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EJERCICIO COMPARATIVO GUÍA DE PRÁCTICA CLÍNICA Y ARTICULO DE REVISIÓN


Enviado por   •  29 de Marzo de 2019  •  Documentos de Investigación  •  4.059 Palabras (17 Páginas)  •  55 Visitas

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INSTITUTO MEXICANO DE SEGURO SOCIAL

RESIDENCIA EN MEDICINA FAMILIAR

UNIDAD DE MEDICINA FAMILIAR # 58

MÉDICO RESIDENTE DE SEGUNDO AÑO FRANCISCO JOSEPH AVILÉS ORTIZ

SESIÓN GENERAL COMPARACIÓN DE GUÍA DE PRÁCTICA CLÍNICA PREVENCIÓN, DETECCIÓN Y ATENCIÓN DE LA VIOLENCIA SEXUAL Y CONTRA LAS MUJERES DE 12 A 59 AÑOS, CON ÉNFASIS EN VIOLENCIA SEXUAL

EJERCICIO COMPARATIVO GUÍA DE PRÁCTICA CLÍNICA Y ARTICULO DE REVISIÓN

GUÍA DE PRÁCTICA CLÍNICA PREVENCIÓN, DETECCIÓN Y ATENCIÓN DE LA VIOLENCIA SEXUAL Y CONTRA LAS MUJERES DE 12 A 59 AÑOS, CON ÉNFASIS EN VIOLENCIA SEXUAL 2018

ATENCIÓN DE SALUD PARA LAS MUJERES QUE HAN SUFRIDO VIOLENCIA DE PAREJA O VIOLENCIA SEXUAL. MANUAL CLÍNICO. ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE LA SALUD 2016

Promoción a la salud: acciones preventivas para disminuir la incidencia de la violencia contra las mujeres y la violencia sexual

  • Reconocer el riesgo de violencia sexual.
  • Abordar los factores de riesgo de la esfera social.
  • Conocer y profundizar en cómo las normas en asuntos de género, desigualdad y la inequidad se relacionan con la violencia de pareja y la violencia sexual en diferentes contextos socioculturales.
  • Indispensable que la población cuente con el conocimiento sobre los derechos de las mujeres respecto a las responsabilidades y obligaciones en el hogar, y del trato que deben recibir por parte de su pareja.
  • Asegurar la disponibilidad de información en formatos diversos sobre dónde obtener apoyo, la cual se puede colocar en las salas de espera y otros lugares accesibles.
  • Conocimiento, por parte de las mujeres, de las leyes que las protegen o sobre los actos violentos que son “normalizados” o no reconocidos por ellas mismas como tal.
  • Por parte del profesional de salud, indagar sobre posibles conductas de violencia y orientarlas hacia las instituciones competentes para su atención.

La ONU propone:

  1. Formular y aplicar leyes y políticas para prevenir y responder a la violencia sexual en el espacio público y garantizar la adjudicación de recursos necesarios para su efectiva implementación.
  2. Invertir en infraestructuras que mejoren la seguridad de los espacios públicos y fomenten el desarrollo económico y el empoderamiento de las mujeres.
  3. Modificar actitudes y comportamientos para promover el derecho de las mujeres y las niñas a disfrutar de espacios públicos libres de violencia.

Concientización acerca de la

violencia contra la mujer

¿Qué es la violencia contra la mujer?

El presente manual se centra en la violencia infligida por los

hombres contra las mujeres, en particular las agresiones

sexuales y la violencia de pareja.

Agresión sexual

Se refiere a la violación sexual o a los actos sexuales forzados;

puede ser cometida por un conocido de la mujer (la pareja,

otro miembro de la familia, un amigo o un allegado) o por un

desconocido.

Violencia de pareja

Se refiere al maltrato pasado o presente cometido por la

actual pareja o por una expareja (marido, novio, amante, etc.).

Las mujeres pueden sufrir varios tipos de violencia infligida

por una pareja masculina: violencia física, maltrato emocional

o psicológico, comportamientos controladores y agresiones

sexuales.

Violencia física

Consiste en causar lesiones o daños corporales a la mujer, por

ejemplo mediante golpes, bofetadas, patadas, puñetazos o

empujones, o con un arma.

