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CONOCER EL AMBIENTE

Elsitta20115 de Septiembre de 2012

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1. INTRODUCCIÓN

Desde hace ya una década, en nuestro país, algunos diseños curriculares para el nivel inicial comenzaron a seleccionar y organizar los contenidos en diferentes áreas disciplinares. A partir de ese momento, se empezó a hablar de las ciencias sociales y naturales en el jardín. La reforma educativa extendió esta propuesta a todo el país, a partir de la aprobación de

los Contenidos Básicos Comunes. .

Estos lineamientos, a la vez que dieron paso a nuevas propuestas en el nivel, plantearon también nuevos y serios problemas. Por un lado, los planes de estudio de los profesorados no siempre incluyen la formación sobre estas temáticas. Por otra parte, las instancias formativas posteriores, por lo general, están sesgadas por la actualización disciplinar, descuidando aspectos centrales tales como las características específicas que adquiere el trabajo en estas áreas en el jardín. En este cuadro de situación los maestros se enfrentan, en el quehacer cotidiano, con el desafío de llevar una propuesta didáctica a la sala.

RECORRIDOS DIDÁCTICOS EN LA EDUCACIÓN INICIAL

Nuestra intención consiste entonces en abrir un espacio para reflexionar sobre algunas preguntas que parecen estar ausentes en el debate, a la vez que brindar elementos que ayuden a resolver la tarea cotidiana en las salas. Con este firme propósito intentamos dar respuesta a los siguientes interrogantes: ¿qué significa trabajar las ciencias sociales y las ciencias naturales en el nivel inicial?, ¿cuál es el propósito de abordar las ciencias sociales y naturales con niños pequeños?, ¿cómo trabajar las ciencias en el jardín?, ¿qué aspectos referidos a su enseñanza son comunes y cuáles específicos de cada área de conocimiento?, ¿cómo plantear un abordaje de las ciencias sociales y naturales acorde con las particularidades del nivel?

En la búsqueda de respuestas, nos proponemos, en primer lugar, recuperar como propósito del trabajo con las ciencias sociales y naturales el conocimiento del ambiente. Por tal motivo, recurrimos a los autores fundantes de la propuesta, volviendo sobre aquellas ideas que aún hoy sustentan el trabajo de indagación del ambiente.

A partir de allí, nos interrogamos acerca de cómo convertir el ambiente en objeto de conocimiento en el jardín y para ello incluimos la noción de contexto. Luego esbozamos criterios tanto para la elección de los contextos como para la selección de los contenidos a trabajar en cada uno de ellos. Por último, nos preguntamos acerca de las características que deben tener las actividades de modo de favorecer la construcción de nuevos aprendizajes.

2. EL JARDIN DE INFANTES Y LA INDAGACIÓN DEL AMBIENTE

2.1. El ambiente social y natural

Iniciamos este capítulo desplegando la problemática del ambiente, puesto que la labor didáctica en el nivel inicial, y en particular la referida al abordaje de las ciencias sociales y naturales, aparece indisociablemente ligada a este concepto tanto en la bibliografía específica como en diferentes lineamientos curriculares. "Hacer" ciencias en el jardín se presenta como sinónimo de indagar el ambiente social y natural.

El ambiente es un entramado socionatural: es lo natural imbricado en lo social y lo social enraizado en lo natural. Lo social y lo natural están en permanente interacción modelándose mutuamente. No hay un ambiente histórico y otro biológico sino un único medio; lo que varían son los modos de abordaje para su estudio (Luc, 1987). Al tratarse de un ambiente que es socio-natural no puede comprenderse por fuera de los sentidos y significados que los hombres han ido constituyendo en tomo de él.

Comencemos escuchando de qué manera maestros de diferentes lugares describieron el ambiente en el que enseñan.1

En la provincia del Neuquén (Ministerio de Educación del Neuquén, 1995):

Neuquén es la leyenda que se hace realidad en un río, en un cerro, en una araucaria [...] en los fuertes vientos que dejan huellas en los árboles arqueados y en los rostros de la gente, en la pureza del aire que te deja mirar con más claridad el paisaje infinito. Las minas abandonadas son un testigo mudo de una época floreciente ya pasada. Las vías del tren solitarias dieron paso a la utopía del Ferrocarril Transandino. Los olmos tapando las cañerías, la ruta 22 prolijamente asfaltada que conduce a Copahue y Caviahue alimentando con su turismo a Zapala y Loncopué. El tradicional Nguillatun de las últimas reservas indígenas que aún subsisten en la inmensa precordillera. Los piñones y tejidos medios de vida de la población mapuche (Piedra del Aguila, Zapala y Loncopué).

