Discriminacion

Discrimi nación y rechazo son parte de la realidad cotidiana de quienes padecen alguna discapacidad. La sociedad no ha terminado de aceptar a estas personas que, en el mejor de los casos, despiertan el murmullo y atraen las miradas de la gente en la vía pública. Pero cuando el rechazo se transforma en maltrato y, peor aún, cuando el maltrato viene de quien supuestamente debería velar por la integridad del enfermo, la vida puede converutirse en una verdadera pesadilla. Mariano Galindo Jiménez, jefe del departamento de Clínicas de Atención y Prevención al maltrato del Sistema Estatal DIF (SEDIF), explica que hay cuatro clases de maltrato hacia las personas con discapacidad, especialmente los niños. El más común de estos tipos es el maltrato psicológico, el cual parte de la agresión verbal de quienes cuidan de los menores discapacitados. Las personas insultan al enfermo, echándole la culpa de su enfermedad, haciéndole ver que la merma de la economía familiar es debido a él, o bien achacándole otra serie de situaciones como la falta de tiempo y oportunidades para el cuidador. "Eres un inútil, no sirves para nada", "ojalá y te murieras" o "por tu culpa nunca me casé, por estarte cuidando", son algunas de las frases con las que es posible agredir a los enfermos. Otra de las situaciones a las que los discapacitados se enfrentan es el maltrato por descuido, en el cual no hay ningún tipo de ataque, pero los enfermos sí son sometidos a desatenciones y abandonos, por lo que ante la imposibilidad de estos de valerse por sí mismos, sufren carencias alimentarias o de aseo personal. "Aunque no golpeemos al niño, aunque no lo agredamos verbalmente, si nos vamos todo el día y lo dejamos solo, también es una forma de maltrato", asegura Galindo Jiménez. El tercero de estos tipos de maltrato es la agresión física, cuando los familiares someten al discapacitado a golpes constantes, ya sea con la mano o con otros objetos. En estos casos, el DIF atiende a los niños maltratados y ofrece terapia al victimario o victimaria, pues los especialistas consideran que los maltratadores son personas igualmente enfermas que necesitan atención psicológica. Pero hay un tipo de maltrato peor que los anteriores: el abuso sexual. Aunque parezca increíble, enfermeras y enfermeros, vecinos y hasta familiares directos del niño enfermo aprovechan su condición de discapacitado para ejercer sobre ellos algún tipo de presión con miras a obtener un beneficio sexual. Tocamientos inadecuados, fotografías en las que el menor aparezca sin ropa o en posiciones insinuantes, sexo oral involuntario o penetración de cualquier tipo, todas son situaciones de abuso sexual hacia el menor discapacitado; y todas son constitutivas de un delito. El jefe del departamento de Atención y Prevención al maltrato explica que debido a lo delicado de estos casos, el SEDIF ya no tiene competencia en ellos, por lo

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