Maltrato emocional y psicológico

Incluye varios tipos de comportamiento hacia la mujer como:

• criticarla reiteradamente;

• insultarla, burlarse de ella y ridiculizarla (por ejemplo, decirle

que es fea o estúpida) ;

• amenazarla con lastimarla a ella o a sus hijos;

• amenazarla con destruir objetos que son importantes para

ella;

• despreciarla y humillarla en privado o en público.

Comportamientos controladores

Incluyen, por ejemplo:

• no permitir a la mujer que salga de la casa o aislarla de su

familia o sus amigos;

• insistir en saber dónde se encuentra ella en todo momento;

• sospechar con frecuencia que ella es infiel;

• impedirle acudir a los servicios de salud sin permiso;

• privarla de dinero para los gastos de la casa.

Agresiones sexuales

Las agresiones sexuales consisten en:

• forzar a la mujer a mantener relaciones sexuales o a realizar

cualquier acto sexual en contra de su voluntad;

• lastimarla durante las relaciones sexuales;

• obligarla a mantener relaciones sexuales sin proteccióncontra el embarazo o contra las infecciones.

Intervenciones para la prevención primaria de la violencia contra las mujeres y la violencia sexual

Intervenciones encaminadas a reducir la desigualdad de género a escala comunitaria e individual pueden contribuir a disminuir la violencia contra las mujeres y la violencia sexual.

Intervenciones psicológicas dirigidas a los niños y niñas, así como adolescentes que han sido víctimas de maltrato infantil o han estado expuestos a la violencia de pareja parecen representar una estrategia de prevención de violencia.

Promover programas de psicoeducación en los diferentes niveles de prevención, en los que se brinden a los padres estrategias saludables de crianza, podría contribuir a la disminución de las réplicas de modelos de crianza basados en la violencia o maltrato.

Estos programas deben estar encaminados a promover un comportamiento social y proveer aptitudes sociales y afectivas como:

  • Resolución de problemas
  • Manejo de la ira
  • Capacidad de empatía
  • Resolución de los conflictos sin violencia

El modelo ecológico de la violencia ofrece un marco teórico para comprender la interacción compleja de todos los factores que influyen en la violencia infligida por la pareja y la violencia sexual con ello brinda puntos clave para la prevención e intervención.

Mantener en silencio la violencia, obedece a preceptos sociales, estructuras tradicionales y al desconocimiento de los derechos, por ello muchas mujeres no denuncian y podrían llevarse su secreto hasta la muerte.

Es recomendable informar sobre los daños que la violencia genera en las mujeres y en las víctimas secundarias (hijos), a fin de crear conciencia y promover que las mujeres violentadas pidan ayuda.

Factores de riesgo asociados a la violencia contra las mujeres y a la violencia sexual

Los hijos e hijas de las mujeres maltratadas presentan tasas inferiores de vacunación, tasas más altas de enfermedad diarreica y tienen mayor probabilidad de morir antes de los 5 años de edad.

Provenir de una familia con antecedente de violencia.

Ser testigo de violencia de pareja también puede alterar el desarrollo normal de los niños y las niñas en la familia.

Los hombres que creen que es aceptable golpear a sus esposas tienen un riesgo dos veces mayor de cometer violencia contra la pareja, este riesgo se incrementa en la medida que aumenta la aceptación de la violencia.

Actualmente, las estructuras sociales todavía desalientan o impiden la denuncia de hechos violentos ocurridos dentro de una relación de pareja.

La exposición previa al maltrato puede propiciar el hecho de ser víctima en el futuro, pues modifica la actitud de una mujer hacia la violencia, disminuye su capacidad de reconocer el riesgo, reduce su autoestima, aumenta la culpa, la vergüenza, la humillación y disminuye su autoafirmación sexual.

La pobreza obliga a muchas mujeres y niñas a aceptar ocupaciones que conllevan un riesgo relativamente alto de violencia sexual.

Un bajo nivel de educación en hombres aumenta el riesgo de cometer actos de violencia de pareja en comparación con hombres con mayor nivel educativo.

