CAZADORES DE MICROBIOS

Capítulo I

Antonio Van Leeuwenhoek.

Nació en 1632 en Delft, Holanda.

Desacuerdo con la antología en cuestión, Antonio Van Leeuwenhoek, es considerado como el primer cazador de microbios que se tiene registrado en la historia.

Este humilde pero ilustre personaje, fue el primer hombre que se asomó por primera vez a un mundo nuevo y misterioso, totalmente poblado por millares y millares de diferentes especies de seres diminutos tanto animales y plantas que se observan por primera vez en la historia de la humanidad que se haya descubierto en cualquier otra parte de la tierra.

Considero que es necesario hacer mención que durante el estudio y registro de estos seres tan diminutos, no vacilaron en jugarse la vida, sus grandes hazañas están llenos de intentos fallidos, de errores y falsas esperanzas, algunos de ellos fueron víctimas de los mortíferos microorganismos que con gran dedicación estudiaban.

En la actualidad se cuenta con muchas herramientas que ayudan a diagnosticar algún tipo de padecimiento de la salud humana o animal, ya que se cuenta con laboratorios altamente equipados y especializados para realizar diferentes estudios, pero si nos remontamos a esa época que le toco vivir este ilustre hombre, nos daríamos cuenta que solamente se creía, que el enfermo estaba poseído por algún espíritu del mal o era castigado por el ser divino, a lo que a esta explicación no tenía el derecho de réplica.

Leeuwenhoek, se casó en dos ocasiones, posteriormente fue nombrado conserje del Ayuntamiento de Delft, fue cuando se le vino la brillante idea de empezar a tallar lentes, ya que en alguna ocasión escucho que fabricando lentes de un trozo de cristal transparente, se podían ver con ellas las cosas de mucho mayor tamaño que lo aparecen a simple vista.

Posteriormente, visitando las tiendas de ópticas aprendió a los rudimentos necesarios para empezar a tallar sus propios lentes, frecuentó el trato con los alquimistas y boticarios de los que observó sus métodos secretos para obtener mátales de los minerales de esta manera empezó a iniciarse el arte de los orfebros.

Era un hombre demasiado quisquilloso, no le bastaba con que sus lentes igualaran las mejores trabajadas en su natal Holanda, sino que tenía que superarlas, posteriormente monto sus lentes en marcos oblongados de oro, plata o cobre que el mismo había extraído de los minerales y fue de esta manera que se inventó el primer microscopio en el mundo.

Todos los vecinos de Leeuwenhoek, lo tachaban de loco, chiflado, etc, pero aun así y a pesar de sus manos llenos de ampollas persistió en su trabajo, olvidando a su familia, a sus amigos y sin importar el comentario de sus vecinos. Trabajaba hasta altas horas de la noche en apego a su delicada pero apasionante tarea.

Sin tomar la importancia de los comentarios de los ciudadanos holandeses, se dedicó a examinar con sus lentes cuanto objeto o ser vivo caía en sus manos, analizó las fibras musculares de una ballena y las escamas de su propia piel, posteriormente consiguió ojos de buey y se quedó maravillado de la estructura del cristalino, pasó horas enteras observando la lana de las ovejas, pelos de castores y liebres cuyos finos filamentos se transformaban, bajo su pedacito de cristal que había tallado, en gruesos troncos. Posteriormente de manera cuidadosa, diseco la cabeza de una mosca, ensartando la masa encefálica en la finísima aguja de su microscopio, más tarde examino cortes transversales de madera, de

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