Composicio Ensayo

COMPOSICION II

Titto Puanchir

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EL AUTISTA

Si fuéramos niños pequeños, nuestro interés natural nos llevaría a querer ver más allá de las formas y tratar de entender lo que las envuelve. Pero si toda esa información recibida se ve distorsionada por una sobrecarga de imágenes, voces, texturas, sonidos y ruidos ¿Cómo podríamos comunicar que tenemos hambre, calor o alguna otra necesidad? ¿Cómo podríamos vivir en un mundo al que no logramos entender y que no nos entiende? Un poco confuso, lo sé, pero estas pueden ser preguntas que surgen en padres, que tratan de comprender a sus hijos con una rara enfermedad psicopatológica, denominado trastorno del espectro autista (TEA) o autismo. Una enfermedad que afecta el aspecto cognitivo, social y psicológico en quien la posee. Sin embargo, en un mundo tan diverso como el nuestro, con tanta diversidad animal, personas de distinto color, idioma, etc., ya deberíamos abrir los ojos, madurar y ver las diferencias de las demás personas con normalidad, más no maltratarlas física ni mentalmente.

El autismo ha sido visto de una manera marginada; muchas personas en la actualidad tienden a burlarse de una persona con autismo e incluso a agredirla físicamente. El Trastorno del Espectro Autista (TEA), encierra al afectado en un mundo diferente al nuestro, un mundo misterioso, fabuloso y prácticamente desconocido, debido a que hay una gran diversidad de efectos en cada individuo que la posee. Según Happé en su libro Introducción al Autismo, una descripción hecha por Leo Kanner de un niño de once años con trastorno autista llamado Donald:

Iba de un lado a otro sonriendo, haciendo movimientos estereotipados con los dedos, cruzándolos en el aire. Movía la cabeza de lado a lado mientras susurraba o salmodiaba el mismo soniquete de tres tonos. Hacía girar con enorme placer cualquier cosa que se prestara a hacerse girar… Cuando le metían en una habitación, ignoraba completamente a las personas y al instante se iba a por los objetos, sobre todo aquellos objetos que se podían hacer girar… Empujaba muy enfadado la mano que se imponía en su camino o el pie que pisaba uno de sus bloques (Kanner, 1943: pag.3-5)

De una persona con autismo, se puede decir que viven en una burbuja (metafóricamente hablando) en la que solo se entiende a sí mismos y no podrá comunicarse con normalidad con todas las personas a su alrededor ya que su lenguaje es limitado o nunca hablan y si lo hacen es poco comprensible en la mayoría de casos. Son pocos casos pero se encontraron niños con autismo que pueden desarrollar actividades casi imposibles con gran facilidad, como caminar con las manos teniendo el cuerpo invertido o aprender a entonar un piano solo habiendo observando y escuchando hacerlo.

Son muchas las características que definen al niño autista, entre las más comunes están: los problemas en la comunicación verbal y no-verbal, esto es que, el niño tiene problemas para identificar objetos, no imita los gestos que hacen los demás y le costará hablar durante los primeros; es un gran problema pues, estos son cualidades importantes en el aprendizaje, también tiene dificultades para relacionarse con las personas, es decir, no se interesa en relacionarse con otros niños y personas, por extrañas razones tiende a aislarse

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