Los hombres que presentan dependencia al consumo del alcohol y abuso de sustancias tienen una probabilidad de 1.6 a 4.8 veces mayor de ejercer violencia contra la pareja.

Hay situaciones que aumentan el riesgo de violencia:

  • Trámites de separación.
  • Embarazo.
  • Iniciar una nueva relación.
  • Cita en juzgados.
  • Falta de red de apoyo.

Criterios diagnósticos de violencia contra las mujeres y la violencia sexual

Se recomienda que el personal de salud pregunte sobre la exposición a la violencia cuando aparezcan algunos de los siguientes indicadores, los cuales pueden ser causados o complicarse cuando exista violencia de pareja:

  • Síntomas de depresión o ansiedad.
  • Trastorno por estrés postraumático.
  • Trastornos del sueño.
  • Consumo de alcohol o de otras sustancias psicotrópicas.
  • Dolores crónicos (idiopáticos).
  • Síntomas digestivos crónicos idiopáticos.
  • Síntomas genitourinarios idiopáticos, incluidas las infecciones urinarias o renales frecuentes.
  • Afecciones inesperadas y perjudiciales relacionadas con el sistema sexual y reproductivo como resultadode la violencia, incluidos múltiples embarazos no intencionales o abortos, retraso de la atención al embarazo y nacimientos con resultados adversos.
  • Síntomas reproductivos idiopáticos, incluidos el dolor pelviano y la disfunción sexual.
  • Hemorragias vaginales reiteradas e infecciones de transmisión sexual.
  • Lesiones traumáticas, en particular si son reiteradas y la mujer proporciona explicaciones vagas o inverosímiles al respecto.
  • Problemas relacionados con el sistema nervioso central, por ejemplo: cefaleas, problemas cognoscitivos, hipoacusia.
  • Consultas reiteradas por problemas de salud sin diagnóstico claro.
  • Intrusión del compañero íntimo o del esposo en las consultas.

Cómo darse cuenta de que una mujer podría

estar sufriendo violencia

Es importante que los proveedores de servicios de salud sean conscientes de que los problemas de salud que observan en la mujer pueden deberse a la violencia o pueden estar agravados por la violencia. Es necesario tener en cuenta que la mujer puede estar sufriendo violencia de pareja o violencia sexual en la actualidad, o puede haberla sufrido recientemente o en el pasado.

Las mujeres que sufren violencia de pareja suelen acudir a los servicios de salud por problemas relacionados con esta, tanto emocionales como físicos, incluidas las lesiones. Sin embargo, es habitual que las mujeres no hablen sobre la violencia, ya sea por vergüenza, por miedo a ser juzgadas o por temor a su pareja.

Usted puede sospechar que una mujer ha sufrido violencia si presenta cualquiera de las siguientes características:

• problemas actuales o recurrentes de salud emocional o psicológica, como estrés, ansiedad o depresión;

• comportamientos perjudiciales como el consumo excesivo de alcohol o el consumo de drogas;

• pensamientos, planes o actos de autolesión o intentos de suicidio;

• lesiones físicas recurrentes que no tengan explicación clara;

• infecciones recurrentes de transmisión sexual;

• embarazos no deseados;

• dolores o trastornos crónicos sin explicación (dolores pélvicos o problemas del sistema reproductivo, trastornos gastrointestinales, infecciones de las vías urinarias, dolores de cabeza, etc.);

• consultas médicas reiteradas sin un diagnóstico claro.

También puede sospechar un problema de violencia si la pareja de la mujer se entromete durante la consulta, si la mujer falta con frecuencia a sus citas médicas o a las de sus hijos, o si estos tienen problemas emocionales y de comportamiento.

¿La aplicación de cuestionarios de detección a mujeres que presentan factores de riesgo de violencia favorece la detección temprana y la atención oportuna de casos?

La OMS recomienda no realizar tamizaje universal de violencia por el personal de salud, es decir, aplicación indiscriminada a toda la población.

El personal de salud debe indentificar factores de riesgo y/o indicadores de violencia, para posteriormente aplicar el instrumento de detección y la entrevista dirigida para detectar violencia.

Tratamiento: medidas terapéuticas que se deben aplicar a mujeres con diagnóstico de violencia para reducir los daños a su salud.

