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Bases Teoricas Juegos Tradicionales


Enviado por   •  3 de Febrero de 2014  •  3.508 Palabras (15 Páginas)  •  1.605 Visitas

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BASES TEÓRICAS

El juego es una actividad presente en todos los seres humanos. Su universalidad es el mejor indicativo de la función primordial que debe cumplir a lo largo del ciclo vital de cada individuo. Habitualmente se le asocia con la infancia, pero lo cierto es que se manifiesta a lo largo de toda la vida del hombre, incluso hasta en la ancianidad.

Popularmente se le identifica con diversión, satisfacción y ocio, con la actividad contraria a la actividad laboral, que normalmente es evaluada positivamente por quien la realiza. Pero su trascendencia es mucho mayor, ya que a través del juego las culturas transmiten valores, normas de conducta, resuelven conflictos, educan a sus miembros jóvenes y desarrollan múltiples facetas de su personalidad.

Además el desarrollo infantil está directa y plenamente vinculado con el juego, debido a que además de ser una actividad natural y espontánea a la que el niño le dedica todo el tiempo posible, a través de él, el niño desarrolla su personalidad y habilidades sociales, sus capacidades intelectuales y psicomotoras y, en general, le proporciona las experiencias que le enseñan a vivir en sociedad, a conocer sus posibilidades y limitaciones, a crecer y madurar. Cualquier capacidad del niño se desarrolla más eficazmente en el juego que fuera de él.

Al respecto, León, M. y Bárcena, I (2004), Infieren: “El juego rescata la fantasía y el espíritu infantil tan frecuentes en la niñez. Por eso muchos de estos juegos proponen un regreso al pasado que permite aflorar nuevamente la curiosidad, la fascinación, el asombro, la espontaneidad y la autenticidad.”

El juego constituye la ocupación principal del alumno, así como un papel muy importante, pues a través de éste puede estimularse y adquirir mayor desarrollo en sus diferentes áreas como son psicomotriz, cognitiva y afectivo-social. Además el juego en los niños y niñas tiene propósitos educativos y también contribuye “en el incremento de sus capacidades creadoras, por lo que es considerado un medio eficaz para el entendimiento de la realidad” (Ardila, 2000, p. 21).

En ese sentido, el juego se asume como una actividad de recreación a través del cual el ser humano, y más concretamente el niño, desarrollo su capacidad para la creatividad, así como para el entendimiento y comprensión del mundo que le rodea, de tal forma que en el marco de los procesos pedagógicos debe constituirse en una estrategia clave para fomentar la consolidación de un aprendizaje de carácter realmente constructivo y creativo.

Los juegos tradicionales

Son aquellos juegos típicos de una región o país. Mediante los mismos, el niño y la niña es socializado e instruido acerca de las raíces de sus pueblos, de una manera amena y recreada, siendo esto de mucha importancia para seguir preservando la cultura de un país, en suma, constituyen un tesoro nacional de juegos practicados de generación en generación.

En lo que corresponde a los juegos tradicionales Sánchez (2001) señala lo siguiente:

Son en esencia actividad lúdica surgida de la vivencia tradicional y condicionada por la situación social, económica, cultural, histórica y geográfica; hacen parte de una realidad especifica y concreta, correspondiente a un momento histórico determinado; en esto tendríamos que decir que cada cultura posee un sistema lúdico, compuesto por el conjunto de juegos, juguetes y tradiciones lúdicas que surgen de la realidad de esa cultura (p. 19)

Los juegos tradicionales hacen referencia entonces, al conjunto de actividades recreativas, representadas en tareas, labores, danzas, cantos, reglas, normas que remiten a un grupo cultural determinado. Se suele utilizar el término en el lenguaje corriente para designar algo exótico, pintoresco o extravagante, pero en sentido general la palabra juegos tradicionales designa la cultura de las clases populares.

En relación a la consolidación y caracterización del Juego Tradicional Urdaneta (2002) señala lo siguiente:

En los primeros años de vida, los individuos aprenden y se preparan para su etapa adulta y el juego supone una representación del mundo de los adultos en la vida real. Así, el rito de movimientos y comportamientos motores se apoya en un ritual de lenguaje, formando una unidad indivisible la palabra con la acción motriz. La puesta en escena del juego tradicional no se consume como un simple juego de animación (p. 91).

En relación a lo mencionado, los juegos tradicionales constituyen la forma a través de la cual el pre adolecente se asimila, a través de las representaciones, a los valores y tradiciones que se encuentran presentes en la vida adulta. De esta forma se desarrollan los primeros pasos para la consolidación y formación de la personalidad, por lo que su importancia en el contexto de la educación formal actual tiene una trascendencia e importancia indiscutible.

Los juegos tradicionales estimulan la imaginación, facilitan la comunicación y fortalecen el cuerpo. Su utilización en el proceso de desarrollo integral del pre adolecente, tanto en la edad preescolar como en la etapa escolar, es fundamental para superar la situación de sedentarismo y escasa actividad física en la cual se encuentra el niño y niña en la actualidad.

En ese sentido, desde el punto de vista físico el juego tradicional constituye una actividad que conjuntamente con prevenir la obesidad y la debilidad corporal, favorece el desarrollo de la imaginación y ello viene dado por que esta modalidad de juegos son completos desde cualquier punto de vista, por lo que aportan múltiples beneficios al pre adolecente.

Los juegos tradicionales son buenos y aconsejables para su práctica conjunta de niños y niñas, partiendo de la premisa de que los mismos, por una parte le permiten a los niños interactuar de manera creativa y libre y, por el otro, favorecen el desarrollo de la disciplina y la formación de normas de comportamiento grupal sin la intervención del adulto contribuyendo al desarrollo de la autonomía y la capacidad para la toma de decisiones, ya que son los niños quienes deben adoptar las reglas del juego a medida que éste se vaya desarrollando, ubicándose el docente en el rol de un facilitador-mediador que aporta informaciones y orienta a los alumnos en lo que pueden o no pueden hacer.

La autorregulación durante la práctica del juego es vital para lograr un aprendizaje que surja de la propia capacidad que desarrolle el alumno para relacionarse con su ambiente y para interactuar en el ambiente de aprendizaje. En ese sentido, cuanto menor sea la intervención de los adultos, mejor, ya que en caso contrario, siempre esperarán que haya una

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