Degradacion Ambiental Y Desarrollo Sostenible

DEGRADACIÓN AMBIENTAL Y DESARROLLO

SOSTENIBLE

1.INTRODUCCION

Después de la II Guerra mundial, se inicia el proceso de construcción del discurso del desarrollo dadas las nuevas circunstancias geopolíticas, basadas en las relaciones entre las potencias del Norte y sus antiguas colonias del Sur. Así, en 1949, la doctrina Truman inició una nueva era en cuanto a la gestión de los asuntos mundiales. El propósito de dicha doctrina consistía en reproducir y extender en todo el mundo los rasgos más característicos de las sociedades avanzadas de aquel momento. Según esta doctrina el capital unido a la ciencia y tecnología haría posible que el sueño americano podría extenderse a todos los rincones del planeta.

Por el contrario la relación que se le supone a estos fenómenos (capital, ciencia y tecnología), como ha demostrado la historia no es solo insostenible sino que además no ha conseguido eliminar la pobreza y los índices de desigualdad entre países industrializados y el Tercer Mundo sino que ha aumentado considerablemente.

Este paradigma ideológico occidental, encajó dentro de organismos internacionales; la ONU nombró una comisión especial formada por diferentes expertos para el diseño de diferentes políticas y medidas para el desarrollo económico de los países denominados en aquel momento subdesarrollados.

La dinámica de esta doctrina se mantuvo hasta los años 80, donde, con el informe Brundtland (1987-1988) se acepto implícitamente la insostenibilidad del modelo económico de desarrollo constante.

En dicho informe, elaborado en el marco de las Naciones Unidas, se prioriza el objetivo del desarrollo sostenible, triunfando esta propuesta sobre muchas otras elaboradas en las décadas anteriores.

Tanto la doctrina Truman como el informe Brundtland, forjan y propician la expansión del sistema capitalista. Otro de sus aseveraciones es la idea de que el no desarrollo económico genera pobreza, y la pobreza, provoca la destrucción del medioambiente. El discurso del desarrollo dentro de estos marcos ideológicos, define la pobreza como un problema de los pobres , desvinculando esta situación de la política para convertirlo en una cuestión de lucha por los recursos.

En torno a esta ideología y estrategia económica del desarrollo ,surgen discursos y visiones críticas, entre ellos, el que elabora la disciplina antropológica que sostiene la negativa hacia las ideas y los planteamientos basados en el crecimiento económico como solución de la pobreza y la desigualdad. Una de sus críticas es que el desarrollo puede llegar a ser contraproducente, ya que provoca un desequilibrio entre los valores actuales y los beneficios del futuro, provocando finalmente el agotamiento de los recursos naturales, un aumento de contaminación y en consecuencia el aumento de la pobreza y desigualdad entre determinadas zonas del planeta.

2. DESARROLLO SOSTENIBLE

Según el informe Brundtland (informe sobre nuestro futuro común, 1987-1988), el término desarrollo sostenible vendría a ser aquel que permite satisfacer nuestras necesidades actuales sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer las suyas.

Según J.M. Naredo en “Sobre el origen, el uso y el contenido del termino sostenible”1,afirma la principal característica de término y el secreto del triunfo del concepto ha sido su ambigüedad. La visión de hacer sostenible el crecimiento económico o el capitalismo es bastante ambivalente.

Por un lado, explica un cierto interés por la salud de los ecosistemas de la tierra, dando la responsabilidad de su conservación a las políticas económicas, al campo de la gestión económica. Pero la falta de propuestas concretas, políticas de gestión sobre sostenibilidad hace que se quede todo en una simple declaración de intenciones, siempre bajo el paraguas del paradigma capitalista.

Naredo explica en su texto cómo el término fue adecuado para los economistas clásicos mediante los asesores de Henry Kissinger, ya que el término usado hasta el momento, el ecodesarrollo, no era aceptado por parte de las élites económicas mundiales. Naredo, expone que desde los inicios el término tiene una gran carga ideológica que respalda el capitalismo.

El concepto de desarrollo sostenible se convierte en un elemento de consenso al intentar superar la distancia entre ecologistas y desarrollistas, y el informe Brundtland sirve exclusivamente como catalizador de las relaciones entre el proceso productivo y los recursos naturales.

Beatriz Santamaria en su artículo (“Desarrollo sostenible, una suerte de comodín”) Explica como el concepto de desarrollo sostenible a priori parece ser contradictorio .”Ambivalencia por la falta de definición tanto de sus objetivos como de su operatividad; y contradicción no sólo por la ocultación de las implicaciones que el desarrollo tiene sobre el medio ambiente, sino por la representación conjunta de dos términos en principio opuestos, el desarrollo y la sustentabilidad o, de forma más clara, el crecimiento económico y el ambiente” (Santamarina,2004:205).

Y cómo dicho concepto goza de una disparidad de interpretaciones, así como de una gran vaguedad de significados, por lo cual es muy difícil, tanto aplicarlo a nivel practico a través de políticas reales, como de debatirlo a nivel teórico. Es por tanto muy relevante el análisis del concepto, ya que sirve, por una parte como un paraguas ideológico y una herramienta para enfrentarse al cambio ecológico además de ser una extensión del capitalismo para justificar la imposición de un único modelo económico occidental hacia el resto del mundo.

Dentro del paradigma capitalista, se define el desarrollo como la capacidad de consumo de bienes y servicios que tienen los habitantes de un país. Para alcanzar el desarrollo, los economistas capitalista impusieron una fórmula a todos los países del mundo, amparándose en la fórmula de que sin desarrollo no se genera riqueza. La fórmula es la Teoría del crecimiento económico. Del crecimiento económico se crea el contexto adecuado, se desprenden los elementos para el desarrollo económico, dando por supuesto que todo esto trae consecuencias positivas a la sociedad y a el planeta.

Martínez Alier en “Pobreza y medio ambiente: Una crítica del Informe Brundtland” (1992) expone que en dicho

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