Algunas mujeres necesitan escuchar un mensaje claro por parte del personal de salud sobre qué tan lógicas son sus preocupaciones y acerca del hecho de que ninguna mujer merece ser maltratada.

La violencia infligida por la pareja perjudica la salud física y mental de las mujeres y sus hijos; las mujeres que han sufrido violencia de pareja comunican con mayor frecuencia una salud deficiente o muy mala, sufrimientos psíquicos e intentos de suicidio; sus hijas o hijos tienden a presentar una salud precaria y un bajo grado de instrucción.

El personal debe brindar atención con calidez y empatía, buscando que la víctima de violencia se sienta segura, así como tomar en cuenta que al interrogarle si ha vivido violencia de pareja, ella pueda llegar a sentir:

  • Vergüenza.
  • Culpa.
  • Temor a represalias o abandono por parte de los perpetradores.

Las citas de seguimiento deben programarse al cabo de dos semanas, un mes, tres meses y seis meses después de la agresión.

Seguimiento a las 2 semanas

Lesiones

• Compruebe que las lesiones estén

sanando apropiadamente.

ITS

• Compruebe que la mujer haya

completado el tratamiento contra las ITS.

• Si está tomando la PPE, compruebe

el cumplimiento en la toma de los

medicamentos.

• Hable con la mujer sobre los resultados

de las pruebas de laboratorio.

Embarazo

• Realice la prueba de embarazo si

ha habido riesgo. Si resulta positiva,

informe a la mujer de las opciones

disponibles de conformidad con la

legislación nacional. Si el aborto es legal

y ella así lo quiere, ofrézcale remisión a

servicios de aborto. Mencione además

la opción de la adopción.

Seguimiento a las 2 semanas

Salud mental

• Continúe con el apoyo de primera línea

“ANIMA” y la atención de salud.

• Evalúe el estado mental y emocional de

la mujer. Si se detecta algún problema,

programe apoyo psicosocial y técnicas

para el manejo del estrés como la

técnica de relajación progresiva o de

respiración lenta

Seguimiento

• Recuerde a la mujer que acuda de nuevo

a las consultas de seguimiento al mes

y a los seis meses para las siguientes

dosis de la vacuna contra la hepatitis B,

o a los tres y seis meses para la prueba

del VIH, o bien que acuda a consultas

de seguimiento con su prestador de

servicios de salud habitual.

• Pídale que regrese para seguimiento si

aparece o se agrava cualquier síntoma

emocional o físico de estrés, o bien si no

hay mejoría alguna un mes después de

la agresión.

• Programe la próxima consulta de

seguimiento para un mes después de la

agresión.

Seguimiento al mes

ITS

• Si es necesario, administre la segunda

dosis de la vacuna contra la hepatitis B.

Recuerde a la mujer la dosis de los seis

meses.

Salud mental

• Continúe con el apoyo de primera línea

“ANIMA” y la atención de salud.

• Evalúe el estado emocional y mental de

la mujer. Pregúntele si se siente mejor.

Si refiere algún problema nuevo o

persistente, gestione apoyo psicosocial y

manejo del estrés.

• En caso de depresión, consumo de

alcohol o de sustancias psicoactivas,

o trastorno por estrés postraumático,

véase el capítulo 4 (páginas 76 a 94), que

explica cómo proceder desde la atención

primaria. Si es posible, remítala para

atención especializada con un proveedor

entrenado específicamente y que conozca

bien los casos de violencia sexual.

Seguimiento

• Programe la próxima consulta de

seguimiento tres meses después de la

agresión.

Seguimiento a los tres meses

ITS

• Ofrezca la orientación y la prueba del

VIH. Para esto, refiera a la mujer a un

servicio de prevención, tratamiento y

atención del VIH, asegurándose de que

dicho servicio cuenta con un programa

de orientación previo y posterior a la

prueba del VIH.

Salud mental

• Continúe con el apoyo de primera línea

“ANIMA” y la atención de salud.

• Evalúe el estado emocional y mental de

la mujer. Pregúntele si se siente mejor.

Si refiere algún problema nuevo o

persistente, gestione apoyo psicosocial y

manejo del estrés.