Y en el medio del desierto surgen de la mano de aquel viejo YPF2 poblaciones petroleras: Plaza Huincul y a su lado Cutral-Có que fueron divididas por el zanjón con el cruel aluvión. Actualmente mustias, casi abandonadas por la privatización, la población lucha por cambiar su economía regional contra la falta de agua, el viento y la rudeza del clima aferrada a la esperanza de COMINC03 (Plaza Huincul y Cutral-Có).

Neuquén es una ciudad de puertas abiertas, con asfalto y gente activa que se entrecruza con un barrio como el San Lorenzo, árido con un halo de abandono, con calles de tierra de barda y piedras sueltas y esas caras que miran con los pómulos paspados por el frío y la nariz sucia hasta el hastío. Es el viento, los álamos, un horizonte de bardas, el dedo de la ruta, las manzanas y los piñones. Las expresiones "gente gauchita", "los chuflines", "fui a lo de Sandra" [.oo]. Las calles de tierra que con la lluvia se hacen intransitables, el porteño ingeniero, la mendocina docente, el cordobés médico, el chileno obrero, la cueca-party. La vida que corre por el Limay lleno de piedras, el verano intenso, el agua helada, el cielo en el espejo del lago que nos calma el alma (Neuquén capital).

Zona de bosques andino-patagónicos, de los ñires, los roble-pellín, los radales, los arrayanes, los notros con sus flores rojas, las araucarias, los cipreses de la cordillera. La vegetación asombrosa y los bosques de cuentos. Los lagos y sus aguas cristalinas albergando cardúmenes de truchas que atraen pescadores de todo el mundo. La precordillera con sus pasos comunicándonos con Chile y permitiendo el intercambio de culturas. La nieve y los turistas es el recurso económico por excelencia pero también genera problemas a los residentes y es entonces que se marcan más profundamente las diferencias. El pueblo mapuche con su historia y su cultura a través de las artesanías, su presencia en los bosques del Parque Nacional Lanín y sus carretones con leña (San Martín de los Andes, Villa La Angostura).

Las montañas nevadas, reservas de lluvias que nutrirán de vida en el verano, las bardas dibujadas por los vientos áridos que se reflejan en las caritas y las manos curtidas, las piedras de diversos colores y formas que ocultan la escasa vegetación que buscan aislados piños (chivos), los óos con sus truchas. El infaltable oro negro que llena de torres el lugar. Los cementerios indios con sus misterios, los puesteros dueños de la tierra que ya estaban y seguirán estando cuando todos se hayan ido... (Rincón de los Sauces, Chos Malal, Andacollo, Añelo.)

En la provincia de Santa Fe:

Son los túneles que desembocan en el Paraná, que sirvieron como vías de contrabando y la mafia. Es el Parque Independencia con sus lagos, sus clubes, su hipódromo, sus históricos corsos con el rey momo rosarino, el poeta Arag6n. Son las quebradas del Saladillo, el Swift con sus caracteósticos olores. Son las variedades de plantas, jacarandáes y plátanos (las alergias) de la Plaza López. Son los chicos en la calle que testimonian la crisis.

Es el entorno histórico del niño santafesino, las ruinas de Cayastá, el convento de San Francisco, el monumento a la bandera, las I}arrancas del óo Paruná. el túnel subfluvial. Son las inundaciones y los chicos sin casa.

Es el medio rural que se une cada vez más con el centro de la ciudad debido a que la ciudad tiende a extenderse hacia los extremos por estar rodeada de otos y lagunas [...] Es el folclore, las leyendas, los proverbios y costumbres, la siesta santafesina.

Es la casa y es el barrio, es el patio con naranjales y mandarinas. También es el pan casero, las tortas fritas, los buñuelos, las empanadas, los pastelitos. Es el vendedor ambulante con su canasta de mimbre, el heladero en bicicleta con su carreta, el choripanero, el pescador, el olor del óo, el calor húmedo, los mosquitos, las ranas, los grillos y las chicharras [...] La herradura de los caballos sobre el asfalto, el isleño y sus canoas, las espineles y cañas [...] es el baile de la cumbia y el chamamé [oo.] es el camalote y el sábalo (Alderoqui, en colaboración con Serulnicoff, 1992).

En zona norte del Gran Buenos Aires:4

Son los autos modernos a toda velocidad, las bicis y las motos. Los shoppings, los vendedores ambulantes (el pescador en moto, el sifonero, el vinero, los escoberos, los vendedores de plantas). Son los asaltos y las cabinas de vigilancia en cada esquina. Las casas bajas, los duplex, las pocas plazas, los clubes, las sociedades de fomento. Es el poco acceso a la Capital Federal, el pasar el puente Saavedra para realizar una expedición. Es la Panamericana y los problemas con el pago del peaje. Es el puerto de Olivos, la reserva ecológica y el centro colonial de San Isidro. Las FM zonales y los canales de TV locales.

Al recorrer

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