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EL PRINCIPIO DE JUSTICIA

elivalenPráctica o problema13 de Enero de 2014

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EL PRINCIPIO DE JUSTICIA

IDEAS PREVIAS

1. Describe lo que la viñeta te inspira.

2. ¿Quién crees que ha podido encerrar a la justicia?

3. ¿Qué relación puedes establecer entre la viñeta y el mundo laboral?

4. ¿A quiénes le puede interesar que la justicia esté encerrada?

5. ¿Qué papel juegan la balanza, la venda y la espada como acompañantes de la justicia?

1. EL PRINCIPIO DE JUSTICIA

A lo largo de la historia siempre han existido personas que han imaginado cómo sería una sociedad feliz y justa. Una ciudad, una nación, una sociedad donde todo el mundo conviviera felizmente. A estas creaciones de la imaginación se le llaman “utopías”. En muchas ocasiones estas utopías eran y son verdaderos disparates, pero en otras ocasiones las utopías plantean formas acertadas de mejorar la realidad. Esa es la razón de imaginarlas, para mejorar la realidad que no puede ser mantenida como buena. De hecho, llegar a la sociedad perfecta es planteado como una utopía, ya que siempre existirá un desfase entre la meta ideal que se quiere alcanzar y la realidad social que toca vivir.

Pero la pregunta que tenemos que hacernos al comienzo de este tema que nos va a hablar de la Justicia es la siguiente: nuestra sociedad, incluso con el avance técnico y científico, ¿va siendo cada día más justa y más igualitaria, o estamos creando una sociedad de profundas desigualdades e injusticias?

Es más, bajando a nuestro temario: ¿qué responsabilidad tiene el mundo profesional en esta cuestión? La afirmación de que todos los hombres somos iguales contrasta con la cruda realidad que se pone de manifiesto a diario en los informativos.

La ética profesional queda incompleta si no se enmarca en la perspectiva de una ética social, que permita entender en qué contribuye o puede contribuir el trabajo de cada profesión a mejorar la sociedad. Los profesionales son las personas y grupos más competentes, más cualificados y mejor situados socialmente para promover una distribución más racional y justa de los recursos. De hecho, somos la primera generación de la historia con recursos técnicos y productivos para acabar de la noche a la mañana con la pobreza de millones de seres humanos, hermanos nuestros. Si no ocurre así, es por evidente falta de interés político y social que agranda cada día el abismo de desigualdades escandalosas entre unos hombres y otros.

1.1. “Dar a cada uno lo suyo”. Buscando el sentido de “justicia”.

La idea de justicia como aquella que orienta la vida en común se fundamenta en el reconocimiento del valor de toda persona, en la igualdad esencial de todos los seres humanos y en la necesidad de convivir pacíficamente unos con otros de manera que se establezca una sociedad lo más fraterna y solidaria posible.

Pero qué entender por “justicia”. Sigue siendo válida en nuestros días la definición que en el siglo III dio el jurista romano Ulpiano cuando afirmó que justicia es “la constante y perpetua voluntad de dar a cada uno lo suyo”. Esta idea, entre otros, tiene dos elementos importantes:

1º. La reciprocidad, pues las relaciones de justicia se establecen siempre entre dos sujetos, conforme a la ley y generalmente de acuerdo con la regla de oro que afirma que uno “debe comportarse con los otros del mismo modo que quiere que los otros se comporten con él”.

2º. La proporcionalidad o equidad entre lo que se da y lo que se recibe: “hay que restituir a los otros lo que se les debe y viceversa”.

Si tenemos en cuenta estas dos claves, descubrimos que tenemos que estudiar, a la hora de hablar de justicia, la relación que existe entre la persona y la colectividad. Así, siempre se ha hablado de la justicia desde dos perspectivas:

Justicia desde la perspectiva individual: (llamada “justicia conmutativa”) las personas esperamos ser tratadas con igualdad y recibir de los demás lo mismo que damos. Es el sentido habitual que damos a este término. Regula las relaciones entre individuos: ser tratado con respeto y reconocimiento. También en lo profesional.

Si hay reciprocidad y proporcionalidad, el ser humano se siente seguro y confiado en la sociedad a la que pertenece. Si la justicia así entendida no se da, el ser humano suele dejar de actuar correctamente ya que se pregunta: “¿para qué actuar correctamente, si no recibo el respeto y la consideración que merezco de acuerdo con lo que hago y con lo que soy?”. Esto lo vemos muy frecuentemente en el mundo laboral.

Justicia desde la perspectiva social: Pero si valoramos la relación entre el individuo y la sociedad, nos encontramos con la llamada “justicia distributiva”.