• En caso de depresión, consumo de

alcohol o de sustancias psicoactivas,

o trastorno por estrés postraumático,

véase el capítulo 4 (páginas 76 a 94), que

explica cómo proceder desde la atención

primaria. Si es posible, remítala para

atención especializada con un proveedor

entrenado específicamente que conozca

bien los casos de violencia sexual.

Seguimiento

• Programe la próxima consulta de

seguimiento para seis meses después

de la agresión. Además, si procede,

recuerde a la mujer sobre la dosis de

los seis meses de la vacuna contra la

hepatitis B.

Seguimiento a los seis meses

ITS

• Ofrezca la orientación y la prueba del

VIH. Refiera a la mujer a un servicio de

prevención, tratamiento y atención del

VIH, asegurándose de que dicho servicio

cuenta con programa de orientación

previo y posterior a la prueba de VIH. Si

es necesario, administre la tercera dosis

de la vacuna contra la hepatitis B.

Salud mental

• Continúe con el apoyo de primera línea

“ANIMA” y la atención de salud.

• Evalúe el estado emocional y mental de

la mujer. Si refiere algún problema nuevo

o persistente, gestione apoyo psicosocial

y manejo del estrés.

• En caso de depresión, consumo de

alcohol o de sustancias psicoactivas,

o trastorno por estrés postraumático,

véase el capítulo 4 (páginas 76 a 94), que

explica cómo proceder desde la atención

primaria. Si es posible, remítala para

cuidado especializado con un proveedor

entrenado específicamente que conozca

bien los casos de violencia sexual.

Acciones de primer contacto y especializadas para atender la violencia contra las mujeres y la violencia sexual

Las y los proveedores de atención médica deberían, como mínimo, ofrecer como primera línea de manejo:

  • Garantizar que la consulta se realice en privado.
  • Mantener una actitud libre de prejuicios que apoye y valide lo que la mujer esté expresando.
  • Prestar atención y apoyo inmediato en respuesta a las inquietudes de la mujer, sin revictimizar.
  • Indagar acerca de los antecedentes de la violencia, escuchar atentamente, sin presionar a la mujer para que hable (se requiere cierta prudencia al abordar temas delicados en presencia de intérpretes).
  • Facilitar el acceso de la mujer a información sobre recursos, incluidos servicios legales y de otro tipo que ella pudiera considerar de utilidad.
  • Ayudar a la mujer a aumentar su seguridad y la de sus hijos.
  • Brindar o promover (las redes de apoyo) y el apoyo social necesario.
  • Si el proveedor de servicios de salud no puede prestar apoyo de primera línea, debe procurar que otra persona esté disponible para hacerlo de manera inmediata en la unidad de salud o en otro sitio de fácil acceso.
  • Preservar la confidencialidad, pero informar a la mujer de los límites de la confidencialidad, por ejemplo, en caso de notificación obligatoria.

El personal de salud debe proporcionar atención de primer contacto a las mujeres que viven violencia: escuchar e indagar sobre las necesidades, validar el discurso de la mujer, garantizar la seguridad y brindar apoyo.

La atención de primer contacto es importante para las mujeres sobrevivientes de violación sexual sin importar el tipo de agresor, esta atención incluye:

  • Proporcionar apoyo y cuidados clínicos integrales que respondan a sus preocupaciones y necesidades, pero no interfieran con su autonomía y toma de decisiones.
  • Escuchar sin presionarla para que responda o nos revele información.
  • Brindar cuidados y ayuda para aliviar o reducir la ansiedad.
  • Ofrecer información.
  • Referir a las áreas correspondientes para que pueda contactar con otros servicios y apoyos sociales.

Realizar una historia clínica completa, registrar los eventos de violencia y los datos que ayuden a determinar qué acciones e intervenciones son las más apropiadas.

Además llevar a cabo examen físico completo de pies a cabeza, incluido genitales, previo consentimiento informado.

La historia clínica debe incluír:

  • El tiempo transcurrido desde la agresión sexual.
  • El tipo de violencia.
  • Riesgo de embarazo.
  • Riesgo de VIH y otras enfermedades de transmisión sexual.
  • Estado de salud mental.

