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Dominio Del Medio Ambiente

skymery8 de Julio de 2013

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Apropiación y domino del medio ambiente.

Se ha visto la relaci�n del hombre con el medio, como una relaci�n �natural�, cuando en realidad se trata de una relaci�n totalmente artificial. Es pr�ctico-material y se realiza en la naturaleza, pero no es �natural�, porque las acciones humanas parten de una idealidad cognoscitiva donde lo natural ha sido recreado a partir de valores sociales que no se han tomado en consideraci�n, se han obviado como innecesarios o inexistentes, pretendiendo por tanto �naturalidad� en la relaci�n.

CARLOS DELGADO

La sociedad avanza hacia un nuevo saber. Esta afirmaci�n se basa en que� existen aspectos en que est� cambiando el nuevo modelo cultural. Entre esos aspectos est� la nueva visi�n acerca de las relaciones del hombre con su entorno, dicho de otro modo: la problem�tica medio ambiental.

En la definici�n del problema ambiental hay importantes asuntos filos�ficos de fondo. Determinado esto por la necesidad de repensar la correlaci�n Filosof�a-Ciencia, a trav�s, entre otras cosas, de la elaboraci�n critica creadora de las nuevas proyecciones ontol�gicas, epistemol�gicas, axiol�gicas y de la propia pr�ctica que se derivan de esos cambios cualitativos en el saber y la cultura contempor�neos que est�n �influyendo notoriamente en el pensamiento cient�fico contempor�neo.

Debemos pues enfrentarnos a una diferente comprensi�n de la �producci�n de entorno�, es decir, del �problema ambiental� visto hol�sticamente desde la cultura y con una din�mica diferente a la heredada del pasado en la que sistemas naturales y sociales complejos, abiertos, alejados del equilibrio, que co-evolucionan con su entorno en un comportamiento auto-organizante y con componentes �diferentes capaces de adaptarse, de evolucionar y de entender el futuro como posibilidad y no como determinaci�n mec�nica.

Ser� �necesario �considerar �las interrelaciones� de� los subsistemas�� sociales del medio con los sub-sistemas f�sicos (naturales o artificiales)� de modo que puedan desarrollarse v�as para abordar la investigaci�n de la dimensi�n humana del� medio ambiente� en m�ltiples escalas de aproximaci�n.

�Seg�n Pablo Gonz�lez Casanova:[1] �Estamos en una �poca en que� el determinismo disminuye� y la historia est� abierta a� la construcci�n de un mundo mejor mediante� el �esfuerzo �de �la �voluntad�.� ��Estamos al principio de una nueva historia� en la que: la teor�a, la moral, la decisi�n, pueden� construir un mundo mejor no necesariamente predeterminado.�

El saber acerca del ambiente es un campo en permanente desarrollo� al que aportan posiciones te�ricas muy heterog�neas, abiertas y dispersas. Formaciones discursivas que son efecto entre otras cosas del poder �en el conocimiento. De ese discurso salen expresiones como racionalidad ambiental, desarrollo sostenible y organizaci�n social.

Con toda esta problem�tica se relaciona tambi�n la llamada cuesti�n bio�tica y con ella una nueva� comprensi�n de la relaci�n saber-valor en su incidencia sobre la sustentabilidad de la vida. Esa �cuesti�n� se opone a un tipo de construcci�n social de saber� �incluyendo el del conocimiento cient�fico que se supone adem�s al servicio de la vida pero puestos en juego de hecho en� modos que lo que han ocasionado es la banalizaci�n del sentido de ella.

Para un importante sector de la ciencia tradicional, los valores deben considerarse en suspenso en el conocimiento. El juicio cient�fico debe estar exento de toda valoraci�n. Sin embargo la naturaleza es fuente de valor y su conocimiento no puede excluir lka dimensi�n axiol�gica. A�n antes de que entre nosotros se divulgara el enfoque de la complejidad, es notable la obra de la prematuramente desaparecida Zaira Rodr�guez Ugidos[2]. Su obra es paradigm�tica, en este sentido, desde la Filosof�a, y expresa una com-prensi�n articulada de la relaci�n conocimiento y valor.

El pensamiento actual se �orienta, entonces, a trascender la dicotom�a: conocimiento(s)-valor (es),[3] poniendo a la construcci�n social de saber decididamente al servicio de la Vida en una Bio�tica Global o Bio�tica Profunda (Seguimos aqu� las ideas de P. L. Sotolongo, del Instituto de Filosof�a, La Habana)

Consideramos entonces al conocimiento como valor y nos hacemos �cargo del valor del conocimiento, constituye, pues, un nuevo modelo cultural de construcci�n de los ideales del saber alternativo a la racionalidad instrumental generada por los intentos de subordinar la ciencia y la tecnolog�a al capitalismo industrial.

