a la aceptación médica. Escribe en su libro Aromatheraphie, testimonios de casos curados por medio de la aromaterapia. También Marguerite Maury, considerada pionera de la aromaterapia olisca, desarrolló un masaje especial aplicando aceites esenciales en las terminales nerviosas.
En la actualidad las investigaciones científicas han comprobado los efectos terapéuticos de los aceites esenciales y su uso se ha convertido en una opción alternativa de salud.
CARACTERÍSTICAS, USOS Y APLICACIONES
Los aceites esenciales son ligeros y volátiles, y entre sus compuestos figuran sustancias químicas orgánicas (ácidos, ésteres, alcoholes, aldehídos, acetonas, terpenos y fenoles).
Los aceites esenciales puros son aquellos que se obtienen por medio de la destilación al vapor. Este método consiste en pasar un vapor a través de la planta. Este vapor, a su paso, recoge diversos componentes de la planta. El vapor es luego recolectado y mezclado con alcohol, aceite de soya, almendra u de otro tipo que le sirve de base. Otro método muy usado es el de prensado en frío.
En todo aceite esencial, cada compuesto tiene sus propias propiedades terapéuticas. Suelen tener gran capacidad antiséptica y penetran rápidamente en las capas de la piel siendo absorbidos por la sangre, por lo que su acción es rápida.
Las moléculas presentes en los aceites esenciales pueden establecer una relación con nuestras propias hormonas, viajando a través de los sistemas y aparatos del cuerpo, revitalizando y regulando nuestras respuestas emocionales y físicas.
Se presentan en un frasco de vidrio oscuro para protegerlos de la luz. Siempre deben disolverse en un aceite base y nunca hay que aplicarlos por vía interna. Sus efectos terapéuticos permanecerán inalterables durante al menos dos años, siempre que se conserven en los recipientes adecuados
Existen dos formas de utilización de los aceites esenciales:
Inhalación a través de la aspiración directa de los aromas.
La utilización de ambientadores de aceites esenciales permite su uso diario, ya que no entran en contacto directo con la piel, aunque es recomendable aumentar la ingestión de agua.
Uso tópico a través de masajes, baños, compresas, etc.
No hace falta usarlos diariamente, a menos que sea para tratar zonas específicas. Tan pronto los síntomas mejoren se reducirá su frecuencia de uso. Es aconsejable realizar recesos de 48 horas cada 8-10 días.
Los baños de aromaterapia pueden tomarse dos o tres veces por semana hasta que mejore la afección y luego una o dos veces por semana para mantenimiento.
Las esencias de las plantas aromáticas tienen una composición química parecida a la de las hormonas, por lo que tienen la capacidad de activar la producción de hormonas en nuestro cuerpo y activar el metabolismo. También pueden llegar a modificar nuestros sentimientos y nuestra vida afectiva, pues actúan a través del sistema nervioso. Cuando olemos el aroma que despide un aceite esencial; ya sea por inhalación directa, vaporización, baños aromáticos, masaje terapéutico o aplicación de compresas, se genera un movimiento vibratorio
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