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El Corazon Como Bomba


Enviado por   •  21 de Julio de 2014  •  2.407 Palabras (10 Páginas)  •  339 Visitas

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Tema 4: Corazón como bomba. GRUPO 7

 Definición de ciclo cardíaco, eventos que lo conforman.

El ciclo cardiaco (Nakarith)

Los fenómenos cardiacos que se producen desde el comienzo de un latido cardiaco hasta el comienzo del siguiente se denominan ciclo cardiaco. Cada ciclo es iniciado por la generación espontanea de un potencial de accion en el nodulo sinusa. Este nodulo esta localizado en la pared superolateral de la auricula derecha, cerca del orificio de la vena cava superior, y el potencial de accion viaja desde aqui rapidamente por ambas auriculas y despues a través del haz (auriculoventricular ) AV hacia los ventriculos. Debido a esta disposición especial del sistema de conduccion desde las aurículas hacia los ventriculos, hay un retraso de mas de 0,1 s durante el paso del impulso cardiaco desde las auriculas a los ventriculos.

Esto permite que las auriculas se contraigan antes de la contraccion ventricular, bombeando de esta manera sangre hacia los ventriculos antes de que comience la intensa contracción ventricular Por tanto, las auriculas actuan como Bombas de cebado para los ventriculos, y los ventriculos a su vez proporcionan la principal fuente de potencia para mover la sangre a traves del sistema vascular del cuerpo.

El ciclo cardiaco esta formado por un periodo de relajación Que se denomina diastole, seguido de un periodo de contraccion denominado sistole. La duracion del ciclo cardiaco total, incluidas la sistole y la Diástole, es el valor inverso de la frecuencia cardiaca. Por ejemPlo si la frecuencia cardiaca es de 72 latidos por minuto, la duracion del ciclo cardiaco es de 1/72 latidos por minuto, aproxi- madamente 0,0139 min por latido, o 0,833 s por latido.

Eventos que lo conforman

Un ciclo cardiaco hace referencia al intervalo que existe entre el inicio de un latido cardiaco y el inicio del siguiente. Tiene dos fases principales: sístole ventricular (contracción) y diástole ventricular (relajación), que en muchas ocasiones sólo se nombran sístole y diástole (figura 33-2A). Aunque la sístole eléctrica comienza con la onda Q, el inicio de la sístole mecánica inicia con el primer ruido cardiaco y coincide de manera general con la amplitud máxima de la onda R. De manera similar, no obstante la sístole eléctrica termina con la onda T, la diástole mecánica comienza un poco después, con el segundo ruido cardiaco. Si no se especifica algo distinto, los términos sístole y diástole hacen referencia a los eventos mecánicos.

La sístole y diástole se subdividen en fases y se nombran a partir del evento más prominente de cada una. (Maria Jose)

La fase sistólica se divide en

1) contracción ventricular isovolumétrica,

2) expulsión ventricular rápida y 3) protodiástole.

Eventos ventriculares y auriculares

Sístole

Contracción ventricular isovolumétrica.

Antes del inicio de la sístole, la presión intraventricular permanece muy baja, con unos cuantos mm Hg (figura 33-2A). Al tiempo que el ventrículo comienza a contraerse, la presión intraventricular se eleva. El incremento de la presión ventricular cierra de inmediato las válvulas mitral y tricúspide (figura 33-2B), lo que genera el primer ruido cardiaco, que marca el inicio de la sístole. La presión no es suficiente para abrir las válvulas semilunares, pero hace que la válvula AV cerrada protruya hacia la aurícula, lo que genera un incremento discreto pero agudo de la presión auricular, que se llama onda c (cuya denominación hace referencia a la contracción del ventrículo).

Al encontrarse cerradas las dos válvulas (auriculoventriculares y semilunares) en forma momentánea, la presión dentro del ventrículo se eleva de manera pronunciada al tiempo que se contrae. Ya que no existe modificación del volumen ventricular en esa fase, el fenómeno se nombra contracción isovolumétrica.

Expulsión ventricular.

Cuando la presión del ventrículo izquierdo se incrementa de manera pronunciada y rebasa la presión en la arteria aorta (80 mm Hg), logra abrir la válvula aórtica y hace pasar la sangre hacia la arteria, con lo que se inicia la expulsión ventricular. De manera similar, la presión del ventrículo derecho excede la presión en la arteria pulmonar (8 mm Hg) y expulsa la sangre hacia la misma tras abrir la válvula pulmonar. Durante la expulsión ventricular, el volumen de cada ventrículo se reduce de 130 mL (volumen al final de la diástole) hasta 50 mL (volumen al final de la sístole), con lo que bombea 80 mL de sangre (volumen latido).

La expulsión ventricular es rápida al inicio, y pierde velocidad al tiempo que la sístole avanza. De manera concomitante, la presión intraventricular se eleva hasta el máximo y luego declina al aproximarse el final de la sístole del ventrículo. Durante la expulsión ventricular rápida la presión del ventrículo se incrementa, puesto que la velocidad a la cual la estructura se contrae es mayor que con la que se expulsa la sangre. A pesar de esto, hacia el final de la expulsión ventricular el ventrículo deja de contraerse, pero la sangre sigue expulsándose con gran rapidez por efecto del momento que se genera durante la expulsión rápida. De esta manera, la presión ventricular cae. La fase que se verifica hacia el final de la sístole y en la cual cae la presión ventricular se llama protodiástole. Si bien recibe este nombre, es de hecho la última fase de la sístole. Durante la mayor parte de ella, las aurículas se llenan con lentitud con sangre que fluye a partir de las venas sistémicas y pulmonares, y la presión auricular se incrementa poco a poco.

Cuando los ventrículos se contraen no sólo se impulsa hacia arriba el ápice del corazón, sino que la partición fibrosa que separa a los ventrículos de las aurículas (anillo AV) se tracciona hacia abajo. El resultado es que los músculos de las aurículas se estiran y esas cavidades se dilatan. La dilatación de las aurículas induce una caída aguda de su presión interna, que se conoce como descenso x de la presión auricular. La caída de la presión auricular quizá también ejerza una fuerza de succión para el retorno venoso. Al tiempo que la sangre venosa sigue fluyendo hacia las aurículas

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