Bases Teoricas Juegos Tradicionales
Alicia1213 de Febrero de 2014
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BASES TEÓRICAS
El juego es una actividad presente en todos los seres humanos. Su universalidad es el mejor indicativo de la función primordial que debe cumplir a lo largo del ciclo vital de cada individuo. Habitualmente se le asocia con la infancia, pero lo cierto es que se manifiesta a lo largo de toda la vida del hombre, incluso hasta en la ancianidad.
Popularmente se le identifica con diversión, satisfacción y ocio, con la actividad contraria a la actividad laboral, que normalmente es evaluada positivamente por quien la realiza. Pero su trascendencia es mucho mayor, ya que a través del juego las culturas transmiten valores, normas de conducta, resuelven conflictos, educan a sus miembros jóvenes y desarrollan múltiples facetas de su personalidad.
Además el desarrollo infantil está directa y plenamente vinculado con el juego, debido a que además de ser una actividad natural y espontánea a la que el niño le dedica todo el tiempo posible, a través de él, el niño desarrolla su personalidad y habilidades sociales, sus capacidades intelectuales y psicomotoras y, en general, le proporciona las experiencias que le enseñan a vivir en sociedad, a conocer sus posibilidades y limitaciones, a crecer y madurar. Cualquier capacidad del niño se desarrolla más eficazmente en el juego que fuera de él.
Al respecto, León, M. y Bárcena, I (2004), Infieren: “El juego rescata la fantasía y el espíritu infantil tan frecuentes en la niñez. Por eso muchos de estos juegos proponen un regreso al pasado que permite aflorar nuevamente la curiosidad, la fascinación, el asombro, la espontaneidad y la autenticidad.”
El juego constituye la ocupación principal del alumno, así como un papel muy importante, pues a través de éste puede estimularse y adquirir mayor desarrollo en sus diferentes áreas como son psicomotriz, cognitiva y afectivo-social. Además el juego en los niños y niñas tiene propósitos educativos y también contribuye “en el incremento de sus capacidades creadoras, por lo que es considerado un medio eficaz para el entendimiento de la realidad” (Ardila, 2000, p. 21).
En ese sentido, el juego se asume como una actividad de recreación a través del cual el ser humano, y más concretamente el niño, desarrollo su capacidad para la creatividad, así como para el entendimiento y comprensión del mundo que le rodea, de tal forma que en el marco de los procesos pedagógicos debe constituirse en una estrategia clave para fomentar la consolidación de un aprendizaje de carácter realmente constructivo y creativo.
Los juegos tradicionales
Son aquellos juegos típicos de una región o país. Mediante los mismos, el niño y la niña es socializado e instruido acerca de las raíces de sus pueblos, de una manera amena y recreada, siendo esto de mucha importancia para seguir preservando la cultura de un país, en suma, constituyen un tesoro nacional de juegos practicados de generación en generación.
En lo que corresponde a los juegos tradicionales Sánchez (2001) señala lo siguiente:
Son en esencia actividad lúdica surgida de la vivencia tradicional y condicionada por la situación social, económica, cultural, histórica y geográfica; hacen parte de una realidad especifica y concreta, correspondiente a un momento histórico determinado; en esto tendríamos que decir que cada cultura posee un sistema lúdico, compuesto por el conjunto de juegos, juguetes y tradiciones lúdicas que surgen de la realidad de esa cultura (p. 19)
Los juegos tradicionales hacen referencia entonces, al conjunto de actividades recreativas, representadas en tareas, labores, danzas, cantos, reglas, normas que remiten a un grupo cultural determinado. Se suele utilizar el término en el lenguaje corriente para designar algo exótico, pintoresco o extravagante, pero en sentido general la palabra juegos tradicionales designa la cultura de las clases populares.
En relación a la consolidación y caracterización del Juego Tradicional Urdaneta (2002) señala lo siguiente:
En los primeros años de vida, los individuos aprenden y se preparan para su etapa adulta y el juego supone una representación del mundo de los adultos en la vida real. Así, el rito de movimientos y comportamientos motores se apoya en un ritual de lenguaje, formando una unidad indivisible la palabra con la acción motriz. La puesta en escena del juego tradicional no se consume como un simple juego de animación (p. 91).
En relación a lo mencionado, los juegos tradicionales constituyen la forma a través de la cual el pre adolecente se asimila, a través de las representaciones, a los valores y tradiciones que se encuentran presentes en la vida adulta. De esta forma se desarrollan los primeros pasos para la consolidación y formación de la personalidad, por lo que su importancia en el contexto de la educación formal actual tiene una trascendencia e importancia indiscutible.
