DM Gestacional
disgrace_pao10 de Junio de 2013
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DIABETES MELLITUS GESTACIONAL
Definición DMG
Durante muchos años, la DMG ha sido definida como cualquier grado de intolerancia a la glucosa que se inicia durante el embarazo. Aunque la mayoría de los casos se resuelve con el parto, la definición se aplicaba independientemente de que la condición persistiese o no después del embarazo y no excluye la posibilidad de que la intolerancia a la glucosa no reconocida pueda haber comenzado, precedido o aparecido en forma concomitante con el embarazo. Esta definición facilito una estrategia uniforme para la detección y la clasificación de la DMG pero sus limitaciones han sido reconocidas durante muchos años. A medida que la epidemia actual de obesidad y diabetes ha llevado a más casos de diabetes tipo 2 en las mujeres en edad fértil, el número de embarazadas con diabetes tipo 2 no diagnosticada ha aumentado. Después de las deliberaciones en el periodo 2008-2009, International Asociation of Diabetes y Pregnancy Study Groups (IADPSG), un grupo de consenso internacional con representantes de múltiples organizaciones de obstetricia y diabetes, incluyendo la American Diabetes Association (ADA), ha recomendado) se ven complicados por la DMG, lo que resulta en más de 200.000 casos anuales.
Diagnóstico de diabetes gestacional
La DMG conlleva riesgos para la madre y el recién nacido. El estudio Hyperglucemia and Adverses Pregnancy Outcomes (HAPO), un estudio epidemiológico multinacional a gran escala de mujeres embarazadas (~25.000) demostró que el riesgo de efectos adversos maternos, fetales y neonatales aumentan continuamente en función de la glucemia materna en las semanas 24 a 28, incluso dentro de los rangos que antes se consideraban normales para el embarazo. Para la mayoría de las complicaciones, no hay umbral de riesgo.
Estos resultados han llevado a una reconsideración cuidadosa de los criterios para el diagnóstico de DMG. Después de las deliberaciones durante el periodo 2008-2009, el IADPSG, un grupo de consenso internacional con representantes de varias organizaciones obstétricas y de diabetes, incluida la ADA, desarrollo recomendaciones revisadas para el diagnóstico de DMG. El grupo recomendó que todas las mujeres que no saben que tienen diabetes deben someterse a una prueba de sobrecarga de 75 g de glucosa a las 24-28 semanas de gestación. Por otra parte, el grupo desarrollo puntos de corte diagnósticos para la GA y las glucemias a las 1 y2 horas postprandial, que transmite un riesgo relativo de resultados adversos de al menos 1,75 en comparación con las mujeres con niveles promedio de glucosa en el estudio HAPO.
Estos nuevos criterios aumentan significativamente la prevalencia de DMG, principalmente porque para hacer el diagnóstico es suficiente un solo valor anormal y no dos. La ADA reconoce el significativo aumento anticipado en la incidencia de DMG utilizando estos criterios diagnósticos y es sensible a las preocupaciones acerca de la “medicalización” de los embarazos previamente clasificados en la forma habitual. Estos criterios diagnósticos están introduciendo cambios en el contexto del preocupante aumento en todo el mundo de la obesidad y las tasas de diabetes, con la intención de optimizar los resultados en las madres y sus bebes.
Es cierto que hay pocos datos de ensayos clínicos aleatorizados sobre las intervenciones terapéuticas en mujeres con diagnostico actual de DMG sobre la base de un solo valor de glucemia por encima del punto de corte especificado (en contraste con los criterios anteriores que estipulan por lo menos dos valores anormales).
Se esperan mayores beneficios de los ensayos de intervención enfocada en las mujeres con hiperglucemias más leves que las identificadas con los criterios anteriores. Todavía no está claro cuál es la frecuencia del seguimiento y el monitoreo de la glucemia, pero tienden a ser menos intensivos en las mujeres diagnosticadas con los criterios anteriores. Se necesitan estudios adicionales con un buen diseño clínico para determinar la intensidad del monitoreo y el tratamiento óptimos de las mujeres con diagnóstico de DMG por los nuevos criterios (que no han cumplido con la definición previa de DMG).
Es importante tener en cuenta que el 80-90% de las mujeres en ambos estudios de DMG leve (cuyos valores de glucosa se superponen con los umbrales recomendados en este documento) podrían ser manejadas solamente con cambios en el estilo de vida.
Papel de las hormonas participantes:
La diabetes del embarazo se debe a una gran resistencia a la insulina por parte de las células del organismo, la que es de igual magnitud en la embarazada normal que en la diabética, pero es tres veces mayor que la observada fuera del embarazo.
