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El Te Un Origen Legendario


Enviado por   •  2 de Diciembre de 2011  •  8.940 Palabras (36 Páginas)  •  619 Visitas

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PROYECTO

DE

UN ORIGEN LEGENDARIO

“El TE”

Gudino Jorgelys:

Ochoas Keilys:

Mariara, 2011-10-09

*UN ORIGEN LEGENDARIO

Según la leyenda china, esta interesante historia comienza cuando el emperador y erudito ShenNung, discubrió las propiedades beneficiosas del té. Una de sus sabias normas fue la disposición de que durante su reinado, toda el agua destinada para el consumo humano fuese previamente hervida.

Cuentan que un día del año 2737 aC cuando ShenNung estaba descansando junto a un árbol de té silvestre, una ligera brisa agitó las ramas con tan buena fortuna que algunas hojas fueron a caer en el agua que estaba hirviendo. La infusión resultante le pareció deliciosamente refrescante y reconstituyente, y así fue como descubrió el té.

*EL TE CONQUISTA CHINA

Evidentemente resulta imposible saber si ShenNung existió en realidad o si simplemente es la encarnación mítica de los desarrollos agrícolas, herbarios y culturales de la antigua China. Pero sean cuales sean sus orígenes, la popularidad del té en China en aquella época es un hecho aceptado por los estudiosos.

Sin embargo no existe ninguna referencia escrita a la hoja del té hasta el siglo III aC, cuando un famoso cirujano chino la recomendó para aumentar la capacidad de concentración, y un general escribió a su sobrino para pedirle que le enviase té auténtico, porque se sentía anciano y deprimido.

Hasta el siglo III dC, la infusión se preparaba como medicina o tónico con hojas verdes tiernas de árboles silvestres. Para ajustar la oferta a una demanda creciente y garantizar una cosecha regular, los granjeros empezaron a cultivar arbustos de té en sus pequeñas propiedades y se fue desarrollando un sistema de desecación y fabricación.

La popularidad del té creció rapidamente en China durante los siglos IV y V. El té se entregaba como presente a los emperadores, empezó a encontrarse en tabernas, tiendas de vino y posadas. Incluso existen documentos que demuestran que en el 478 se usaban pastillas prensadas elaboradas con hojas verdes de té hervidas al vapor como trueque en las relaciones comerciales con los turcos. Los comerciantes de té se enriquecieron y los alfareros, plateros y herreros empezaron a fabricar elegantes artículos que constituían un indicador de la riqueza y del nivel social de los propietarios.

Se suele afirmar que la "edad de oro" del té corresponde a la época de la dinastía Tang (618-906 dC). El té ya no era solo un tónico medicinal, sino que se bebía tanto por sus propiedades reconstituyentes como por placer.

Durante este periodo el té adquirió tal importancia que un grupo de comerciantes encargaron al escritor Lu Yu (733-804 dC) que compilase el primer libro sobre el té. Su ChaChing, conocido como el Libro Sagrado del té. Este libro muestra claras influencias de la filosofía Zen, así como del taoísmo. La forma de preparar el té, tan poética y bellamente expuesta por Lu Yu, quien veía en ella un modelo de orden y de la armonía que reina en todas las cosas, fue la que posteriormente sería introducida en Japón, precisamente por monjes practicantes del budismo Zen.

En la época de la dinastía Tang, las hojas tiernas recolectadas se hervían al vapor, se machacaban y despues se mezclaban con zumo de ciruela hasta obtener una pasta compacta que se introducía en moldes, donde se prensaba para formar una especie de pastillas que se horneaban hasta quedar secas. Para preparar una infusión, se tostaba la pastilla hasta ablandarla para poder triturarla y se hervía el polvo resultante. Los sabores más habituales se obtenían añadiendo al agua cebollas dulces, jengibre, piel de naranja, clavos o menta.

Más tarde con la dinastía Song (960-1279 dC), la pastilla de té prensado se molía hasta obtener un polvo muy fino que se removía en agua hirviendo a fin de producir un liquido espumoso. Después de tomar la primera taza se añadía más agua hirviendo al té en polvo, se batía de nuevo y se bebía. Este proceso se repetía hasta siete veces con el mismo té. En este período se preferían los aromas sutiles como los de los aceites esenciales de jazmín, de loto y de crisantemo.

El impacto que el té ha tenido en la historia y la cultura del pueblo chino es enorme. Entre las facetas más notables está su influencia en el desarrollo de una de las más importantes industrias tradicionales chinas : la porcelana. Aunque el arte de la porcelana había sido inventado en tiempos de la dinastía Tang, fue durante la dinastía Song cuando alcanzó el refinamiento que lo caracterizaría ya para siempre.

El té llegó a convertirse en un vehículo para la espiritualidad y la trascendencia. Así Wang-Yu-Chang encontraba en el té "algo que llegaba al fondo de su alma como una llamada directa, con esa delicada aspereza que recuerda al gusto de un buen consejo". Para So-Tung-Pa "el poder de la pureza del té desafiaba lo corrupto, al igual que hace un hombre virtuoso".

Sin embargo este esplendor del té acabó drásticamente. A principios del S XIII las tribus nómadas que habían habitado desde siempre en los límites noroccidentales del imperio fueron sometidas por GengisKhan. Bajo su mando, las hordas mongoles comenzaron a realizar sus incursiones por las vastas llanuras del desierto del Gobi, hasta que finalmente en el año 1215 conquistaron Pekín. La dinastía Song se retiró y pudo seguir gobernando en el sur, pero en 1279, KublaiKhan, nieto de GengisKhan, logró apoderarse de todo el país. Como suele ocurrir, los invasores se interesaron poco por la cultura y las costumbres de sus antecesores ; así, por primera vez en muchos siglos, la élite gobernante fue ajena a las sutilezas y refinamientos del té y aunque se siguió consumiendo, pasó a ser considerado como un alimento más. Los mongoles lo tomaban con crema, generalmente acompañado de arroz o frutos secos. De hecho, cuando en 1275 Marco Polo llegó a la China, ni siquiera lo introdujeron al antaño imprescindible ritual del té. En sus escritos describe con detalle los esplendores de las ciudades chinas, no aparece ninguna referencia al té.

A la muerte de KublaiKhan comenzó a gobernar en China la dinastía Ming (1386-1643 dC), de mentalidad marcadamente aislacionista, y que consideraba a su país como muy superior

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