Esa subordinaci�n ha tra�do el empobrecimiento material y la destrucci�n del entorno por el hombre y tiene como antecedente que le sirve de base, la destrucci�n de la integralidad natural y su empobrecimiento en las teor�as cient�ficas. En este empobrecimiento del mundo se basa la idea del dominio del hombre sobre la naturaleza. La realidad es postulada dentro de �un paradigma objetivista que limita igualmente la comprensi�n del car�cter genuinamente activo del hombre como ente pr�ctico.

Admitir, como lo hacemos, el car�cter participativo de la realidad, integrada por el sujeto y el objeto indica aceptar que el conocimiento es valor y �la presunta objetividad de la ciencia incluye lo valorativo. Ciencia y moral forman parte indisoluble de la objetividad del saber humano en la realidad participativa donde se integran. Lo valorativo en el conocimiento se estim� como indeseable porque la ciencia vivi� el sue�o del mito del dato exacto y puro, desprovisto de subjetividad. Lo valorativo se estim� un atributo externo al conocimiento del cual se pod�a y deb�a prescindir.

Veamos �ahora �otro �aspecto: �Seg�n� Carlos� Delgado,[4]� el �problema �ambiental pre-

Senta �aspectos �filos�ficos �de fondo y desde ese punto de vista es necesario redefi-

nirlo. �Siguiendo �su �propia �estrategia� �indagaremos �en� �los ��antecedentes �t�cnico

materiales,� en �los del �movimiento �social �ambientalista �y �en los cognoscitivos.

En cuanto a los antecedentes t�cnico materiales, hay tres procesos a considerar: �1) �la �revoluci�n �industrial con �su �utilizaci�n�indiscriminada de los recursos� del� medio y� el inicio de la explotaci�n indiscriminada de los combustibles f�siles, 2) �la revoluci�n cient�fico t�cnica, en ella la humanidad comienza a percatarse de sus� errores en este sentido y �3)� la llamada revoluci�n �verde, no siempre bien explicada o comprendida.

Tambi�n son antecedentes de los cambios la profundidad �y extensi�n del conocimiento �cient�fico �realizado en �la pr�ctica productiva y la vida cotidiana que nos han llevado del �tomo� a la biosfera.

Los antecedentes en el movimiento social que influyen en los cambios en la concepci�n ambientalista son las luchas �sociales del siglo �XIX con� las libertades democr�ticas alcanzadas en Europa Occidental, la elevaci�n del nivel de vida y la estabilidad econ�mica de la posguerra y las afectaciones resultantes del entorno inmediato: �fen�menos de contaminaci�n del aire, las aguas y el suelo

Como una consecuencia de esto, en los a�os setenta se conforma un movimiento social ambientalista condicionado por una, as� considerada �Ecolog�a superficial�

Seg�n Frank Coleman[5], Hobbes realiz� una �s�ntesis moderna� (liberalismo, capitalismo, y ciencia moderna) que le asign� al hombre un nuevo rol extraordinario de �dios pr�tesis�, qui�n mediante los artefactos de su creaci�n duplica y hasta excede las realizaciones del Dios del viejo testamento.

El dios pr�tesis es el creador de un nuevo mundo, en el que las deficiencias del Creador del mundo se enmiendan mediante los artefactos del hombre. Esta ha sido la visi�n predominante en occidente, la misma que ha conducido a la situaci�n ambiental actual.

Charles Fourier, celebre utopista franc�s, (1772-1837) fue fuente de inspiraci�n para los verdes-rojos, ya que sus escritos iluminan los principios de �stos: �Lo peque�o es hermoso�, una econom�a de creaci�n continua, calidad de vida, el trabajo como juego, los valores postpatriarcales, la abolici�n de las jerarqu�as y el respeto por la naturaleza.

A pesar de algunas limitaciones su propuesta de soluci�n contin�a siendo relevante: una vida y consumo colectivos, muy superiores econ�mica, ecol�gica y socialmente al modo individual familiar de las sociedades contempor�neas.

Tambi�n Mart�n Heidegger, se destaca por sus posiciones irracionalistas, (1879-1976) sin embargo, fue uno de los pensadores que conden� la destrucci�n del planeta por las econom�as humanas. Trat� de redefinir la naturaleza y la humanidad de modo tal que se encontrara una alternativa a las ideolog�as industrialistas que justifican el tratar al hombre y la naturaleza como mercanc�as.

�Se manifest� partidario de �un nuevo inicio�, que incluye un cambio radical en el autoconocimiento humano, como �nica alternativa posible frente a los imperativos industrialistas. Su pensamiento es importante para comprender las desventajas pol�ticas de ciertas posiciones bien intencionadas de lo que comenz� a llamarse �ecolog�a profunda�

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