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Consideraciones para la evaluación de la exposición a sílice cristalina: límites de exposición profesional y métodos normalizados de análisis


Enviado por   •  4 de Mayo de 2021  •  Resúmenes  •  1.289 Palabras (6 Páginas)  •  187 Visitas

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Consideraciones para la evaluación de la exposición a sílice cristalina: límites de exposición profesional y métodos normalizados de análisis.

En este ensayo, hablaremos sobre la exposición al sílice que tienen los diferentes trabajadores de ciertos frentes laborales en la actualidad. De esta manera, damos una pequeña reseña histórica mencionando que se tiene conocimiento de la silicosis desde el siglo V antes de Cristo, es decir desde la época de Hipócrates, el padre de la medicina. Desde entonces y hasta mediados del siglo pasado se sabía que los mineros sufrían una enfermedad particular cuya causa real se desconocía, que no afectaba a los que trabajaban en otros oficios, la llamaban tisis de los mineros. Más adelante se relacionó a esta enfermedad con el polvo del ambiente laboral y al analizar su contenido, se descubrió́ que su causa directa era la sílice libre cristalizada que le dio su nombre actual de Silicosis. Por lo tanto, como primer punto tocaremos los límites de exposición profesional a este mineral. Como segundo punto tendremos factores importantes para evitar la principal enfermedad desarrollada a causa de la inhalación de sílice. Y como punto final se presentará las metodologías para la determinación de sílice en el aire.

Como primer punto en este ensayo, se mencionan los límites de exposición profesional a este mineral, el primer dato importante hace referencia al reglamento (CE) No 1272 /2008, de Clasificación, Envasado y Etiquetado (CLP), el cual no incluye a la sílice cristalina en su Anexo VI, que recoge las sustancias y mezclas clasificadas como peligrosas. Esta institución no reconoce al sílice ya que, en el ambiente que respiran los trabajadores no está la sustancia pura sino que, es una mezcla de polvo derivado de la sustancia pura con otros componentes que pueden ser contaminantes o no. A pesar de no estar incluido en esta normativa de CLP como peligrosa, la Asociación Europea de Productores de Sílice (EUROSIL) la acoge en su clasificación de manera voluntaria pero en función del porcentaje de fracción respirable de sílice. Los porcentajes tienen tres clasificaciones basados en la capacidad de generar daño en el organismo, de esta manera, en primer lugar la categoría número 1 con concentraciones superiores al 10%, estas provocan lesiones en los pulmones tras exposiciones prolongadas, su código de clasificación es H-372. Dentro de la Categoría número 2 se presentan concentraciones que van desde el 1% al 10% ocasionando lesiones especificas en determinados órganos tras exposiciones repetidas o al ser inhalado, su código de clasificación es H-373. En la categoría número 3 las concentraciones son inferiores al 1% y en esta categoría no se requiere ningún tipo de clasificación de toxicidad ya que este porcentaje es sumamente bajo y no produce daño al trabajador al estar expuesto al mismo. Dentro de este primer punto podemos ver que existen tres tipos de clasificación basados en el porcentaje de la concentración del mineral, de las tres divisiones, dos son nocivas para la salud del ser humano causando daños a nivel pulmonar principalmente. la tercera categoría por su nivel tan bajo de concentración no representa peligro alguno.

Como segundo punto, presentamos los factores importantes para evitar el cáncer de pulmón que es la principal patología desarrollada a causa de la inhalación de sílice. En el año 2000 la ACGIH puso como referencia el valor a 0,05 mg/m3 para cuatro sustancias minerales como el cuarzo, la cristobalita, la tridimita y el trípoli, dando al cuarzo la categoría A-2 por considerarse como sospechoso de ser cancerígeno humano, con esta concentración el riesgo de contraer silicosis por una vida laboral de 30 años de exposición a estos agentes patógenos es menor del 5%. Estos valores permanecieron como parámetros estadísticos durante seis años. En el año 2006 la ACGIH proporcionó un nuevo valor límite el cual bajó 0,025 mg/m3 para cuarzo y cristobalita, y les asigna la notación A-2 como cancerígenos sospechosos en humanos. Para poder bajar estos valores, se basaron en un estudio realizado en Vermont con 350 trabajadores a partir del año 1940 divididos en dos grupos, el primero fue tomado en cuenta únicamente durante su vida laboral y el segundo grupo fue tomado en cuenta hasta después de su jubilación. En el primer grupo del estudio antes mencionado, la prevalencia de silicosis fue de 1,2 %, mientras que en el segundo grupo de personas, la prevalencia alcanzó el 7,1 %. por lo tanto el estudio fue concluyente y los valores bajaron. Otro punto importante de este estudio fue la prevención de la fibrosis pulmonar que es el principal factor de riesgo del cáncer de pulmón.

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