El uso de profilaxis para VIH posterior a la violación sexual, debe decidirse junto con la víctima explicando:

  • Prevalencia del VIH en la zona geográfica.
  • Limitaciones de la profilaxis para el VIH.
  • Si el agresor es conocido tomar en consideración el estado inmunológico.
  • Características de la violación, incluido el número de agresores.
  • Efectos secundarios de los antirretrovirales.
  • La probabilidad de transmisión del VIH.

A las personas sobrevivientes de violación sexual ofrecer

profilaxis para:

-Clhamydia spp

-Neisseria gonorrheae

-Trichomonas spp

-Treponema pallidum

*Administración de antibióticos profilácticos a víctimas de violación:

- 400 mg Cefixima + 1gr Azitromicina + 2gr Metronidazol

*****Profilaxis para gonorrea y Clamidia:

-Ceftriaxona 250 mg I.M. D.U.

-Azitromicina 1 g D.U.

--en caso de embarazo: Ceftriaxona 1g I.M.

- En adolescentes: <45 kg: ceftriaxona 125 mg IM DU

>45 kg: Ceftriaxona 250 mg IM DU

*Ofrecer vacuna antihepatitis B

*ofrecer anticoncepción de emergencia (AE o DIU) si acude primeros 5 días

*Si fracasa la anticoncepción de emergencia ofrecer Interrupción Voluntaria del Embarazo.

Qué es el apoyo de primera línea

El apoyo de primera línea provee atención práctica y responde a las necesidades de la mujer, tanto emocionales y físicas como de seguridad y apoyo, sin invadir su privacidad.

El apoyo de primera línea es muchas veces el servicio más importante que usted puede brindar. Aunque sea lo único que usted pueda hacer, representará una ayuda enorme para la mujer. El apoyo de primera línea ha ayudado a muchas personas que han sufrido situaciones perturbadoras o dolorosas, incluidas las mujeres que han sufrido violencia.

El apoyo de primera línea comprende cinco tareas sencillas. Responde al mismo tiempo tanto a las necesidades emocionales como a las necesidades prácticas. Las letras de la palabra “ANIMA” pueden ayudarle a recordar las cinco tareas que protegen la vida de las mujeres. Estas tareas se resumen:

El apoyo de primera línea responde a las

necesidades emocionales

El apoyo de primera línea quizá sea la atención más

importante que usted pueda proveer a la mujer y es

posible que sea la única que ella necesite.

El apoyo de primera línea “ANIMA” atiende tanto las

necesidades emocionales como las necesidades prácticas;

sus objetivos son:

• determinar qué necesita la mujer y qué le preocupa;

• escuchar y validar sus preocupaciones y sus experiencias;

• ayudarla a sentirse conectada con los demás, tranquila y

con esperanzas;

• empoderarla para que sienta que puede ayudarse a sí

misma y que puede pedir ayuda;

• explorar las opciones que tiene;

• respetar sus deseos;

• ayudarla a encontrar respaldo social, físico y emocional;

• mejorar su seguridad.

[pic 1]

La profilaxis postexposición (PPE) contra el VIH debe instaurarse lo antes posible, siempre dentro de las primeras 72 horas tras la agresión sexual.

Además, la anticoncepción de emergencia debe iniciarse también lo antes posible y puede tomarse dentro de los primeros cinco días siguientes a la relación sexual sin protección.

Si cuando la mujer acude ya es muy tarde para aplicar alguno de estos pasos, aún es posible:

• ofrecer el apoyo de primera línea (ANIMA);

• ofrecer tratamiento y prevención de las ITS;

• ofrecer la vacuna contra la hepatitis B;

• ofrecer anticoncepción de emergencia;

• realizar las pruebas de embarazo y del VIH;

• evaluar la salud mental y la atención necesaria según

el caso.

Medidas psicoterapéuticas que se deben aplicar a mujeres con diagnóstico de violencia para reducir los daños a la salud

Intervenciones psicológicas para tratar los síntomas.

Terapia cognitivo conductual (TCC) o la desensibilización y reprocesamiento por movimientos oculares (EMDR) se recomienda en mujeres que viven violencia de pareja.

