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Avances En El Tratamiento De Cancer


Enviado por   •  10 de Noviembre de 2014  •  1.556 Palabras (7 Páginas)  •  182 Visitas

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UACJ-ICB

VICTOR EMMANUEL GONZALEZ ANDRADE

MATRICULA.- 135071

ODONTOLOGIA

Avances en el tratamiento del cáncer escamoso de cabeza y cuello

An. Med. Interna (Madrid) v.25 n.4 Madrid abr. 2008

http://dx.doi.org/10.4321/S0212-71992008000400001

J. A. García Sáenz, C. Bueno Muiño1

Servicio de Oncología Médica. Hospital Clínico San Carlos. Madrid. 1Hospital Infanta Cristina. Parla. Madrid

El Cáncer Escamoso de Cabeza y Cuello (CECyC) engloba un grupo, más o menos homogéneo, de tumores que representan un reto oncológico, tanto por su incidencia y mortalidad, como por la morbilidad funcional y estética que ocasionan. En los últimos años ha habido notables avances en el manejo inicial de estos enfermos, gracias a la cooperación multidisciplinaria en los tratamientos. Cuando se diagnostica de forma precoz (estadio I o II), el CECyC puede curarse con cirugía y/o radioterapia. Desafortunadamente hasta el 75% de los pacientes con CECyC se diagnostican con enfermedad localmente avanzada. En estos estadios más avanzados, se han integrado estrategias más recientes al tratamiento local, tales como la quimioterapia de inducción y/o quimiorradioterapia; sin embargo, la tasa de supervivencia a 5 años continúa siendo de alrededor del 30%, y el 60% de los pacientes experimentarán una recaída locorregional o a distancia en los 2 años siguientes al tratamiento inicial.

Además hay situaciones muy desfavorables, como son los pacientes con CECyC recidivado o metastásico. El tratamiento estándar de CECyC recidivado o metastásico es la quimioterapia con platino, generalmente con dobletes, que obtienen respecto a la monoterapia una mayor tasa de respuesta, alrededor de 30%, pero no de supervivencia 6 a 8 meses. Tras el fracaso de este tratamiento nos encontraríamos en una situación todavía más desalentadora. En consecuencia, se esperan con urgencia nuevos tratamientos que sean más eficaces y que puedan proporcionar un mejor perfil de seguridad en CECyC. Esta es la razón del desarrollo de nuevos fármacos o combinaciones de fármacosen la enfermedad avanzada refractaria. Los mayores esfuerzos en este contexto están encaminados a la búsqueda de fármacos dirigidos al receptor del factor de crecimiento epidérmico (EGF-R).

EGF-R es una proteína de membrana celular que posee un dominio extracelular, para unirse al ligando, una región transmembrana y un dominio intracelular que integra el dominio tirosín-quinasa y varias zonas de fosforilación. Cuando el ligando se une al EGF-R, se activa el dominio intracelular del EGFR y se disparan señales tirosín-quinasa intracelulares muy potentes que inducen el crecimiento de células tumorales, invasión, angiogénesis y metástasis. Se ha visto que la mayoría de los CECyC presenta sobrexpresión de EGF-R y ésta se correlaciona con un pronóstico más desfavorable.

Con el fin de inhibir la proliferación de células que expresan EGFR, se han sintetizado antagonistas del EGFR que bloquean en el receptor el lugar de unión al ligando. Las dos estrategias de diana molecular más desarrolladas en estos tumores son los inhibidores de tirosín-quinosa, que actúan en la porción intracelular del receptor y los anticuerpos monoclonales dirigidos directamente a la porción extracelular del receptor, como por ejemplo cetuximab. Cetuximab es un anticuerpo monoclonal quimérico que se une al dominio extracelular del EGF-R y ha sido recientemente aprobado para el tratamiento combinado con radioterapia radical en CECyC irresecables y en radioterapia adyuvante en tumores resecables; actualmente se intentan mejorar los resultados en combinación también con quimioterapia, dado a la ausencia de superposición de toxicidades con la esta última.

No obstante, aunque el número de pacientes que se benefician de una estabilización de la enfermedad por un periodo de al menos 16 semanas es algo mayor, la tasa de respuesta objetiva a cetuximab como segunda línea de tratamiento antitumoral para el manejo de estos pacientes es decepcionante. Es cierto que, de forma global, tras el fracaso de una primera línea basada en platinos, los pacientes con carcinoma escamoso de cabeza y cuello tienen un pronóstico sombrío; sin embargo no parece que el tratamiento con cetuximab en monoterapia ofrezca resultados alentadores en este contexto.

Para poder mejorar la supervivencia y la calidad de vida de esta población deberemos realizar avances en otras direcciones. Una posibilidad es identificar antes del inicio de los tratamientos, qué pacientes son los que van a responder a una determinada terapia; por ejemplo reconocer un marcador biológico que prediga la respuesta a un determinado tratamiento de diana molecular.

Otra posibilidad es la combinación de tratamientos citotóxicos con terapias de diana molecular en escenarios más iniciales de la enfermedad, como por ejemplo, terapias complementarias a la cirugía, tratamientos de inducción antes del tratamiento local, tratamientos concomitantes con radioterapia local definitiva o bien en la primera línea de la enfermedad recidivada o metastásica. Los progresos que estamos experimentando en estas situaciones

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