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El Dinero


Enviado por   •  21 de Octubre de 2012  •  6.785 Palabras (28 Páginas)  •  293 Visitas

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INTRODUCCIÓN

La presente investigación se refiere al desarrollo y documentación de definición y función del Dinero, Patrones Monetarios, liquidez monetaria, Banco Comercial y Banco Central, así como el enfoque que la Teoría Keynesiana refiere al respecto,

El Dinero es todo medio de intercambio común y generalmente aceptado por una sociedad que es usado para el pago de bienes, servicios, y de cualquier tipo de obligaciones. El mismo permite el intercambio de bienes y servicios en una economía de una manera más sencilla que el trueque.

Dentro de las cualidades del dinero desarrollaremos algunas de carácter práctico como su estabilidad, Portabilidad, durabilidad, entre otros

Por tanto, para que un bien pueda ser calificado como dinero se deben de satisfacer los siguientes tres criterios y que son las tres principales funciones que cumple el dinero en un sistema económico moderno: Medio de Intercambio, Unidad Contable, Conservación de valor.

La función elemental del dinero es la de intermediación en el proceso de cambio. El hecho de que los bienes tengan un precio proviene de los valores relativos de unos bienes con respecto a otros.

Los Patrones monetarios se refieren a políticas o modelos adoptados por una nación para la regulación del sistema monetario, donde se determina los valores de cada unidad, garantizar la legitimidad de la moneda y definición del método de intercambio, el cual no es efectuada de manera libre, sino por pautas estándares y legítimas, siendo esté el más efectivo en la actualidad por el control de los sistemas económicos.

La Liquidez Monetaria es el dinero que circula en la economía y se define como la cantidad de billetes y monedas en manos de todos los agentes económicos más los depósitos corrientes.

Durante la década de los 30 Keynes dio a conocer su teoría donde se centra en la demanda del dinero, estableciendo efectos de la política monetaria se transmiten por cambios de la oferta de dinero que repercuten en las tasas de interés, lo cual, a su vez, alentara o desalentara la actividad de inversión. El enfoque de la teoría Keynesiana se ve fundamentada en la recesión del año 1929, donde enfrenta la política clásica, la cual se mostró como una política adversa ante la crisis presentada.

Asimismo, desarrollaremos los aspectos más importantes del Banco central, quien es el ente que determina la política monetaria de un país, y es el responsable de apoyar y respaldar a la Banca Comercial. En la mayoría de los sistemas económicos está determinado como un ente autónomo e independiente de sus respectivos gobiernos

EL DINERO

El dinero es un intermediario en las transacciones económicas y permite el cambio indirecto, es decir de bienes y servicios de manera múltiple, a diferencia del cambio directo que es posible sólo entre parejas de mercancías, en términos una de otra, más comúnmente conocido como trueque o cambio real. Dadas la dificultad y la limitación de este intercambio, se recurrió a un medio de valorización común, consistente en una mercancía con valor propio, intrínseco, como el ganado (pecunia, de donde deriva lo pecuniario en la calificación del dinero), la sal (de donde deriva salario, remuneración del trabajo) las perlas (en nuestra economía precolombina); más adelante se utilizaron los metales comunes (cobre, bronce) y los preciosos (oro, plata), en forma bruta o acuñada (monedas).

Las monedas metálicas, que en su origen fueron puras, es decir de contenido único de oro o plata, mas adelante fueron resultado de aleaciones con otros metales para hacerlas más resistentes y ello dio lugar a la ponderación que se denomina ley o proporción de metal fino en el contenido. La elección de metales preciosos para la acuñación de monedas se debe a las características de aquellos: muy durables, divisibles físicamente sin pérdida de valor, de producción escasa en relación con sus usos (monetarios, artísticos, industriales, científicos), cuyos precios como mercancías fluctúan poco, son deseables como objetos de lujo y de atesoramiento y, desde luego, en poco volumen o peso expresan un valor considerable.

Así, la mercancía-dinero adquirió por siglos preferencia universal con respecto a otros medios de pago (en el intercambio de bienes, de servicios y para instrumentar y solventar deudas e impuestos o contribuciones). Sin embargo, los metales preciosos elaborados en forma de barras, lingotes y monedas tienen algunas desventajas para su uso monetario, entre otras las siguientes: la necesidad de certificación para evitar falsificaciones, los costos de transporte y seguro en los casos de transacciones a distancia y, particularmente, su relativa esterilidad desde el punto de vista del rendimiento financiero.

Las dificultades y limitaciones de las monedas metálicas que se han mencionado dieron lugar a la utilización de medios representativos de aquéllas que podrían circular en vez de las monedas; así se originaron los recibos de depósitos de oro o plata, emitidos por personas o instituciones de absoluta confianza y los certificados de oro o plata que podían ser aceptados en vez de las monedas originales, respaldados, por supuesto, en su totalidad por los depósitos metálicos respectivos, de tal manera que no sólo los propietarios primigenios de las monedas metálicas podían obtener éstas a la presentación del recibo o certificado, sino quienes los hubieren adquirido en legítimas transacciones. Por otra parte, los depositarios de oro o la plata —originalmente orfebres, pero también personas que comerciaban y hacían prestamos instalados en un local con un mueble que hacía de banca, de lo cual deriva el nombre de instituciones financieras— encontraron provechoso prestar determinadas Cantidades de los metales preciosos en custodia, lo que dio origen a las operaciones bancarias. Circulaban certificados y el oro o la plata permanecían en depósitos de custodia. El valor de mercado de los metales así utilizados permanecía inalterado, en correspondencia con su valor como mercancía.

La evolución de la moneda a partir del siglo XVIII registra la intervención de los gobiernos, que monopolizaban la acuñación. Esto lo hacían a cambio de un derecho denominado señoreaje, que consistía en que se quedaban con una fracción muy pequeña del metal fino y eventualmente la sustituían con metal ordinario. El próximo paso fue sustituir los certificados de oro o plata por papel moneda, en una primera etapa por los bancos privados y luego por la banca oficial de emisión, en cuyo caso el papel moneda —los billetes de banco— fueron declarados de curso

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