Justicia distributiva: es el Estado el que debe repartir entre sus miembros las cargas y bienes comunes, atendiendo a las capacidades y méritos de cada uno, pidiendo a cada cual lo que puede dar y dando a cada uno lo que necesita.

Pero estas dos perspectivas son insuficientes para regular la realidad social con justicia, ya que no todos los individuos necesitamos lo mismo, ni nos encontramos en las mismas situaciones. Tampoco todas las personas pueden contribuir a la sociedad de la misma manera. Por ello se ha extendido una nueva forma de entender la justicia, llamada “justicia social”, por la que se afirma que la sociedad debe garantizar unas condiciones de vida fundamentales iguales para todos, de la que vamos a hablar posteriormente.

1.2. Profesión y principio de justicia.

Por todo lo anterior, este principio sobre el que vamos ya a trabajar tiene que ver con lo siguiente:

• El sentido social de la profesión. El colectivo profesional se hace responsable ante la sociedad de los bienes y servicios que busca promover. Se traduce en un compromiso a favor del bien público y con los problemas sociales que se refieren a temas del propio ámbito profesional. Los colectivos profesionales deben estar vinculados con las necesidades sociales.

• El significado de los bienes y servicios que proporciona cada profesión en el contexto social en que se llevan a cabo, referidas al tema de la justicia, como son, por ejemplo, tareas de voluntariado y lucha contra la pobreza.

• El desempeño profesional en espacios públicos y privados. Tiene que ver con el asunto de quién puede o no puede pagar por el servicio profesional que se requiere. No todo el mundo puede acceder a determinados servicios de profesionales y, por ello, surgirá la necesidad de que existan servicios públicos profesionales.

Descubrir, pues, cuál es la función social de la profesión, cuál es la contribución de la profesión a la erradicación de la pobreza y cuál es su lugar en el espacio público y privado de la sociedad, ayudará a profundizar en la contribución del mundo profesional a la justicia debida.

En el mundo profesional existen tres protagonistas que se relacionan buscando sus propios intereses: los usuarios que reclaman determinados bienes y servicios; el profesional que requiere de medios para ofrecerlos; y los responsables públicos, que representan al conjunto de la sociedad y buscan conseguir un cierto equilibrio entre las necesidades, exigencias y expectativas de todos. Es importante que la Ética Profesional ayude ofreciendo criterios éticos de actuación para conjugar estos intereses de forma que no se atente contra la justicia en la sociedad. De no hacerlo, la reflexión ética contribuye pasivamente a que se sigan manteniendo las estructuras de poder, tanto políticas como económicas y sociales, que esclavizan a millones de trabajadores en el mundo y a miles de ellos en nuestra sociedad más inmediata.

Un buen profesional tiene, o debería tener, siempre presente el contexto social en el que se mueve y las obligaciones de justicia. La Ética Profesional permite reflexionar sobre si la función social que desempeña una profesión es la misma que aquella que la sociedad necesita de ella. La Ética Profesional ayuda a relacionar correctamente, es decir, desde el punto de vista de “lo justo” a los tres protagonistas que actúan en este mundo profesional. La búsqueda de la justicia no puede ni debe estar al margen de la actuación de los tres protagonistas ni de sus fines. Un ejemplo: ¿la función que hacen las farmacéuticas es la que necesita la sociedad?

ACTIVIDADES

1. Pon ejemplos relacionados con el mundo profesional en los que se vean injusticias desde la perspectiva individual teniendo en cuenta las claves de reciprocidad y proporcionalidad. Ej: “poco sueldo para muchas horas de trabajo”

2. Señalad 3 aspectos en los que las empresas pueden ayudar a transformar la sociedad.

2. HACIA UNA ÉTICA SOCIAL

2.1. Ética personal y Ética social

Ya hemos visto (sobre todo en la Unidad 2), que la ética implica siempre el ejercicio de la libertad humana y que esta libertad debe estar orientada por unos valores, que nos llevan a tomar decisiones y a asumir ciertos riesgos. La ética, por tanto, no queda reducida a un conjunto de normas, sino que se integra como una dimensión de la existencia de todo ser humano.

Esta descripción, sin embargo, resulta insuficiente si olvidamos la dimensión social.

La ética moderna busca el equilibrio entre sus dos dimensiones esenciales: la personal y la social. Si bien la dimensión personal es la base irrenunciable de toda moral, al mismo tiempo, todo sujeto humano está condicionado por su historia, por su psicología y por las estructuras sociales en que se encuentra inserto. Pero la dependencia entre sujeto humano y estructura social no es unidireccional,

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