Los juegos tradicionales estimulan la imaginación, facilitan la comunicación y fortalecen el cuerpo. Su utilización en el proceso de desarrollo integral del pre adolecente, tanto en la edad preescolar como en la etapa escolar, es fundamental para superar la situación de sedentarismo y escasa actividad física en la cual se encuentra el niño y niña en la actualidad.
En ese sentido, desde el punto de vista físico el juego tradicional constituye una actividad que conjuntamente con prevenir la obesidad y la debilidad corporal, favorece el desarrollo de la imaginación y ello viene dado por que esta modalidad de juegos son completos desde cualquier punto de vista, por lo que aportan múltiples beneficios al pre adolecente.
Los juegos tradicionales son buenos y aconsejables para su práctica conjunta de niños y niñas, partiendo de la premisa de que los mismos, por una parte le permiten a los niños interactuar de manera creativa y libre y, por el otro, favorecen el desarrollo de la disciplina y la formación de normas de comportamiento grupal sin la intervención del adulto contribuyendo al desarrollo de la autonomía y la capacidad para la toma de decisiones, ya que son los niños quienes deben adoptar las reglas del juego a medida que éste se vaya desarrollando, ubicándose el docente en el rol de un facilitador-mediador que aporta informaciones y orienta a los alumnos en lo que pueden o no pueden hacer.
La autorregulación durante la práctica del juego es vital para lograr un aprendizaje que surja de la propia capacidad que desarrolle el alumno para relacionarse con su ambiente y para interactuar en el ambiente de aprendizaje. En ese sentido, cuanto menor sea la intervención de los adultos, mejor, ya que en caso contrario, siempre esperarán que haya una persona externa que interprete las reglas. Sólo se recomienda intervenir cuando la situación sea conflictiva.
Valores educativos de los juegos tradicionales
El juego en el niño satisface las necesidades básicas de ejercicio, le permite expresar y realizar sus deseos y prepara su imaginación para el desarrollo de su actitud moral y maduración de ideas, pues es un medio para expresar y descargar sentimientos, positivos o negativos, que ayuda a su equilibrio emocional.
Mediante el juego se estima el desarrollo de las potencialidades, la independencia funcional y el equilibrio emocional; por ello, el juego posee valores capaces de generar consecuencias positivas en el individuo, las cuales se pueden clasificar en:
•Valor físico: Por medio del juego se descarga energía física, aumenta la flexibilidad y agilidad, como en los juegos de caza, ladrón y policía, entre otros. Se aumenta la resistencia aeróbica y anaeróbica en juegos de carreras, saltos y lanzamientos, además, fisiológicamente se desarrollan y fortalecen músculos y extremidades.
•Valor social: Al ofrecer experiencias de relaciones sociales se ayuda a describir el derecho ajeno, a conducirse dentro del grupo social y aprender compañerismo, disciplina, cooperación, liderazgo y comunicación.
•Valor intelectual: Permite su interpretación mediante la fantasía, creatividad e imaginación.
•Valor psicológico: Cuando influye en la organización de una personalidad equilibrada, a través de la actividad del juego, el niño o la niña tiene la oportunidad de construir su propio Yo, de experimentar sin trabas sus gustos y aficiones sin la rigidez del mundo adulto.
Juegos tradicionales con objeto
La perinola: Este juguete está formado por dos partes, una superior o cabeza y un inferior o base en la que debe encajar la primera. Ambas partes están unidas por un cordel. Inicialmente la perinola era construida artesanalmente con latas vacías y palos o tallando las partes en madera, actualmente se fabrican con plástico.
El yo-yo: Consta de dos partes circulares unidas en el medio por una pequeña cuña cilíndrica que las mantiene separadas a una corta distancia. En la cuña se enrolla un cordel que permite a la persona hacerlo subir y bajar. Tradicionalmente se fabricaba en madera, hoy día se elabora comercialmente con plástico. Es un entretenimiento de niños y adultos. Los modelos de yo-yo van desde los materiales y formatos más tradicionales hasta algunos con luces y sonidos.
El gurrufío: Este juguete consta de una lámina circular de madera, lata o plástico, en la cual se realizan dos agujeros a través de los cuales se pasa un cordel o guaral. El cordel se hace girar y luego se estira haciendo que se enrolle y desenrolle para que el disco de vueltas. El gurrufío es, en Venezuela, un juguete normalmente compuesto por dos chapas de botella aplanadas y ensartadas en dos orificios por una cuerda atada a sí misma. Se toma con ambas manos, cada una sosteniendo una parte de la
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