Proceso de Atención de Enfermería y Guía de Prácticas Clínicas
Oscar AndradeMonografía9 de Mayo de 2022
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UNIVERSIDAD PABLO GUARDADO CHÁVEZ[pic 1][pic 2]
SECRETARIA DE EDUCACIÓN INCORPORADO AL SISTEMA EDUCATIVO ESTATAL
D.G.P. Expediente: 07-00096, Clave: 070102 LICENCIATURA EN ENFERMERÍA
PRESENTA:
Oscar Ivan Andrade Olivera
MATERIA:
Proceso de Atención de Enfermería y Guía de Prácticas Clínicas
SEMESTRE: GRUPO:
2DO A1
DOCENTE:
EECI. Luis Eduardo Villanueva Zavala
Tuxtla Gutiérrez, Chiapas. 15 de marzo de 2022
2. Índice
Introducción
Los cuidados de enfermería son una esencia de la disciplina que no solamente afecta al paciente sino que igual al enfermero ya que además que es nuestro trabajo es una actividad humana que se refiere más a la relación y un proceso cuyo objetivo va más allá de la enfermedad, según Watson, el cuidado se manifiesta en la práctica interpersonal, que tiene como finalidad promover la salud y el crecimiento de la persona y propone procesos básicos secuenciales en los que se hace evidente el cuidado de enfermería
Para llevar a cabo el proceso de enfermería se necesita de 5 etapas las cuales son: valoración, diagnostico, planeación , ejecución y evaluación utilizando las clasificaciones de las taxonomías diagnósticos de enfermería northamericannursing diagnosis association( por sus siglas en ingles NANDA), clasificación de intervenciones de enfermería nursingintervetionsclassification( por sus siglas en ingles NIC) y clasificación de enfermería nursingoutcomesclassification (por sus siglas en ingles NOC) como soporte científico.
En este trabajo llevaremos acabo estos pasos para la mejora de salud de nuestro paciente ya que es una mujer y ella presenta….
4. Objetivos
4.1 Objetivo general
Aplicar un proceso de atención de enfermería de un paciente de sexo femenino, con las necesidades alteradas….
4.2 Objetivos específicos
- Identificar los principales problemas del paciente.
- Prevenir complicaciones en el estado de salud del paciente.
- Promover un entorno saludable al usuario para evitar posibles recaídas y mejorar su salud.
5. Marco teórico
5.1 Evolución histórica del cuidado de Enfermería
Periodo cristiano s. I-IV
El cuidado a los más necesitados, inexistente entonces en otras épocas, se fomentó en esta etapa. Esto es debido a que los cuidados pasaron a ser considerados como algo humanitario y sagrado, convirtiéndose además en una forma de vida para muchos. Así, la “caridad” se entiende como “ayuda”, por lo que “Los cuidados Enfermeros”, se consideran como un modo de salvación a la vida eterna. Este fue el motivo principal que llevó a muchas personas a impartir dichos cuidados, en un intento de salvar su alma y poder ascender al cielo en la otra vida. Los cristianos consideraban la enfermedad una oportunidad de vida, pues tenían la obligación de asistir a los enfermos al igual que hizo Jesús en su práctica cotidiana. La enfermedad dejó de interpretarse en sentido negativo, y pasó a entenderse como una gracia recibida de Dios. Además, la enfermedad es considerada por lo divino en función del pecado, y la oración, como el principal medio que poseen los mortales para hacer desaparecer sus dolencias.
En la fase Primitiva o Evangélica, que es como conocemos a este periodo, la necesidad de tratar a los enfermos se inculcó tal y como lo hizo Jesús en sus discípulos: “cualquier ciudad que entréis y os recibieren, curad a los enfermos que en ella hubiese”. El cristianismo obligaba a las personas a dejar de ser egoístas para que empezasen a ocuparse más de los demás. De esta forma nació la caridad, la misericordia y la dedicación desinteresada hacia a los más necesitados, en un intento de recuperar las acciones que hizo Jesucristo. Nació así el cuidado a los enfermos como un acto de misericordia. La fomentación de las prácticas cristianas hizo que nacieran rápidamente congregaciones, hermandades y órdenes que se dedicaban al cuidado de los enfermos. Para realizar los cuidados sobre el enfermo, se tomaron como referencia las prácticas de los hospitales militares del Imperio Romano, pero eso sí, con notables diferencias, ya que en los hospitales cristianos se realizaban cuidados mucho más prolongados, mientras que en los romanos se ofrecía tan sólo una primera asistencia y un periodo de convalecencia. Hay que recalcar también que, en esta época, no intentaban solamente curar a los enfermos de sus dolencias físicas, sino que también intentaban tratar el alma de sus pacientes.
