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Discriminacion


Enviado por   •  5 de Diciembre de 2014  •  2.354 Palabras (10 Páginas)  •  161 Visitas

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La discriminación por edad es tratar a alguien injustamente basándose en la edad de la persona. Si tratamos a una persona injustamente o de un modo menos favorable en comparación con otras personas, sobre la base de su edad, entonces estamos ejerciendo la discriminación por edad. Es, por tanto, una conducta injusta contra un grupo humano determinado. Por lo general se discrimina a ciertas minorías apoyándose en el escaso número de sus componentes, que no son admitidas en términos de igualdad, pero ¿cómo se puede seguir discriminando a un grupo de población tan numeroso como es el de las personas mayores?, y ¿qué pasará en Europa con indicadores de envejecimiento imparables dado el constante aumento en la esperanza de vida y el descenso en la natalidad? ¿Podremos seguir discriminando a una cuarta parte de la población europea?

Discriminar, puede identificarse (referido a las personas mayores), con crueldad, indiferencia, frialdad, rechazo, falta de interés... es decir, una serie de conceptos negativos que atentan contra la dignidad de la persona. De hecho, el mayor temor que presentan las personas mayores no atiende tanto al hecho de envejecer como tal, sino más bien a la exclusión social, discriminación, maltrato y soledad profunda a la que se enfrentan.

Recordamos que el lema que adoptó la Organización de las Naciones Unidas con motivo del Año Internacional de las Personas de Edad en 1999, fue el de «Una sociedad para todas las edades». Por entonces, el secretario general de la ONU, Kofi Annan, a modo de prólogo de ese año, definía una sociedad para todas las edades como aquella que no caricaturiza a las personas mayores como pacientes o pensionados, sino como agentes y beneficiarios del desarrollo. Es decir, agentes activos y protagonistas de las relaciones sociales, de la sociedad y de su propia biografía.

La discriminación por edad es la gran olvidada en la lucha por la igualdad y, sin embargo, la realidad de la discriminación por edad en España y en Europa reviste una especial gravedad por sus efectos y por su extensión, tal y como se desprende del Eurobarómetro especial sobre discriminación en la UE que señala la edad como la segunda causa de discriminación más fuerte a la que se enfrenta la sociedad europea, sólo superada por la discriminación por género que sufren habitualmente las mujeres, con especial relevancia las mujeres mayores.

La discriminación por edad es un mal en ascenso en nuestra sociedad. El extinto Ministerio de Igualdad señalaba que más del 40% de las personas mayores de 65 años sufrían discriminación por edad. En cierta medida ha calado en la sociedad la idea de que, al menos en teoría, no se puede ni debe discriminar a nadie por su sexo, orientación sexual, raza, ideología y religión; y, sin embargo, no ha calado de la misma manera la idea de que la edad es y puede ser un factor de discriminación igual de execrable que los factores mencionados. El principal obstáculo a la igualdad entre todas las edades es que esta discriminación no se reconoce entre los propios ciudadanos. Es un problema de convivencia generacional que impregna la vida cotidiana. Reconociendo la complejidad de la realidad social, una manera de entender la vida a partir de la propia experiencia es precisamente «esa experiencia», la que las generaciones actuales marginan no incorporándola tanto a la vida política como social y familiar. Porque envejecer no significa necesariamente que la persona se deslice inevitablemente hacia el deterioro físico y mental, hacia la soledad, hacia el abandono, hacia la no participación en la vida socio-política de la comunidad en la que vive.

Envejecer significa estar más próximo al cenit, al apogeo de nuestras experiencias y de nuestra biografía, pero no de nuestras capacidades y de nuestra preparación y formación que aún puede seguir acrecentándose y desarrollándose en cooperación con nuestro entorno. Por ello es necesario incorporar a las personas mayores capacitadas, junto a los demás miembros de la sociedad, en la difícil tarea de construir y definir el futuro de todos en un mundo cambiante. Las personas mayores quieren ser sujetos y no objetos de sus vidas, participando en igualdad en la construcción de una sociedad más justa. De todo ello tratamos en el X Curso de Gerontología Social que se celebra en la Universidad de La Rioja desde ayer y hasta el día 25 en la esperanza de cambiar nuestra asentada naturalidad con la que aceptamos la discriminación por edad, principalmente para con las personas mayores.

Percepción de que los trabajadores de edad en trabajos manuales tienen menor productividad

Este argumento es que el cuerpo de un hombre o mujer trabajador se vuelve más débil conforme pasan los años. Por esta razón, algunas personas que contratan a trabajadores asumen que los trabajadores de edad son incapaces de realizar tareas manuales al mismo ritmo que sus compañeros más jóvenes. Sin embargo, ningún estudio ha demostrado que haya una diferencia considerable en la productividad sobre la base de la edad. Como abogado sénior, Laurie McCann sugiere en su estudio "La discriminación por edad en la legislación laboral" que el estereotipo del trabajador viejo, contraproducente es una causa común de la discriminación por edad en el trabajo.

Percepción de que los trabajadores de edad no tienen orientación profesional

Otro estereotipo sobre los trabajadores de edad es que carecen de enfoque en su trabajo cuando se acercan a la jubilación, un momento en que sus aspiraciones profesionales se logran o se quedan atrás. La sustitución de los trabajadores de edad por más jóvenes que están dispuestos a demostrar sus habilidades y el compromiso parece un argumento válido para algunos empleadores. Sin embargo, según un artículo de 2008 por Murray Gendell, experto en demografía en la Universidad de Georgetown, los trabajadores mayores, incluso aquellos por encima de 65, han aumentado su participación en la fuerza laboral y el empleo a tiempo completo desde 1996, trabajando durante todo el año. Esto sugiere que su participación en la fuerza laboral está en la demanda.

Los trabajadores más viejos cuestan más

Los trabajadores mayores, con muchos años de experiencia tienen derecho a más vacaciones y los costos de pensiones. Además, su salario puede ser considerablemente más alto que el de sus colegas más jóvenes debido a su larga permanencia. Sin embargo, como se menciona en el folleto "Mitos sobre los trabajadores antiguos", emitido por el Departamento de Desarrollo Laboral de Wisconsin, mientras que los costos de los seguros para los trabajadores de mayor edad tienden a subir, estos costos son compensados

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