La placenta es la encargada de proveer nutrientes y agua al feto en crecimiento, y produce varias hormonas para mantener el embarazo. Algunas de estas hormonas como el estrógeno, cortisol y el lactógeno de la placenta humana pueden bloquear la acción de la insulina de la madre en el organismo, es decir tienen efectos bloqueadores o contra regulador (en contra) en la insulina. Esto se denomina resistencia a la insulina haciendo que la madre tenga más difícil el empleo de esa insulina.
La diabetes gestacional empieza cuando el organismo no es capaz de producir y utilizar toda la insulina que se necesita durante el embarazo. Sin la suficiente insulina, la glucosa no puede abandonar el torrente circulatorio y ser convertida en energía en el interior de las células, de manera que se acumula en la sangre, aumentando sus niveles, dando como resultado hiperglucemia.
Al inicio del embarazo: El aumento de la secreción placentaria de estrógenos y progesterona induce una hiperplasia (aumento en la cantidad celular) en las células beta del páncreas (células productoras de insulina), lo cual produce un aumento de la secreción de insulina, aumento del uso de glucosa y disminución de los niveles de glucemia en ayuno en un 10 a 20% con respecto a los niveles pre gestacionales, mucho antes que las demandas fetales sean significativas.
Segundo y tercer trimestre: A medida que la placenta crece, se producen más de estas hormonas placentarias y la resistencia a la insulina aumenta. Se da un aumento de la demanda de nutrientes por parte del feto lo que hace que se movilicen los depósitos de glucosa materna y se estimula la glucogenolisis hepática (liberación de glucosa a partir del glucógeno del hígado).
Normalmente, el páncreas es capaz de producir la insulina adicional necesaria para superar la resistencia a la insulina, pero cuando la producción de insulina no es suficiente para contrarrestar el efecto de las hormonas placentarias, el resultado es la diabetes gestacional.
La mayoría de las embarazadas normales son capaces de contrarrestar la resistencia periférica mediante un aumento significativo de la secreción de insulina basal (no estimulada, secretada entre comidas, noche y ayuno) y la estimulada con alimentos. Aquellas que no logran realizar esta compensación se transforman en intolerantes a la glucosa en grados variables, hasta alcanzar los criterios diagnósticos que definen a la diabetes gestacional. Esta situación se hace más evidente entre las 26 y 30 semanas de embarazo, por el mayor aumento de las hormonas de contrarregulación y el aumento del requerimiento de insulina.
Factores de riesgo:
Se consideran mujeres con bajo riesgo de padecer DMG:
• Quienes tienen menos de 25 años de edad,
• Tienen peso normal antes del embarazo,
• Pertenecen a grupos étnicos de baja prevalencia de DMG,
• No tienen antecedentes familiares,
• No tienen historia de alteración de la tolerancia a la glucosa
Se consideran mujeres con alto riesgo de padecer DMG
• Tener antecedentes familiares de primer grado con Diabetes Mellitus,
• Pertenecer a grupo étnico de alto riego de DMG (Afro-americana, Americana India, Asiática Americana, Hispánica/Latina, o Isleños del Pacifico),
• Tener mayor de 25 años,
• Tener obesidad,
• Tener historia de intolerancia a la glucosa o historia previa de DMG,
• Tener antecedentes obstétricos desfavorables: muerte fetal sin causa aparente, dar a luz un bebe de gran tamaño, bebe con defectos congénitos
Tratamiento:
Comiendo sanamente y manteniéndose activa: Una dieta sana y mantenerse activa son dos de las medidas más importantes para controlar el azúcar en la sangre y tratar la diabetes gestacional. Actividades como caminar y nadar son muy útiles. La actividad no tiene que ser difícil. La idea es levantarse y ponerse en movimiento. Hable con su médico o partera para preparar un plan de ejercicio que a usted le funcione.
El plan de alimentación para la diabetes se basa en reglas sencillas, como:
• Cuidar el tamaño de las porciones.
• Comer alimentos variados, como frutas frescas, verduras y cereales de grano entero.
• Limitar las calorías de grasas a 30 por ciento o menos cada día.
Medicamentos: La mayoría de las mujeres pueden controlarse la diabetes gestacional siguiendo un plan de alimentación para diabetes y siendo más activas. Otras necesitarán también insulina o pastillas contra la diabetes para controlar su azúcar en la sangre. Para tratar la diabetes gestacional se usan la insulina y dos tipos de pastillas contra la diabetes. Todos estos medicamentos tienen el efecto de disminuir el azúcar en la sangre. Hasta ahora, la investigación indica que pueden usarse sin riesgo durante el embarazo.
Insulina: necesita inyectarse (con una pequeña jeringa). La insulina que se inyecta es como
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