Las primeras en realizar estos trabajos de cuidadoras, fueron sobre todo mujeres, siendo las más destacadas las diaconisas (del griego: servir o suministrar). Eran mujeres que provenían de buenas familias, que se dedicaban a suministrar ropa, dinero, alimentos y cuidados en los hogares que más lo necesitaban como ejercicio de caridad, y siempre desde la igualdad y el reconocimiento social que proporcionaba la filosofía cristiana, intensamente influida por la humildad que conlleva dicha profesión. Las diaconisas más conocidas fueron Fede y Olimpia, siendo la primera considerada como la primera diaconisa y la primera enfermera de la historia, teniendo como principal objetivo, la salvación del alma. Se debe nombrar también a las viudas, matronas y vírgenes, ya que fueron junto con las diaconisas, de las primeras mujeres en impartir estos cuidados.
Edad media
Abarca el periodo comprendido desde la caída del Imperio Romano en el año 476 d.C. hasta mediados del siglo XV d.C, cuando cae el Imperio Romano Oriental; es decir, cuando la ciudad de Constantinopla es conquistada por los turcos en el año 1453.
Alta Edad Media (500-1000 d. C.)
Conocida como la época oscura, representa el deterioro y destrucción social del imperio. Es en esta etapa cuando el cristianismo y La Iglesia poseen un poder indiscutible sobre la sociedad. La Iglesia aparece como una estructura organizada, fuerte y el Imperio se perpetuó a través de ésta; los obispos se vuelven líderes naturales de los pueblos. Cuando el emperador se traslada a Constantinopla, el Papa se convierte en el más poderoso entre los poderosos de Occidente. La inundación de La Europa Occidental por el barbarismo en la última parte del siglo V, detuvo todo progreso científico en medicina.
En Occidente, los monasterios y las grandes propiedades feudales no pudieron extenderse inmediatamente hasta su organización final como entidades sociales. Mientras tanto, las medidas de higiene pública adoptadas por los romanos mediante las cloacas, los sistemas de agua y los baños fueron ignoradas, y tales servicios fueron destruidos o cayeron en el desuso. Se perdieron de vista las enseñanzas de Hipócrates y Galeno, y se restablecieron en el tratamiento de la enfermedad los talismanes, encantamientos, amuletos, la astrología y todos los medios primitivos de diferentes procedencias.
En los monasterios, los monjes y monjas, que se enfrentaban a la tarea de prestar atención médica a grandes números de enfermos fuera de sus recintos, tenían que encontrar alguna manera de hacerlo. Los manuscritos que se conseguían eran copiados, empleados en la enseñanza y guardados. Se compilaron libros de recetas, de plantas útiles a título de medicina y de los remedios de uso corriente en los hogares. Los fundamentos procurados por Hipócrates y Galeno se salvaron en parte, pero no se produjeron más progresos de carácter científico. Y en la división oriental del antiguo Imperio Romano, el interés en la ciencia se veía poco afectado por los acontecimientos de Occidente. Los estudiantes judíos seguían llevando la medicina a diversas partes del mundo conocido.
Se hacía muy poca distinción entre la medicina y la Enfermería. El noviciado anticipaba el curso probatorio preclínico de las escuelas modernas de Enfermería. Las monjas atendían a las mujeres mientras que los monjes trataban a los hombres. Las enfermedades de la piel, debidas a una dieta inadecuada, dominaron y se confundieron a menudo con la lepra.
A medida que una parte de la población se retiró en unidades protectoras aisladas, la diaconisa, enfermera de los días pasados, ya solo tenía oportunidad de realizar su labor de vez en cuando. Los peligros de la vida, una vez desaparecida la protección romana, idealizaron la seguridad del convento. La monja y el monje, ante todo, se convirtieron en los enfermeros de la sociedad occidental durante los primeros tiempos de la Edad Media. Con la aparición del feudalismo, la señora del castillo, ayudaba con las enseñanzas de Enfermería heredadas de su madre, prestaba el mismo servicio a los enfermos de la hacienda de su señor. Atendía o vigilaba la atención de los enfermos de su familia y entre los arrendatarios y los siervos.
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