Pautas de tratamiento psicológico:

  • Seguridad de la víctima.
  • Alianza terapéutica.
  • Recuperación de la vida social.
  • Escalada de violencia.
  • Exposición a la experiencia traumática.
  • Recuperación de su vida social.

Cuando el personal de salud a su juicio considera que no cuenta con experiencia apropiada para preguntar sobre aspectos relacionados con la salud de la consultante, que estén vinculados con los factores de riesgo e indicadores de estar viviendo violencia, deberá referir a la usuaria a los servicios especializados o con el personal que cuente con las competencias necesarias, lo cual será registrado en el expediente clínico.

Cuando la unidad de salud no cuente con personal especializado para un programa de atención psicológica, deberá referirse al siguiente nivel de atención.

El personal de salud proporcionará la atención médica, orientación y consejería a las personas involucradas en situaciones de violencia familiar o sexual debiendo referirlos, cuando se requiera, a otros servicios, unidades médicas, instituciones y organismos con mayor capacidad resolutiva (en casos de requerirlo a un refugio), a fin de lograr precisión diagnóstica, continuidad del tratamiento, rehabilitación, seguridad o protección así como apoyo legal y psicológico en las instancias correspondientes.

Atención complementaria de la salud mental

Muchas mujeres que sufren violencia de pareja o violencia sexual tendrán problemas emocionales o de salud mental. No obstante, una vez que la agresión o la situación violenta han pasado, es probable que estos problemas mejoren y la mayoría de las mujeres se recuperen. Hay maneras específicas a través de las cuales usted puede ofrecer ayuda, y técnicas que puede enseñar a las mujeres para reducir el estrés y apoyarlas en su recuperación.

Algunas mujeres, sin embargo, sufren más que otras. Es importante poder reconocer a estas mujeres y ayudarlas a obtener la atención que necesitan. Si no se dispone de dicha atención, hay varias acciones que los proveedores de servicios de salud de primer nivel pueden llevar a cabo para ayudar a las mujeres a manejar sus dificultades.

Apoyo psicosocial básico

Después de una agresión sexual, puede bastar con un apoyo psicosocial durante uno a tres meses, sin dejar de realizar al mismo tiempo controles de seguimiento para detectar problemas de salud mental de mayor gravedad.

• Ofrezca el apoyo de primera línea en cada consulta.

• Explique a la mujer que probablemente se sentirá mejor a medida que pase el tiempo.

• Ayúdela a fortalecer sus técnicas de afrontamiento positivo.

Explore la disponibilidad de recursos de apoyo social (véase

la siguiente página).

• Enséñele y muéstrele cómo se hacen los ejercicios de

manejo del estrés. (Véanse las páginas 80 y 81. Se puede

hacer una copia de esas páginas y entregarlas a la mujer

para que se las lleve, siempre que esto no suponga un

peligro para ella.)

• Acuerde controles periódicos de seguimiento para darle más

apoyo.

Capacitación que debe tener el personal de salud para prevenir, diagnosticar y tratar violencia sexual y otros tipos de violencia contra las mujeres

La capacitación básica que debe conocer el personal de primer contacto que atiende a mujeres que han experimentado violencia de pareja, debe darse al personal de los servicios de salud, quienes deben tener acceso a los programas de prevención y atención a las mujeres víctimas de violencia.

De acuerdo a la OMS al menos una persona de los servicios de salud capacitada en la atención de violencia sexual y sensibilizada en la perspectiva de género y con enfoque de Derechos Humanos, deberá estar disponible a cualquier hora del día o de la noche (en el lugar/turno) a nivel local/estatal, para brindar atención a los casos de violencia.

CONCLUSIÓN

El tema de violencia contra la mujer es de suma importancia en la actualidad, debido a que se han incrementado el número de casos de este tipo de situaciones. Cómo sabemos, las mujeres son un pilar importante dentro de la familia debido a que muchas veces se les delega la responsabilidad de realizar diferentes actividades que son importantes para el desarrollo y cumplimiento de las ciertas funciones familiares. Por lo tanto, si la madre de familia presenta alguna alteración en su salud física o psicológica, esto puede repercutir en la dinámica familiar que afecte seriamente en el desarrollo de sí misma o la de sus hijos.

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